El debate de los candidatos al cargo de presidente de la compañía TBC
pjklaiclInforme22 de Julio de 2014
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Argumento:
La compañía TBC, líder en el ramo telefónico, debe elegir un nuevo presidente que substituya al Dr. Angelo
Ribeiro, de 65 años de edad, en vísperas de jubilarse. Cuatro jefes ejecutivos son candidatos al cargo.
Escenario: Oficina del Vice-Presidente Ejecutivo, Dr. Carlos Monteiro
Personajes:
Carlos Monteiro: Vice-Presidente Ejecutivo, mas viejo que Ángelo Ribeiro y, por lo tanto, no elegible.
Sergio Azevedo: Profesor de Administración y Recursos Humanos, amigo personal de Ângelo e Carlos.
Afonso Sarmento: 60 años, Director del Departamento Financiero.
Vítor Carvalho: 48 años, Director del Departamento de Expansión y Propaganda.
Francisco Xavier: 57 años, Director del Departamento Jurídico.
Waldir Silva: 50 años, Director del Departamento Administrativo.
Informaciones preliminares:
Monteiro: Aquel caso de nuestra sucursal de São Paulo, en el que participamos hace algún tiempo, es que me
hizo pensar, Sergio. Por eso mismo, tal vez le interese saber lo que vamos hacer ahora aquí en la TBC. Fue
aquel, sin duda, un excelente ejemplo, a mi entender, de colocar los carros al frente de los bueyes. Pues no
puedo aceptar que se eleje a un administrador de una empresa como la nuestra, simplemente, de acuerdo con
los principios y objetivos a los que, según nuestro Presidente, la Compañía se debe regir. Creo que ninguna
norma y ningún reglamento debe ser rígido.
Sergio: Puede ser que usted tenga razón. Sabíamos muy poco al respecto de los empleados de la sucursal.
¿Pero, la verdad, a que podemos llamar una información segura sobre un hombre? ¿Usted cree que podamos
conseguir información más concluyente sobre los candidatos, solo con una ligera entrevista oral?
Monteiro: Creo que si. Usted vea por lo que hemos hecho aquí. Aunque, el Consejo director sugirió que
utilizaríamos un procedimiento poco ortodoxo, con relación a nuestros cuatro candidatos. El presidente me
pidió que le solicite a usted que se quede, con el fin de que no ayude con su consejo profesional. Grabaremos
las entrevistas y registraremos las reacciones de cada candidato ante ciertas situaciones y que podrán ocurrir.
Vamos a comenzar entrevistando a Afonso Sarmento, que es responsable por nuestro Departamento
Financiero.
Sarmento tiene 60 años de edad, de aspecto enérgico, formal en su relacionamiento, muy conocido en los
principales círculos financieros del país. Es muy admirado por su inteligencia y capacidad de trabajo. Pero hay
otros que no confían en él, ya que lo consideran extremadamente frío e impersonal en el desempeño de sus
funciones. Nadie duda de su competencia, a pesar de que algunos consideran que es sobrestimada.
Candidatos en escena:
Monteiro: Las preguntas que le haré, Sarmento, serán las mismas que haré a los otros candidatos, y la
Comisión Especial las estudiará mas tarde. ¿Cuál, considera usted, su mayor contribución para el desarrollo de
la empresa?
Sarmento: Cuando asumí la Dirección de Finanzas de la compañía, hace diez años, el rendimiento de la
compañía en sus principales áreas de operación, estaba muy lejos de sus posibilidades reales. Mi primera
medida fue la de persuadir a la Comisión de Finanzas a introducir ciertos cambios. Aumentamos nuestro
capital, hicimos, de inmediato, la supervisión de los fondos existentes en la empresa, establecimos el control de
los pagos de impuestos e tasas de interés, organizamos la contabilidad, hicimos la planificación y el
levantamiento de los fondos necesarios para nuestra expansión, instituimos la confección y análisis de
informes financieros, proyectamos el control del sistema de auditorías para toda la Compañía, preparamos,
como hasta hoy lo hacemos, la recolección de información sobre la preparación de los estimativos
presupuestarios, además de la elaboración anual de estudios sobre el desarrollo y manutención de información
económica y estadística relacionadas a las actividades del pasado, presente y futuro de la empresa. Dando
prestigio a la iniciativa del gobierno, abrimos el capital de la Compañía, posibilitando la participación del
público, en larga escala, en sus destinos e hicimos de nuestras acciones una de las mejores del país. El año
pasado, según los datos proporcionados por el propio gobierno, nuestra empresa pasó a figurar entre las diez
más importantes del Brasil y nuestras ganancias ultrapasaron un 37 % los objetivos trazados y previstos.
Monteiro: ¿En su opinión, cuál de sus cualidades destaca más en usted el cargo de Jefe Ejecutivo?
Sarmento: Responsabilidad y cumplimiento del deber, antes que nada.
Monteiro: ¿Cuál, a su entender, es su mayor defecto?
Sarmento: También la responsabilidad. Pienso lo que digo y digo siempre lo que pienso. Sé que esto, muchas
veces, puede ser peligroso. Sin embargo ya es parte de mi estructura psicológica.
Monteiro: ¿Que tarea considera como la más importante para el Presidente de la TBC?
Sarmento: Responsabilizarse por los resultados. Debe tratar que la Compañía alcance siempre sus objetivos,
cualquiera que sea el proceso que se tenga que aplicar. Tenemos un compromiso con aquellos que depositan su
confianza y su dinero en nuestras manos y no podemos correr el riesgo de manipularlos indebidamente.
Nuestros pasos son observados y no podemos cometer errores. Todo tiene que ser planeado, organizado y
controlado, cuidadosamente, en sus mínimos detalles. En mi opinión, la principal tarea de la administración es
el control. Todo Presidente, si quiere obtener resultados satisfactorios, debe ejercer un efectivo control sobe su
organización.
Monteiro: ¿Como califica a los otros candidatos: Carvalho, Xavier e Waldir?
Sarmento: A pesar de mi posición, debo decir que ninguno de ellos reúne condiciones para el ejercicio de un
cargo de tal responsabilidad. En su mayoría no están preparados. Les falta visión global del problema. Son
buenos en sus respectivos sectores, pero no poseen noción del conjunto empresarial como un sistema que
necesita funcionar orgánicamente. Pero, aún así, por eliminación, me arriesgaría a votar por Xavier, no sólo
por sus grandes conocimientos que posee de su sector, si no también por la manera firme con que sabe tomar
sus decisiones.
Monteiro: ¿Desea complementar alguna cosa?
Sarmento: Sólo deseo recordar que tanto usted, como Ângelo conocen mis aptitudes y mi manera de ser. Me
buscaron en el momento más crítico en la vida de la Compañía, con la promesa de que, cuando surgiese la
oportunidad de una promoción, mi nombre sería sugerido al Consejo y que éste lo ratificaría sin mayores
complicaciones. Infelizmente, estoy viendo que, a pesar que yo cumplí con mi palabra, salvando la empresa de
una debacle, el trato no fue cumplido. No sé si debo recordarles que existe cierto compromiso de la Compañía
en relación a mí.
Monteiro: Muchas gracias.
*
Monteiro: Ahora tenemos un tipo de hombre completamente diferente. Su nombre es Vítor Carvalho, el más
joven de los candidatos. 48 años, hijo de una de las familias más ilustres de nuestro país, rico, educado, jovial,
dotado de un poder de aglutinación excepcional a su alrededor. Sarmento, como dije, es muy conocido y
acreditado en las principales áreas financieras del país, por lo tanto Carvalho conoce todo o grand-monde. No
solo conoce presidentes de los principales grupos empresariales radicados en el país, también tiene excelentes
relaciones con las figuras más importantes del gobierno.
Monteiro: Mi primera pregunta es: ¿cuál es su mayor contribución para el desarrollo de la compañía?
Carvalho: Usted debería reconocer que conseguí proyectar el nombre de la empresa dentro y fuera del país. El
tipo de mercadería que ofrecemos - servicios, por su peculiaridad, está sujeto a una serie de coyunturas en el
plano político, económico, financiero, técnico, social y hasta psicológico. Es por eso, que, insistimos en
acoplar las funciones del Director de Expansión y Propaganda. Cuando asumimos la dirección de esos
departamentos, hace nueve años, el servicio que ofrecíamos no podía ser considerado de buena calidad.
Los pedidos no eran atendidos con la destreza deseada y, se formaban colas. Las reservas y estoques de piezas
y equipos habían llegado a su fin,
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