PARADIGMAS Y METAFORAS DE LA ORGANIZACIÓN

PARADIGMAS Y METAFORAS DE LA ORGANIZACIÓN

Desde la visión epistemológica de la organización, al definir o representar un concepto las personas también definen su forma de actuar en relación con él, no actúan con base en lo real sino en la representación que se hacen de ello, es decir, realidad.

La complejidad de la organización como fenómeno ha dado diversas interpretaciones, tal vez el más difundido sea el de Garreth Morgan (imágenes de la organización), quien analiza ocho metáforas. La organización como máquina, ser vivo, cerebro, cultura, sistema político, cárcel psíquica, cambio e instrumento de dominación. Sin embargo, Rodrigo Muñoz en su ensayo (Paradigmas organizacionales y gestión humana: por una nueva ética de la relación laboral), él sintetiza en tres los “paradigmas” de las disciplinas clásicas administrativa: el mecanicista, el organicista y el holográfico. Tres paradigmas “distintos” y uno solo verdadero: el mecanicista, que responde a la organización burocrática.

Basado en Kuhn Muñoz plantea que el uso del concepto de paradigma ha sido inadecuado, puesto que son “realizaciones científicas universalmente reconocidas que, durante cierto tiempo, proporcionan modelos de problemas y soluciones a un a comunidad científica, el cambio paradigmático se da cuando ya no es posible el desarrollo por acumulación del conocimiento” y tal evolución no se ha dado, ya que “cada moda administrativa se arroga el atributo de estar cambiando de paradigma, pero… simplemente enfatiza un a variable. Lo que e n el fondo es la misma orientación paradigmática de todas las épocas: la racionalidad instrumental, la reducción del hombre a la condición de recurso y la asimilación de sus especificidades a variables o instrumentos de gestión”

El paradigma mecanicista

Por mecanicismo se entiende la analogía de la organización como una máquina. El mecanicismo, que reemplazo el trabajo artesanal, es un hijo de la segunda revolución industrial. A su vez fueron herederas del modernismo y, de la llamada ciencia positiva, que tenía como paradigma las ciencias naturales, la física. La organización moderna tuvo como modelo el ejército. Surgió con la aparición del Managment Científico, o ciencia del manejo, conocida hoy como administración. Su principió epistemológico derivó del concepto de división del trabajo: unos pocos piensan y otros muchos ejecutan lo que los primeros conciben, con lo cual se pretende deshacer la alianza filogenética entre mano y cerebro, el principio del hombre como medio al servicio de la organización.

El “paradigma” organicista

La organicista se inspiró en los seres vivos, sus necesidades y relaciones de supervivencia con el entorno. Partiendo del Managment Científico trató de remediar polémicas del modelo anterior. Con la diferencia de que ahora al “recurso humano” se le da un trato especial, donde se busca provocar o “motivar” en los subalternos los comportamientos deseados en la ejecución de su labor. Sin embargo, en el paso del mecanicismo al organicismo, no existió, un cambio paradigmático, y más bien se dio un desarrollo acumulativo dentro del mismo paradigma, lo que permitió extender su vigencia.

El “paradigma” holográfico

En este los cambios sustanciales; siguen siendo formales, y su objetivo es acentuar algunas de las modas y prescripciones administrativas incubadas en el organicismo, especialmente aquellas que ofrecen la fórmula para la alineación efectiva de los trabajadores a los propósitos de la organización. Tiene como metáfora al cerebro humano con sus probabilidades de redundancia y conectividad. Promete, pero no cumple que las organizaciones son como cerebros en el cual todo está en cada una de sus partes y viceversa. Ahora bien, la organización no funciona como un cerebro porque los seres humanos que las componen no son solo razón. La organización holográfica no es posible bajo los preceptos de la administración tradicional, aunque una aproximación sería posible si por lo menos a sus componentes se les respetara su igualdad ontológica, su igualdad como sujetos, y una equidad laboral.

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