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Competitividad Empresarial


Enviado por   •  11 de Septiembre de 2014  •  16.777 Palabras (68 Páginas)  •  214 Visitas

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INNOVACION

La innovación es un proceso continuo y sistemático orientado a convertir las oportunidades de mercado y los conocimientos en riqueza. En un contexto económico continuamente cambiante y con tremendas presiones, innovar es la única forma de garantizar el futuro a medio y largo plazo. Cómo proceso estratégico de negocio que és, la innovación debe ser gestionada de forma explícita junto con la tecnología.

Innovar está ahora mucho más al alcance de cualquier empresa. Pero para innovar no es preciso crear nuevas tecnologías, basta con detectar las que están utilizando las empresas y sectores más competitivos, adaptarlas e implantarlas en la propia empresa para la creación de productos o servicios con mayor valor para los clientes.

¿Qué significa (realmente) innovar?

La innovación es sin duda un concepto que está de moda…. pero ¿qué se entiende realmente por innovación? ¿y por gestión de la innovación?

La innovación no consiste (sólo) en llevar adelante una serie de proyectos novedosos aislados, sino que la innovación es un proceso de negocio directamente ligado a la estrategia de la empresa y a su competitividad futura. La innovación tiene por objetivo la búsqueda sistemática de oportunidades para hacer cosas nuevas o de una forma nueva, de modo que mejore la competitividad empresarial y el valor para el cliente.

No debe confundirse la invención o la idea brillante con la innovación. La primera es fruto de la creatividad y supone la aparición de un concepto nuevo, la segunda exige el éxito comercial. La primera puede ser casual, la segunda es fruto de un esfuerzo sistemático. La invención y la idea brillante se convierten en innovación cuando tienen éxito en el mercado. La innovación nos lleva "del mercado al mercado". Según P. Drucker, estar alerta a los cambios (sobre todo los inesperados), a las incongruencias, a las necesidades de los procesos, a los nuevos conocimientos, a las necesidades que se generan en el mercado y en la sociedad, constituye una fuente de oportunidades para la innovación.

Tampoco debe confundirse la investigación aplicada con la innovación. La primera supone la creación de nuevo conocimiento, la segunda crear riqueza a partir del conocimiento, sea éste nuevo o no. A este respecto existe una idea, bastante extendida, y equivocada, sobre aquello qué caracteriza a una empresa innovadora. Suele admitirse que recibir subvenciones y financiación para proyectos concretos, o el hecho de mantener cierto grado de relación con la universidad, identifica a una empresa innovadora. Es evidente que existe relación entre el concepto de innovación y estas otras cuestiones, pero no deben confundirse. Tanto las subvenciones, como la financiación a bajo coste de proyectos, como los incentivos fiscales, son medios para favorecer que las empresas innoven, pero innovar, mejor dicho ser una empresa innovadora con planes de innovación específicos, supone mucho más.

Desde una perspectiva estratégica, la innovación es un proceso sistemático para la creación y desarrollo de ventajas competitivas, es decir de aquellas competencias distintivas con las que podremos conseguir un mayor rendimiento que los competidores a medio y largo plazo. En este sentido la innovación y la estrategia están directamente relacionadas. Es de destacar que unas de las fuentes más importantes de fracaso en el desarrollo de actuaciones aisladas de innovación son su falta de alineación con la estrategia de la empresa (que muchas veces ni siquiera se ha formulado como tal de forma explícita), y la incongruencia entre los recursos requeridos y los disponibles. Por este motivo es esencial que la alta dirección de la empresa enfoque la innovación como un proceso estratégico y desde una perspectiva global, considerando el retorno positivo a medio plazo de la inversión realizada. Para medir dicho retorno deben utilizarse métricas adecuadas. La medida de los resultados de la innovación es un elemento clave para realimentar el sistema de toma de decisiones.

El talante innovador de una empresa es, ante todo, una cuestión cultural. Para sacar provecho de la innovación hay que empaparse en ella, es necesario asumir que lo que hoy constituye nuestro éxito, mañana puede desaparecer y deberá ser substituido por algo nuevo, o de lo contrario la empresa seguramente entrará en crisis. Es necesario ser consciente de que si nos mantenemos en una posición estática, la competencia nos adelantará en la carrera por el mercado, puesto que ninguna ventaja competitiva perdura por siempre. La empresa debe demostrar su compromiso con la innovación asignándole recursos materiales y humanos. El desfase temporal existente entre el consumo de recursos en innovación y la obtención de unos resultados tangibles, debe enfocarse desde la perspectiva de una inversión en opciones de éxito futuro.

La Gestión De La Innovación

Es una disciplina que debe aprenderse y practicarse. La definición y posterior desarrollo de un plan de innovación, en el que se incluyen los proyectos concretos a realizar, requiere nuevas capacidades y habilidades de gestión por parte de los directivos, incluidos los de más alto nivel, y no sólo de aquellos con responsabilidades técnicas. Para conocer cuál es la situación (real) de la empresa frente a la innovación se han desarrollado diversas herramientas entre las que cabe destacar la Guía para la Gestión de la Innovación del CIDEM. Esta guía permite, sin mucho esfuerzo, realizar un autodiagnóstico del estado de la innovación en la empresa (auditoria de innovación), especialmente en el campo de la innovación tecnológica.

Para llevar a término una política innovadora adecuada es recomendable seguir un modelo metodológico que conduzca a la creación y posterior desarrollo de un plan de innovación alineado con la estrategia empresarial. El plan de innovación debe ser ambicioso pero a la vez consecuente con los recursos disponibles, y concretarse en una serie de proyectos de innovación seleccionados a través de un proceso racional de priorización. Cada uno de estos proyectos deberá ser gestionado utilizando técnicas adecuadas de gestión de proyectos.

Una vez creado el plan de innovación como marco genérico, y definidos los proyectos como unidades de gestión de la innovación, es el momento de concretar los recursos necesarios para llevarlo a cabo (financiación propia, subvenciones y/o fuentes de financiación blanda), y sacar ventajas fiscales de su desarrollo. También es el momento de plantearse qué partes del plan de innovación quedan fuera del núcleo de competencias esenciales de la empresa, y podrán por tanto ser subcontratadas

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