Empresas Satisfactorias

Corría el año 1995, Leoncio se encontraba estudiando la carrera de Ingeniero Mecánico Administrador en el Tec de Monterrey. Ese verano su padre le pidió que regresara a Aguascalientes, su lugar natal para que lo apoyara en la empresa.

Leoncio -le dijo a su padre- este año estamos enfrentando una grave crisis, las ventas han caído un 70% y el país entero se encuentra en una situación muy grave. He tenido que recortar a la tercera parte de nuestros empleados, la devaluación y disminución de los ingresos han hecho el pago de nuestras deudas algo casi imposible, estamos en la lista negra del buró mexicano de crédito. Yo sé que hemos pasado por otras crisis, y tengo fe y confianza que la superaremos, pero necesito que te vayas a Estados Unidos y consigas clientes porque la situación interna del país no está nada fácil ¿aceptas?

Pero Leoncio no era una decisión fácil; por un lado, tendría que dejar sus asuntos personales pendientes y, por el otro, tenía sobre si toda la responsabilidad de rescatar la empresa. Su padre, un hombre fuerte, inteligente, muy comprometido y responsable, ejemplo de liderazgo, le estaba poniendo en sus manos el futuro de la compañía. El compromiso era muy grande.

José Leoncio Valdés Hernández (padre) después de terminar la carrera, trabajó arduamente durante 3 años con sus primos, pero sentía que necesitaba prepararse mejor y decidió comenzar la maestría en la Universidad de Birmingham en Inglaterra. Con el apoyo de su esposa, durante el tiempo de maestría , ahorró la mitad de sus ingresos considerando el regreso incierto. Viviendo modestamente en este periodo en el que Leoncio, hijo, era aun muy pequeño. En 1976, al terminar su maestría, regresó a México y el sentido de responsabilidad y cumplimiento que siempre lo habían caracterizado hizo que sus primos quisieran evitarlo nuevamente a su empresa, esta vez como socio.

José Leoncio le comentó a su esposa: "¿Qué opinas, me invitan de socio con un 33% de acciones para que formemos la empresa de Innovaciones Creativas, que se dedicará a realizar manufactura para equipos de tractores?, ¿le entro?".

Silva (su esposa) respondió: "¡Lo veo muy bien, es tu área de especialidad y te encanta, yo creo que Dios proveerá y debes hacerlo!

José Leoncio: "Ello implicaría comprar acciones de la empresa, para lo cual no sé cuánto podría aportar económicamente a los gastos de nuestro hogar.

Silvia: "Tienes todo mi apoyo, yo confió en ti y sé que serás capaz de hacerlo!

La empresa funcionó bien durante 6 años, pero la crisis de 1982 la llevó a la bancarrota.

En aquel momento, Silvia le sugirió a José Leoncio que comparara lo que quedaba de la empresa y que usaran sus ahorros, con tal de que sus empleados no perdieran su trabajo. Así que en la junta de consejo de la empresa cuando se evaluaron las deudas José Leoncio habló con sus socios y les dijo: "Bueno, si la empresa ahora vale 0.0 y lo que tenemos es una deuda, ¿por qué no me dejan que yo intente seguir adelante con ella? yo pago las deudas que quedaron con mis ahorros personales y los de mi esposa y trato de salir adelante".

Sus socios estuvieron de acuerdo y durante 5 años Silva mantuvo el hogar dando clases de inglés, mientras José Leoncio trabajaba sin parar, luchando por levantar su empresa.

José Leoncio habló con sus empleados y les dijo: "No sé si la próxima semana tendré dinero para pagarles, lo único que se es que tenemos las ganas, el compromiso y la necesidad de salir adelante, nadie está obligado a quedarse pero el que lo haga sabe recompensare muy bien su esfuerzo".

Los 40 empleados se quedaron, como socios. José Leoncio durante un entrenamiento profesional había adquirido conocimientos de manufactura de equipo agrícola, así que decidió sacar todo ese conocimiento archivado en su memoria y ponerlo en práctica. Es así como nace Tecnomec compañía manufacturera de este tipo de equipo.

Posteriormente, hubieron muchas dificultades para crecer, la crisis del año 1986 redujo en 50% las ventas, pero con una estrategia de diversificación se produjeron nuevos productos ofreciendo diseño y servicios de consultoría relacionados al equipo agrícola. Cuando la economía mejoro, Jose Leoncio decidió apostar a su país y a finales de 1992 pidió un préstamo por $1 millón de pesos para expandir su producción. Un año después, con una nueva planta, crecieron en un 17%.

"Aprendimos a triunfar en la crisis, hay un rezago muy fuerte en lo que es la mecanización del campo, lo poco que hay de mecanización se hace a través de empresas de bajo desarrollo tecnológico y las que tienen desarrollo tecnológico, el equipo es importado. El sentido tecnológico y de desarrollo del campo es abajo y debes tener un mercado suficientemente grande que te permita sobrevivir y mantener una empresa. Es relativamente fácil tener un taller pero generar una empresa, totalmente estructurada con sistemas de calidad en los procesos, control administrativo, mercadotecnia, fuerza de ventas (con murales) y plan de comunicación organizacional es mucho más que tener un simple changarro o taller. Silva, mi esposa, fue nuestra mejor vendedora, incluso hacia ventas de puerta en puerta" dice José Leoncio.

El camino que ellos habían seguido era tratar de ofrecer algo mejor de lo que había en el mercado mexicano, basándose en hacer mejoras en el diseño mecánico para el área de agricultura, lo cual se hace muy poco en México.

"En el 95, con la crisis, la empresa sufrió mucho; en aquel entonces nuestras máquinas eran las mejores de México, como fabricantes independientes. La crisis representaba una oportunidad para los norteamericanos, pues el tipo de cambio favorecía la compra de maquinaria y equipo mexicano. Así fue como un cliente nos contactó, visualizándonos como proveedores de los equipos, y compraron. Sin embargo, solo se realizó una transición y no continuó como cliente frecuente. Eso me hizo pensar que debíamos ir por más clientes al mercado norteamericanos y no quedamos esperando a que ellos dieran el primer paso; pero alguien debía hacerlo" -menciona José Leoncio.

Leoncio, hijo, era un joven emprendedor, visionario, ordenado, tenia dominio del inglés, así que era ideal. Leoncio acepto el riesgo y salió manejando por el estado de Texas; hizo contactos, organizo una presentación y se llevo a un ingeniero como "gitano", recorriendo con muestras la Unión Americana.

"Enfrentamos muchos problemas ya que no nos querían recibir por ser una empresa mexicana. Como resultado de la investigación de mercado percibimos que tendríamos que hacer muchos cambios de diseño, certificarnos en ISO 9000, aprender normas, establecer nuestros departamentos de una forma profesional, o hacíamos eso o moríamos" -menciona José Leoncio.

Leoncio identificó clientes potenciales y definió una mejor estrategia de distribución.

Ahora solo faltaría hacer que funcionara, pero ¿cómo dar capacitación cuando no tienes dinero?, ¿cómo hacer que tu personal se comprometa y reduzca el ausentismo elevado la productividad?, ¿cómo hacer que el personal entienda que si trabajamos todos juntos podemos hacer que las cosas cambien?

Además, ¿qué hacer para que los mercados internacionales perciban a una marca mexicana como un símbolo de calidad y confianza?, ¿cómo solucionar esta situación cuando tienes todos los pasivos encima?, ¿cómo detenerte a tomar agua a la mitad de una carrera tan larga sin pararte y desfallecer?, ¿cómo puede negociar su deuda

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