Diseño y desarollo de productos

DARLY TATIANA HERREÑO AMAYA 2144662. METODOLOGÍA DEL DISEÑO. GRUPO H2
Montaña, Jordi: Diseño: rentabilidad social y rentabilidad económica, 2001. Capítulo 1 y 2

CAPÍTULO 1: ¿QUÉ PIDE LA EMPRESA A LOS DISEÑADORES?

El diseñador debería cumplir idealmente las siguientes funciones:

• Visualizar el concepto de producto
• Representar diferentes alternativas de diseño
• Seleccionar los materiales a emplear
• Crear nuevos conceptos de producto
• Realizar diseños de detalles
• Convencer a la dirección y “venderle” el diseño
• Diseñar complementos del producto
• Solucionar fallos del producto
• Construir prototipos
• Seleccionar el diseño final

PROCESO DE DISEÑO

1. Definición del concepto de producto: Se realiza conjuntamente con la empresa para discutir ciertas preguntas básicas con los responsables del proyecto
2. Plasmar gráficamente los conceptos del producto en mente: Permite comprobar la correcta interpretación de la idea acordada y comprobar también la validez del concepto a partir del riesgo percibido y el coste implícito de las fases siguientes
3. Representar las diferentes alternativas de diseño que pueden desarrollarse sobre el concepto elegido: Es preciso representar y visualizar el futuro producto a través de medios visuales y gráficos. Además de resolver problemas mentalmente, hay que transmitir las soluciones y hacerlas tangibles.

Los diseñadores deben concentrarse en funciones que vinculen el diseño y el mercado:

• Creación de nuevos conceptos de producto: Representa para una empresa, no solo la acción creativa sino algo que debe ir al mercado y satisfacer necesidades de los consumidores
• Diseño de elementos complementos del producto que forman parte integrante del producto y su comercialización, como apoyos de presentación

ASPECTOS A MEJORAR PARA CONSOLIDAR SU POSICIÓN EN UNA EMPRESA:

• El conocimiento amplio del producto
• El conocimiento amplio del proceso de producción
• La capacidad de trabajar en equipo
• La creatividad y capacidad de innovar

CONOCIMIENTOS Y HABILIDADES DE LOS BUENOS DISEÑADORES

1. Planificación de los proyectos y respeto a las fechas de entrega de las diferentes fases.
2. Comunicación por medios gráficos, orales y escritos. La empatía en la comunicación verbal entre diseñador y cliente es básica, así como lo es en el ámbito empresarial junto con la coordinación
3. Compromiso con los objetivos de la empresa. Adaptan el resultado de su trabajo según las necesidades de la empresa teniendo en cuenta los requerimientos que inciden sobre el producto
4. Trabajo en equipo. Al ser pluridisciplinares, entienden el proceso entero y saben entenderse con los demás miembros del equipo (técnicos de compras, producción y ventas) y sus expectativas, para desarrollar una gran flexibilidad y capacidad de negociación
5. Gran conocimiento de los aspectos técnicos de las empresas, donde los problemas técnicos se presentan y aumentan día a día gracias a las innovaciones tecnológicas constantes y cada vez más complejas. Conocen los problemas que plantea la producción industrial en masa, saben cuándo en un proyecto la forma de producción condiciona al diseño del producto o cuándo el diseño del producto debe tener en cuenta su viabilidad con los medios de producción accesibles. Saben juntar la intuición y su propia sensibilidad con la técnica al establecer la relación objeto-usuario y que un buen diseño permite satisfacer la estética y la ergonomía (antropometría) simultáneamente.
6. Experiencia y conocimientos empresariales, comerciales y de marketing. Prestan atención a la valoración de aspectos financieros de un producto para proponer las soluciones que le aporten un mayor valor al producto (más funciones con menor costo). Son un puente entre la técnica y los usuarios; incorporan el estudio de las estrategias/técnicas de marketing y lo métodos de investigación del mercado para ajustar la oferta (producto) a la demanda (consumidores) y así hacer más eficiente la comunicación con la contraparte empresarial

Tanto los empresarios como los mismos diseñadores son responsables de que el diseño no esté presente en las empresas. Los empresarios apenas se interesan por los dominios de competencia de los diseñadores; desconocen la realidad de la técnica y su metodología de diseño, dudan de su eficacia y desconfían del diseñador. Por su parte, quizá debido al reducido cuerpo teórico y abundantes estudios del diseño, los diseñadores tienen mayor dificultad al transmitir los objetivos y estrategias a los empresarios de forma clara y sin ambigüedades.  

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