LA INNOVACIÓN Y LOS NÚCLEOS ESTRATÉGICOS COMO HERRAMIENTAS DE POSICIONAMIENTO GLOBAL

LA INNOVACIÓN Y LOS NÚCLEOS ESTRATÉGICOS COMO HERRAMIENTAS DE POSICIONAMIENTO GLOBAL

Ensayo para Obtener Una Nota al Curso – Gerencia de Cadena de Valor en la Maestría MBA Executive

Universidad Tecnológica de Bolívar, Cartagena

Ing. César Vásquez Otálora

Octubre 2015.

La innovación es la expresión más natural de una empresa que quiere triunfar en el medio donde ejerce sus actividades, lo cual se constituye en un objetivo muy valioso, hoy en día su campo de acción se ha venido estudiando con mucha más frecuencia, ya que la dinámica de la economía va tan rápido y con cambios tan repentinos que si las empresas no están lo suficientemente preparadas están destinadas a desaparecer, es aquí cuando aparece la innovación que permite a la empresas mantenerse vivas y posicionarse en nichos de mercado en los cuales los clientes se mueven.

La innovación se refiere a aquel cambio que introduce una o varias novedades, en un producto o servicio, cuando alguien innova aplica su conocimiento creativo a productos o servicios con la intención de aumentar la productividad o el valor, para que los potenciales consumidores se sientan más atraídos de adquirir ese producto o servicio. Según Peter Drucker (1974),  la innovación es una herramienta con la cual los emprendedores explotan el cambio como una oportunidad de negocio y crean recursos generadores de valor para la empresa y la sociedad, en ese mismo sentido el Manual de Oslo (OCDE, 2005), que es un documento con aceptación mundial y que actúa como gurú con un criterio especial en la materia, la define como la implementación exitosa de un producto o proceso nuevo (innovación radical) o significativamente mejorado (innovación incremental) en el mercado o en la empresa.

Las empresas practican el arte de la innovación para generar valor y crear un factor de éxito en el mercado en el cual se compite, convirtiéndose dicho proceso en un conjunto de competencias personales y empresariales con las que se puedan desarrollar nuevos productos, servicios, procesos y organizaciones tendientes a satisfacer las necesidades del cliente.  Todas la empresas de este siglo deben crear su propia cultura innovadora, ya que a través de ella se fortalecen los pilares que la constituyen, como son los recursos, procesos, valores, conductas, ambiente y el éxito (Rao y Weintraunb, 2013).  

En el presente documento se pretende enfocar la importancia que tiene la innovación ejercida como pilar fundamental en la estrategia de la empresa como factor clave de éxito, que genera valor a través de cada uno de sus estadios en el desarrollo del modelo de negocio que tienen las empresas, es decir la innovación es un proceso compuesto por varias etapas en las cuales las empresas primero identifican las oportunidades del mercado y se generan las ideas, seguido se evalúan las ideas y se establece su priorización, se definen los proyectos, se determina su ejecución y el posterior seguimiento, el proceso anterior se lleva a cabo con la ayuda de los departamentos involucrados junto con la gerencia a través de varios criterios que contengan aspectos como su alineación con la estrategia general, que el impacto esperado sea lo suficiente para mantener bien posicionada la empresa y su viabilidad en la implantación. Ver Figura 1.

[pic 1]

Figura 1. Etapas de la Innovación

En ese mismo sentido el profesor Phillip Kotler, autoridad reconocida en el área de la mercadotecnia, nos señala que la estrategia de innovación empresarial cuando se aplica a un negocio debe producir cuatro beneficios al mercado que son, la creación de nuevos productos, el aumento de la calidad del producto o servicio, la reducción de costos y la creación eficiente de canales de distribución para llegar al consumidor final. (Borges y Montero, 2013).

En el ejercicio de los procesos de innovación estos están cargados de una profunda investigación en la cual los filtros de cada departamento son parte fundamental para que los productos y servicios una vez avalados y puesto en el mercado comiencen a generar valor y creen una sostenibilidad a largo plazo, lo anterior se alcanza cuando las empresas implantan y mantienen una cultura innovadora en todos sus áreas, la cual tiene como objetivo fundamental el manejo eficiente de los recursos, la gestión de los procesos, la creación de unos valores empresariales, el ambiente (clima laboral) o entorno laboral en el cual se desenvuelven los trabajadores que facilite y fomente el aprendizaje y el éxito (Roa y Weintraub, 2013).

Es así como la cultura que se tenga en una organización se constituye en uno de los factores que más incide sobre la conducta innovadora de sus miembros, ya que al influir sobre esta se influye directamente en el comportamiento de las personas, lo cual permite que la innovación se implante como un valor fundamental dentro de la estructura de la organización y se puedan comprometer a alcanzar las metas propuestas por la dirección (Hartmann, 2006; Naranjo, Jiménez y Sanz, 2012). La valoración de la cultura de innovación trae consigo un proceso de análisis riguroso que adapta sus componentes a los siguientes formadores de cultura: el contexto competitivo, el direccionamiento estratégico, la estructura, el liderazgo, los sistemas de medición y las prácticas de la gente, lo cual con el transcurrir del tiempo va haciendo que lentamente se vayan observando los cambios que permiten la transición de la cultura tradicional a una cultura netamente innovadora, en ese sentido los trabajadores se van apropiando del conocimiento y van aportando más a la empresa, dejando de lado muchos vicios e inclusive apartándose de la resistencias al cambio y contribuyendo más activamente de forma positiva en los proyectos que desarrolle la empresa.  

Por otro lado una buena implantación de una cultura de innovación en las organizaciones va despejando el camino hacia la consecución de los objetivos marcados por la  misma, lo cual trae consigo un crecimiento en las capacidades de la empresa como son el servicio al cliente y el mercado que se refiere al cliente interno y el cliente externo, el ambidextrismo, que es la capacidad que posee la empresa para actuar en dos escenarios al mismo tiempo en el cual se manejen la innovación radical y la innovación incremental, la capacidad de velocidad, que permite a la empresa colocar rápidamente en el mercado más productos innovadores que la competencia, la capacidad de relacionamiento, que faculta a la empresa para establecer relaciones efectivas entre los miembros de la organización y los agentes externos y por último la capacidad de ejecución, que se asocia con el potencial que tiene la empresa para generar ideas, filtrar las mismas, planificar y estructurar el diseño y por último realizar la puesta en marcha del proyecto (Naranjo y Valencia, 2015).

...