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Crisis Educativa En Argentina año 2004

yacapristo1 de Junio de 2014

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En el año 2004 se patentizó crudamente el problema educativo en la República Argentina. El detonante fue la publicación del último censo del Instituto Nacional de Estadística y Censos donde se apreciaba que más de 960.000 argentinos nunca fueron a la Escuela, que 3.695.830 argentinos nunca terminaron la educación primaria y pasaron a integrar la categoría de analfabetos funcionales . Este proceso de destrucción del sistema educativo, se profundizó con la llegada de la democracia y con algunas transformaciones no deseadas, como fue la profunda crisis política, económica y social; y como consecuencia el mayor aumento de la desigualdad y la pobreza.“En la década del ochenta la descentralización fue promovida desde una perspectiva administrativa y presupuestaria, donde los objetivos fundamentales fueron la necesidad de reducir el gasto público . Se transfirieron los niveles educativos primarios y secundarios nacionales, quedando en manos de las provincias. Esto no benefició a los estados provinciales sino que se transformó en una carga. El Estado Nacional debe reasumir el apoyo político, restableciendo gradualmente escuelas bajo su dependencia en toda la república. Pero el documento que modificó sustancialmente la educación fue la Ley Federal de Educación sancionada en 1993, sobre la base de una idea del Banco Mundial. Este proyecto se ejecutó sin lograr el consenso de las partes y generó consecuencias negativas para todo el sistema educativo. En los últimos tiempos, “El crecimiento de la deuda social es alarmante en la Argentina, la pobreza creció paulatinamente desde 1995 hasta 200l y a partir de allí se duplicó en términos absolutos” y que “entre 1995 y 2002, se duplicó la brecha de ingresos en el país y alcanzó a 20,4 veces en el último año.” Revertir el deterioro de la educación es una tarea de todos los actores sociales. Cada persona debe hacer su aporte porque la formación de los niños y jóvenes necesita una respuesta urgente y viable. Los argentinos hemos perdido la idea rectora de que la escuela y la familia son los ámbitos donde se juega el futuro de nuestro destino. No reconocemos la importancia que tiene el conocimiento para el desarrollo de la sociedad. El año 2005, todavía nos encuentra ante la ausencia de un proyecto de país y por lo tanto de un proyecto educativo serio.

Análisis de la situación

Con respecto a los días de clase se conoce que el 70% de los alumnos no pudo completar el número mínimo que son 180, para que el sistema funcione aceptablemente. La pérdida de días de clase perjudica la calidad de la enseñanza, por lo tanto es indispensable el aumento efectivo de horas de clase como herramienta fundamental para fortalecer los aprendizajes en el aula. Si pensamos en los parámetros internacionales, deberíamos alcanzar las 1.000 horas anuales. Un ejemplo de la realidad social en la provincia de Buenos Aires es el Informe del Ministerio de Desarrollo Humano de la Provincia de Buenos Aires . Allí se expresa que existen en la provincia 2.000.000 de jóvenes, de los cuales la mitad está bajo la línea de pobreza, el 38% es indigente y el 20% de los jóvenes no trabaja ni estudia; que crece el número de jóvenes que consume alcohol y drogas y que los hijos de hogares carenciados, incontinentes o fragmentados, suelen terminar en la marginación y la violencia.

También debe tenerse en cuenta a la desnutrición y sus efectos negativos. En los sectores más bajos la crisis fue muy grande. La pobreza deteriora el desarrollo mental ya que cuando hay desnutrición el cerebro de los niños se ve afectado, y por lo tanto no son capaces de manejarse en un nivel simbólico complejo. Para evitar esa debilidad mental se debe actuar durante los primeros dieciocho meses de vida porque en ese tiempo se va gestando el cerebro y el cableado neurológico . En el año 2001, la Unidad de Neurobiología Aplicada del CEMIC-CONICET realizó una investigación en la Ciudad de Buenos Aires. Se encontró que el coeficiente intelectual del 40% de los chicos provenientes de hogares con necesidades básicas insatisfechas (NBI) era menor de 80. Debe tenerse en cuenta que la media oscila entre 90 y 110 puntos. Se estudiaron 700 menores de cinco años. Entre sus pares con necesidades básicas satisfechas (NBS) el porcentaje con ese coeficiente fue cero.

Si analizamos la brecha educativa se observa que en las escuelas públicas de todo el país, los niños que pertenecen a sectores sociales empobrecidos concurren a establecimientos más precarios. Es decir, que la educación no es igual para todos los argentinos: los niños pobres aprenden menos porque el Estado da menos a los que menos reciben. En estas escuelas ingresan docentes muy jóvenes, con poca experiencia, lo que dificulta aún más la situación. Habría que ubicar allí docentes experimentados, bien pagos, que ayudaran, entre otras cosas, a los alumnos a enfrentar la discriminación de que son objeto. Hay que poner el énfasis para que la escuela vuelva a servir para lograr la movilidad social, a partir de ofrecer una igualdad de oportunidades. Por ejemplo generalizar la jornada completa lo que permitiría a los alumnos de zonas carenciadas acceder a otros saberes. Hay que cambiar la mentalidad de la clase dirigente. La educación requiere una fuerte inversión que se recupera a largo plazo. Mientras se siga pensando que la educación es un gasto, no se progresará, y los alumnos continuarán inmersos en la precariedad, el deterioro del estado de bienestar y la desaprobación social. La educación deberá desarrollar la capacidad de producir conocimientos y de utilizarlos. Como expresa muy bien Juan Carlos Tedesco “…el papel de los docentes no puede seguir siendo el mismo que en el pasado (…) su función se resume, desde este punto de vista, en la tarea de enseñar el oficio de aprender, lo cual se contrapone al actual modelo de funcionamiento de la relación entre el profesor y el alumno, donde el alumno no aprende las operaciones cognitivas destinadas a producir más conocimiento sino las operaciones que permiten triunfar en el proceso escolar.”

Al referirnos a la violencia escolar, vemos que la escuela es el lugar donde los chicos expresan las cosas que no pueden manifestar en el hogar. Al escolarizar todo tipo de niños, sin exclusión, también se introduce en las escuelas todos los problemas sociales y psicológicos que sufre la población. El clima social inseguro y las relaciones familiares inestables influyen sobre los adolescentes, que muchas veces encuentran en la escuela el único espacio de contención. Por eso resulta vital la recuperación del rol integrador de la familia, que como núcleo de la sociedad, es el gran motor de la transmisión de valores. Podemos afirmar que la violencia es un problema social, no un problema escolar. Los medios de comunicación muestran a la violencia como algo natural, exaltando los valores negativos. En el medio familiar no se induce el respeto por las formas legítimas de autoridad y no se enseña la importancia del esfuerzo para la obtención de los logros. Algunos adultos no se dan cuenta, que los niños y los jóvenes están pidiendo esos límites tan necesarios para crecer. Es necesario generar en todos los ámbitos posibles espacios de reflexión, donde la relación docente-alumno-familia sea más estrecha. Se deben generar cambios que propicien una educación integradora e inclusiva. Se debe educar para consolidar la dignidad de la persona humana como valor universal.

Aportes para mejorar la situación

La lectura es la base del aprendizaje. Por lo tanto hay que poner el énfasis para que leer se transforme en un hábito y se aliente en forma permanente. Desde muy temprana edad los niños deberían estar en contacto con los libros, en todos los hogares deberían estar a su alcance, para ojearlos y para que los familiares les lean, iniciándolos así en el hábito de la lectura. Si esto no sucediera, la escuela tiene que hacerse cargo, promoviendo la lectura, el comentario y el análisis, con la participación activa de los chicos. El hábito de la lectura debe generarse, ya que no surge espontáneamente. No olvidemos que “la capacidad de abstracción se desarrolla manejando palabras…” […] “Es justamente, en la adquisición de un lenguaje abstracto, construido en la lógica y no en la simple percepción del mundo por los sentidos, donde se originan el saber y la comprensión de la realidad por el hombre, que le permite acceder al conocimiento analítico que caracteriza la ciencia.”

Con respecto a la educación para la paz, reconocemos que educar es formar el carácter con el objetivo de que se cumpla un proceso de socialización para promover un mundo más civilizado. Por lo tanto es importante inculcar valores éticos como la paz, la justicia, la solidaridad y el amor. Ante la crisis económica

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