A La Carga, Resumen

En este libro, los autores revelan el secreto del Gung Ho, una técnica que enseña en tres pasos sencillos cómo liberar la energía y el entusiasmo de todo el equipo de su empresa para encaminarlo hacia el éxito: el espíritu de la ardilla, el estilo del castor y el don del ganso.

Si bien la obra está estructurada como novela, los autores nos dicen que es un caso real que ha tenido un gran ruido en los Estados Unidos de Norte América. En las páginas de esta obra encontraremos una historia que se centra en una planta que no tiene salvación y está al borde la quiebra o ser cerrada por los resultados deficientes que han surgido y con esto unos mil 500 trabajadores se quedarían sin empleo y muchas familias serían las afectadas.

Como último recurso contratan a Peggy Sinclair, para dirigir la empresa y rescatarla. Ella es ayudada por uno de los gerentes, llamado Andy Longclaw, un nativo americano, quien le relata a manera de fábula el secreto de Gung Ho!, las "teorías administrativas" de su abuelo indio, que sería lo que después haría que la organización alcanzara la mayor productividad de la cadena Walton Works y por tanto múltiples premios y por supuesto la salvación de la misma.

La historia comienza cuando el señor el Sr. Morris que es jefe de Peggy, la nombró gerente general de Walton Works #2 , planta que estaba al borde de un abismo cosa que Peggy no sabía. La planta era la peor de las 32 que existían dentro de la compañía Walton y sólo tenía seis meses para salvarla.

La lección empezó para Peggy quien en la moto de Andy fue hacia la cabaña de él, tomó una siesta mientras Peggy observaba las ardillas y después de una de observarlas, de ir y venir incansablemente, Peggy se dio cuenta de que estaban motivadas en hacer su despensa para sobrevivir; Andy despertó de su siesta y acertó con el análisis, están motivas porque su trabajo, es mucho más que importante: Vale la pena.

El espíritu de la ardilla tiene los siguientes tres puntos según Gung Ho!

1. Saber que contribuimos a mejorar el mundo.

2. Trabajamos juntos para lograr una meta compartida.

3. Los valores son la guía de todos los planes, las decisiones y las actuaciones.

Después llegó la hora del castor, en esta nueva etapa fueron al bosque y se subieron en un árbol para observar a los castores de un río y como trabajaban las ramas de los árboles.

Peggy observó que no había un castor jefe, nadie frente la operación, "imagino que se dan indicaciones entre sí" dijo Peggy, a lo que Andy contestó "El abuelo decía que el gran Espíritu dibujó en la mente de los castores una presa perfecta, les dio un río y unos árboles, luego les entregó el mando dejándolos solos”

Al establecer las metas y los valores fundamentales, defines el campo de juego y las reglas, con esto decides quién juega en cada posición y debes abandonar el campo para permitir que los jugadores se encarguen del balón, este es el espíritu del castor.

El espíritu del castor tiene los siguientes tres puntos según Gung Ho!

1. Un campo de juego con el territorio claramente marcado

2. Los pensamientos, las necesidades

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