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Crisis De Argentina


Enviado por   •  11 de Septiembre de 2014  •  2.211 Palabras (9 Páginas)  •  248 Visitas

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Economía Argentina

La crisis económica argentina fue una situación financiera que afectó severamente a la economía de Argentina durante fines de los años noventa y principios de los 2000. Macroeconómicamente hablando, el período crítico se inició con la disminución del PBI real en 1999 y terminó en 2002 con el final de la convertibilidad y el regreso al crecimiento del PBI, pero el origen del colapso de la economía de la Argentina, y sus efectos sobre la población, se puede encontrar muchos años antes.

En 1983, la democracia en el país fue restaurada con la elección del presidente Raúl Alfonsín. Los planes del nuevo gobierno incluye la estabilización de la economía de Argentina, incluyendo la creación de una nueva moneda, el austral (primera de su clase en no llevar la palabra peso como parte de su nombre), para lo que se requirieron de nuevos préstamos. El Estado llegó a ser incapaz de pagar los intereses de esta deuda y la confianza en el austral se derrumbó. La inflación, que se había aumentado entre un 10 y 20% en un mes, creció fuera de control. En julio de 1989, la inflación de la Argentina llegó a 200% en ese mes, superando el 5.000% para 1989.1 Los salarios reales cayeron a casi la mitad (el nivel más bajo en cincuenta años) y se produjeron diversos paros laborales. En medio de los disturbios el presidente Alfonsín renuncia cinco meses antes de terminar su mandato y Carlos Menem, quien ya era presidente electo, tomó posesión.

Después de un segundo combate ante la hiperinflación en 1990, Domingo Cavallo, fue nombrado Ministro de Economía. En 1991 tomó las medidas de ejecución que fija el valor de la moneda argentina a 10.000 australes por dólar estadounidense. Para garantizar esta "convertibilidad", el Banco Central de Argentina tuvo que mantener sus reservas de dólares en divisas en el mismo nivel que el efectivo en circulación. El objetivo inicial de estas medidas es asegurar la aceptación de la moneda nacional, ya que durante 1989 y 1990 los picos de hiperinflación la gente había comenzado a rechazarlo como pago y exigía dólares en su lugar. Este régimen fue fijado más tarde por una ley, la Ley de Convertibilidad del Austral, que restauró el peso como la moneda argentina con un valor monetario fijado por la ley para el valor del dólar estadounidense.

Como resultado de la ley de convertibilidad la inflación se redujo drásticamente, la estabilidad de precios fue asegurada y el valor de la moneda fue preservado. Esto logró una mejor calidad de vida de muchos ciudadanos que entonces pudieron darse el lujo de viajar al extranjero, comprar bienes importados o solicitar créditos en dólares a tasas de interés muy bajas.

Argentina todavía tenía que pagar la deuda externa y para mantener eso era necesario pedir dinero prestado. El tipo de cambio fijo hacía las importaciones más baratas, produciendo un vuelo constante de dólares fuera del país y una pérdida progresiva de la infraestructura industrial de la Argentina, lo que llevó a un aumento del desempleo.

Entre las causas que se estudian para explicar la crisis Argentina, encontramos:

1.- Falta de liderazgo político

Argentina no ha tenido una clase política que la guíe hacia el desarrollo económico y social del país. Por ejemplo, el presidente Raúl Alfonsín (1983-1989) careció de liderazgo para llevar a cabo las propuestas lanzadas en su retórica. Por ejemplo, en 1984 el gobierno argentino propuso el Plan Austral, que contaba con el respaldo del FMI, destinado a imponer disciplina fiscal y a controlar la inflación (que en ese año era del 627 por ciento). Estos objetivos no se alcanzaron: la inflación subió al 672 por ciento en 1985 y los gastos del gobierno aumentaron del 11 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) en 1984 al 18 por ciento del PIB en 1985.

El Plan Primavera, el siguiente programa también patrocinado por el FMI, tuvo sólo un éxito mínimo: el gasto gubernamental bajó del 16 por ciento del PIB en 1986 al 11 por ciento en 1988 y la inflación se redujo, sólo por poco tiempo, al 90 por ciento en 1986 para subir rápidamente al 343 por ciento en 1988.

La incapacidad del gobierno argentino para encarar sus problemas económicos condujo a una erosión en la confianza de los inversores, a la fuga masiva de capitales, a la devaluación del peso y a una hiperinflación del 3.080 por ciento en 1989 y del 2.314 por ciento en 1990.

Alfonsín renunció cinco meses antes de terminar su mandato, en 1989, y entregó el poder al nuevo presidente electo Carlos Menem. Éste en su primer periodo de mandato (1989-1995) realizó una serie de reformas económicas que lo llevaron a tener una inflación más baja, la confianza renovada de los inversionistas, crecimiento económico y una mejor calidad de vida para los argentinos.

Entre las reformas económicas llevadas a cabo por Menem cabe destacar:

Establecimiento de un sistema de convertibilidad:

En 1991, el Congreso aprobó la Ley de Convertibilidad, por la cual “…el peso era totalmente convertible con el dólar a una tasa de cambio nominal fija (1 dólar = 1 peso argentino), y

la base monetaria interna se encontraba respaldada en su totalidad por las reservas en moneda extranjera del Banco Central”. En esencia, un sistema de convertibilidad restringe la capacidad

del gobierno para emitir billetes y monedas sin un respaldo total de reservas extranjeras. Los billetes y monedas locales son totalmente convertibles a la moneda de reserva a una tasa fija. Según esta ley, los pasivos del gobierno no podían ser financiados mediante la impresión de moneda. Esta política clave ayudó, de esta manera, a detener inmediatamente el problema de la hiperinflación en Argentina.

Privatización agresiva de las empresas estatales: Entre 1990 y 1994, el gobierno de Menem privatizó las aerolíneas, el transporte y la distribución de combustible, los trenes de carga y de pasajeros, la generación y la distribución de energía eléctrica, las telecomunicaciones, el servicio postal y los sistemas de agua y de alcantarillados. También vendieron instalaciones de extracción de combustible y petróleo, minas de carbón, plantas petroquímicas, fábricas de acero y la mayoría de los bancos públicos. Esta privatización redujo el consumo del gobierno sobre industrias ineficaces que operaban en pérdida, disminuyó las oportunidades para que el gobierno subsidiara los servicios e incrementó la eficiencia al transferir las ineficaces industrias estatales al más eficiente sector privado.

Desregulación

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