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Estilos Gerenciales

sames811426 de Febrero de 2014

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ESTILOS GERENCIALES PARA EL NUEVO MILENIO

Héctor A. Larocca

INTRODUCCION

La Gerencia, a secas, es un término ampliamente difundido en las Ciencias

Administrativas, desde el mismo comienzo de su historia.

En la retrospectiva histórica, Iglesias, Imperios, Naciones y Estados; Universidades y Ejércitos, como así también emprendimientos de cualquier orden debieron ser gerenciados para alcanzar sus objetivos, para cumplir con la misión para lo cual fueron creados y en general para producir resultados mediante organización.

La Gerencia, con este u otro nombre, es una institución muy antigua, forma parte de la naturaleza de los emprendimientos del colectivo social, llámese empresa, hospital, municipio o club.

Tanto Jesucristo al fundar la Iglesia Católica, Carlomagno o los Reyes de España, San Ignacio de Loyola con la Compañía de Jesús, de la misma forma que Cornelio Saavedra como Presidente de la Primera Junta de Mayo, San Martín y Bolívar como Libertadores de América o Bill Gates al iniciar Microsoft, debieron orientar sus acciones y decisiones para influir en sus adeptos, soldados, fieles, empleados seguidores, como así también ciudadanos, cuando de gobernantes se trata; a efectos de contar con las adherencias necesarias para realizar tareas en común.

Si bien el término se presenta como un genérico, no cabe la menor duda que a poco de explorarlo surgen diferencias sustantivas entre gerenciar una iglesia y/o una empresa; o bien entre un municipio y un club.

Ello implica necesariamente explorar los espacios comunes a la Gerencia y los espacios diferenciados; es decir en el caso de los primeros, los aspectos que, en general definen o connotan la Gerencia en dichos términos o sea, su universalidad, que respondería a la pregunta ¿Qué es la Gerencia?

Si desde la oferta de conocimientos acercamos una definición, el peligro consiste, como toda definición a memorizarla, adoptarla mecánicamente y cristalizarla en nuestra memoria, registrándola en forma indeleble.

Sintéticamente habríamos pasado de la ignorancia al conocimiento.

Este es un procedimiento de transmisión, quizá no el mejor, pero fácil al fin, se coloca la definición en un estante imaginario y, por lo tanto la Gerencia es...

Sin embargo, todo indica que son más las diferencias que las similitudes; que el alcance y naturaleza del término es suficientemente abierto, mereciendo especulaciones de todo tipo y dependencias múltiples, de factores ocasionales o permanentes, de factores temporales, de identidades organizacionales y fundamentalmente del perfil del sujeto llamado al ejercicio gerencial.

Otra vía de exploración terminológica, consiste en el procedimiento de asociación libre, donde tenemos la posibilidad de expresarnos en forma independiente, sin condicionamientos teóricos previos, e ir decantando por aproximaciones sucesivas un concepto razonable y abarcativo del término, un camino más complejo, pero inexorablemente más robusto; pues surge de procesos interactivos que permiten flexibilidad y cambio, adaptación circunstancial, considerando a la institución gerencial como un proceso de construcción de capacidades a medida de la organización, adecuada a cada tiempo, a las circunstancias particulares de su funcionamiento y al perfil del responsable de ejercerla: el Gerente.

La Gerencia está conformada por un conjunto de saberes, tal cual ocurre con otros espacios del conocimiento, sin embargo tiene particularidades propias de su especificidad. Por ello, en general, no alcanza el término a secas: Gerencia; sino que se presenta adjetivado con un componente que le otorga, al menos, una aproximación más precisa.

De este modo son habituales las expresiones Gerente General, Gerente Financiero, Gerente de Informática, Gerente de Producción, Gerente de Proyectos, etc.

A ellas, descripciones tradicionales, se han agregado en las últimas décadas adjetivaciones más vinculadas con un orden del espacio social, surgiendo de esta forma, por ejemplo: Gerente Público, Gerente Gubernamental, Gerente Privado, refiriéndose a espacios diferenciados de la sociedad, si bien ellos no están demostrados rigurosamente.

En otro orden clasificatorio, encontramos más precisiones gerenciales, por ejemplo Gerencia para empresas de salud, Gerencia para entidades del deporte, o bien, expresiones tales como gerenciar la educación.

Cuando a la institución Gerencia, se la vincula con una función, una actividad o un sector, las ramificaciones de interpretación se diversifican notablemente, bajo esta perspectiva la encontramos como: Gerencia de Producción, Gerencia de Marketing, Gerencia Administrativa, Gerencia Financiera, Gerencia para el desarrollo de nuevos proyectos, Gerencia de productos, Gerencia de Atención al Cliente, Gerencia de Servicios post – venta, etc.

Resulta incorrecto clonar epistemológicamente el término, construyendo una tabla que axiomatice el concepto y lo defina cerradamente.

En este trabajo, nos acercamos más a una explicación contextuada del término, como así también a un concepto dinámico de sus alcances y ello justifica el título asignado al trabajo.

Abundando en esta introducción nos formulamos algunos interrogantes: Un Ministro, ¿es un Gerente?, el Rector de una Universidad, ¿es un Gerente? ¿y lo es un padre de familia?

La respuesta está en una visión reduccionista del término y la institución gerencial, o bien en una visión más generosa y universalista.

La propuesta central de este trabajo se vincula con la exploración de ambas visiones, las relaciones entre las Ciencias Políticas, las Ciencias Económicas y las Ciencias Administrativas, identificadas estas últimas, como Ciencias Gerenciales; la articulación precedente no es obvia y refiere a la naturaleza contextuada de la gerencia conforme al marco político (sistema político imperante), las políticas económicas (modelos) de los cuales se derivan los “estilos gerenciales”. No es lo mismo gerenciar en Irak, EEUU o China; la gerencia como actividad y comportamiento, depende de los sistemas sociales, la cultura, el modelo de país y los procesos de desarrollo de los recursos humanos a través de la institucionalidad de la educación.

Por último, dos grandes senderos, casi irreconciliables se abren en el campo de la Gerencia en los tiempos contemporáneos, el iniciado por Miguel de Cervantes Saavedra en el Don Quijote de la Mancha y el de Nicolás Maquiavelo, en el Príncipe, y sus lecciones para gobernantes.

No es casual la cita pues se trata de una Gerencia de Valores en el primer caso, o de una Gerencia cuya racionalidad hace caso omiso de los medios para llegar a los fines.

EL PAISAJE HISTORICO

Las breves reflexiones del comienzo indican que las funciones gerenciales, asimiladas a las de conducción y dirección, como así también al liderazgo, datan de mucho tiempo atrás, con las debidas improntas que cada espacio temporal y situaciones de contexto han definido perfiles a través del tiempo.

En efecto, no habrá sido la gerencia para construir las pirámides de Egipto, la misma que para desarrollar y hacer crecer el Imperio Romano.

La Iglesia Católica, a través de la institución papal, como máximo exponente de conducción y lineamiento estratégico, siendo una institución administradora de la fe, desarrolla perfiles gerenciales a través de sus niveles jerárquicos diferenciados (cardenales, obispos, párrocos).

Del mismo modo, instituciones centenarias, por caso el Banco de la Provincia de Buenos Aires, se gerencia con estilos y características propios, que derivan de su historia, cultura, identidad, como así también del poder político de turno, teniendo en cuenta que es una institución cuya propiedad pertenece a la Provincia de Buenos Aires.

Al ponernos a precisar los lenguajes, en general, notamos que la ciencia administrativa, que se apropia del término Gerencia, no resulta muy clara al respecto.

Al evolucionar la misma con poco más de una centuria, el término ganó espacio en el lenguaje empresarial a partir de la instalación definitiva de la Revolución Industrial en el terreno organizacional, bajo la forma conocida como “empresa”.

El brazo operativo de la Revolución Industrial, lo constituye esa silueta tan difundida que conocemos como “empresa”. Un agrupamiento particular que se inicia a partir de una idea, en general, satisfacer una necesidad, instalada o a generarse y evolucionar a partir de la misma, en la medida que tenga cierta repercusión y atractivo, en esa entelequia llamada “el mercado”, espacio de encuentro entre la oferta y la demanda (diría la economía).

De allí que, Gerencia, se lo asimila rápidamente con las tareas, funciones, responsabilidades, actividades y quehaceres de aquel llamado a conducir y dirigir, a administrar y coordinar actividades de otros.

Sin embargo,

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