¿LA MUJER EMPRESARIA NACE O SE HACE?

           Por Ana Lilia Ruiz Hernández.

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INTRODUCCIÓN

¿LA MUJER EMPRESARIA NACE O SE HACE?

El desarrollo de nuevos emprendimientos se ha convertido en uno de los principales objetivos en la agenda de la política de desarrollo a nivel mundial y nacional, se está volteando la cabeza hacia las pequeñas y medianas empresas, llamadas micro o simplemente PyMe´s . Hoy en día se habla mucho del emprendedurísmo dentro de nuestros diversos entornos, pero el hecho de que se hable de ello no quiere decir que verdaderamente se sepa de lo que se habla; se ensalzan muchas veces lo que ha logrado tal o cual persona en el medio empresarial (principalmente hombres), por lo que surgen ideas de exclusividad de género, incluso se ha creado un institución pública en México, llamada Instituto Nacional del Emprendedor (INADEM), y es a partir de esto que surge el cuestionamiento un emprededor ¿nace o se hace?, habrá una máquina prodigiosa que los genere en serie?, cuál es la formación necesaria para desarrollar un país de emprendedores? y lo más preocupante ¿es exclusivo del género masculino, existe un gen “Emprendedor” todavía desconocido ?.

En este breve ensayo (aludiendo a la abundancia de información), resulta evidente el interés que se ha generado en la investigación sobre el tema del emprendedurismo y en particular el emprendedurismo femenino, a nivel mundial, reconocido por la ONU, creando un organismo ONU mujeres, donde se habla de estos aspectos, el emprendedurismo, como una forma de empoderar a las mujeres.

1.- ¿EMPRENDEDURISMO O NO EMPRENDEDURISMO, ES ESA LA CUESTIÓN?

Desde el inicio del siglo XXI,  el estudio de la mujer como emprendedora ha empezado a ser objeto de estudio académico, como lo señalan diversos autores como (Sánchez 2013)  o  (Moliné 2017) remarcan su importancia, ésta última en el ámbito rural, que muchas veces se encuentra relegado incluso en el área de la investigación por ser económicamente “poco significativa”. Se piensa que “las organizaciones creadas por mujeres representan una tendencia creciente en la mayoría de los países desarrollados” (como se cita en Ferreriro., 2013, p.142), lo que ha causado interés de los investigadores para con este fenómeno social.  Se tienen datos de que los primeros artículos científicos al respecto surgieron en los 70´s y se incrementaron en los 80´s, centrándose en diversos aspectos como: “diferencias de género en los porcentajes de emprendedores, en las motivaciones para crear empresas, en las barreras y obstáculos para iniciar la actividad empresarial, entre otras cuestiones” (como se cita en Ferreriro., 2013, p.143), dichos estudios se encuentran principalmente en los Estados Unidos y en Inglaterra. En referencia al primer punto que es respecto a la comparación de porcentajes de participación por género, hasta la fecha se ratifica la sentencia de que las mujeres son menos emprendedoras que los hombres. Dicha afirmación que categorizo como sentencia, podría deberse a diversos factores que generan dicha situación y que no se está tomando en cuenta realmente. ¿Si a una persona se le repite constantemente que no es capaz de algo, no se afirma en la psicología que dicha persona terminará creyéndolo, no podría estar sucediendo lo mismo con esta afirmación? ¿De verdad la mujer es menos emprendedora? ¿Quienes elaboran dichos artículos científicos, se han aplicado siempre con el debido rigor científico? Más adelante se hace referencia a los informes que el Global Entrepreneurship Monitor, con sus siglas en inglés de GEM, muestran dichos porcentajes en su tasa TEA.

(La creación de empresas constituye un motor de innovación, competitividad y crecimiento para la sociedad, pero en cuanto se perfila hacia el autoempleo esta no es muy ponderada. Existe una tasa de actividad emprendedora llamada TEA. Esta tasa resulta muy interesante, pues mide todas las iniciativas emprendedoras de menos de tres años y medio que existen en el mercado, incluyendo las características principales de las actividades emprendedoras en un país. Este informe que da a conocer dichos datos se conoce como El Global Entrepreneurship Monitor (GEM), tiene la finalidad de generar una visión anual y detallada sobre la situación empresarial con relación a la situación económica y laboral en que vive la sociedad, utiliza formaciones e investigación, aportando datos para valorar la actividad emprendedora. Tomando como referencia dos puntos de análisis: la población adulta de un país y el análisis de los expertos. Teniendo tres líneas de investigación: estudia los/las emprendedores nacionales e internacionales, analiza los factores determinantes de esta actividad y las futuras políticas para incentivar la misma. De acuerdo al artículo publicado por Roberto Vázquez Burguillo (2015) los factores de actividad emprendedora, son los relacionados con el acceso al crédito, aunque dicho factor presenta información muy variada, dependiendo de la fuente que fundamenta dicha variación a los mercados, de acuerdo al mencionado autor, una forma de buscar disminuir esta barrera, muchas instituciones públicas han desarrollado políticas para incentivar programas de apoyo al emprendedurismo, en aspectos tan básicos como la formación, establecimiento de normas de calidad y seguridad, asesoramiento jurídico y comercial, remarcando los programas de ayuda financiera.  Ejemplo de ello son los programas de apoyo a Pymes, que buscan facilitar su adquisición de infraestructura a un costo y condiciones favorables para el emprendedor y que no se dan en circunstancias comerciales. Otro aspecto rescatable de su artículo es que recalca que las limitaciones más severas en una serie de colectivos en los que la tradición emprendedora es muy precaria, como son mujeres, desempleados, inmigrantes, jóvenes y los actualmente ocupados, no obstante dichos grupos sociales en particular las mujeres, inmigrantes y jóvenes han incrementando su contribución a la actividad emprendedora.

En una estudio hecho por la revista venezolana de estudios de la mujer, llevado a cabo analizando 21 artículos de literatura se encontraron los factores determinantes del emprendimiento femenino, clasificándolos en psicológicos, socioculturales y económicos. Concluyendo que a nivel psicológico las mujeres son más reacias a estudiar disciplinas que tengan que ver con los negocios, comparada con los hombres. Pero que una mujer emponderada, es decir el empoderamiento proviene del inglés empowement y su traducción al español tal cual ha sido el de empoderamiento, pero esto no es literal ya que su significado es de apoderamiento, se considera un proceso de capacitación hacia la emancipación. Se utilizó en la IV Conferencia Mundial de Beijing como alusión al aumento de la participación de las mujeres en los procesos de toma de decisiones y acceso al poder. Hoy en día va más allá la toma de conciencia del poder que individual y colectivamente ostentan las mujeres y que tiene que ver con la recuperación de la propia dignidad de las mujeres como personas. Es así como el concepto hace referencia a la capacitación para la emancipación que tienen las mujeres ante su propia vida, junto al poder colectivo que les da oportunidades para producir cambios socioculturales. Margaret Schuler lo define como “proceso por medio del cual las mujeres incrementan su capacidad de configurar sus propias vidas y su entorno, una evolución en la concientización de las mujeres sobre sí mismas, en su estatus y en su eficacia en las interacciones sociales”. Elvira Sánchez Muliterno en su libro “Mujer empoderada”, para ella una mujer empoderada es “aquella que ha realizado el proceso de conocerse, de romper sus barreras internas y de reconexión en su verdadera esencia. Dando lugar este proceso a una mujer que se conoce, que vive desde su autenticidad, sin copiar los modelos de poder establecidos y que vive su feminidad sin estereotiparla. En definitiva una Mujer empoderada es aquella que accede a su poder basándose en su verdadera esencia”. Otros organismos internacionales como la ONU Mujeres, entidad de la ONU para la igualdad de género y empoderamiento de la Mujer, apuesta por el mismo como estrategia para lograr una sociedad más igualitaria y socialmente responsable para todos. La primera ministra Michel Bachelet lo señaló claramente en el acto inaugural del Foro Nueva Economía, “empoderar a las mujeres es empoderar a toda la comunidad”.

En algunos países como España, de acuerdo al último reporte del “informe Global Entrepreneurship Monitor (GEM) España 2016”, señala que la actividad emprendedora (TEA) bajó dos puntos porcentuales (del 5.7% al 5.2%) respecto al

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Gráfica No.1 Tasa de actividad emprendedora 2015 GEM. Fuente: www.economipedia.

año anterior, lo que sitúa a este país por debajo de la media de las economías basadas  en la innovación que es de 9.1%, según lo señala el artículo de la europa press (2017). Dentro de la información publicada es interesante señalar que al menos en España, el 70.2% de las personas encuestadas (25,000 encuestas a la población de entre 18 y 64 años), reporta que su principal motivación a la hora de crear un negocio es que detecta oportunidades en el mercado, mientras que el 26% de los mismos los impulsa la necesidad económica. Cabe destacar que se comenta también que el 36.3 % de los emprendedores lo hizo con orientación innovadora, es decir que de cada cuatro de cada diez emprendedores ofrecen productos innovadores, que es un tema en si muy interesante. Señalan que el principal obstáculo para los emprendedores es el miedo al fracaso, según el 45% de los encuestados, esta tendencia cabe descartar van a la baja en el colectivo de los emprendedores, surgiendo ahora como modelo de referencia del emprendedurismo. Otro punto rescatable es que de los 600 expertos consultados señalan al unísono que el principal reto a vencer es la política gubernamental, es decir burocracia y exceso de regulación vinculadas a la creación de empresas. Otro índice es el índice de actividad intraemprendedora (EEA). Otro índice utilizado por GEM, es el llamado IEG que mide el ecosistema emprendedor de un país mediante la combinación de datos individuales, como el reconocimiento de oportunidades, habilidades de inicio y la aceptación de riesgos, con medidas institucionales, incluyendo la urbanización, la educación y la libertad económica. Es importante tomar en cuenta estas medidas ya que coadyuvan a distinguir el autoempleo y el espíritu empresarial como sinónimo de las iniciativas empresariales innovadoras, productivas y de rápido crecimiento que impulsan el crecimiento económico real.

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