ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Peligros De Una Mala Estrategia


Enviado por   •  30 de Enero de 2013  •  1.243 Palabras (5 Páginas)  •  390 Visitas

Página 1 de 5

La victoria de Horacio Nelson contra Napoleón en Trafalgar es un ejemplo clásico de buena estrategia, algo que casi siempre se ve simple y evidente solo en retrospección. El almirante inglés decidió compensar la desventaja numérica de sus barcos atacando a la armada franco-española por los flancos y no de frente.

Esa estrategia, que significó un sonoro triunfo ante un enemigo superior, fue identificada por un líder talentoso que supo reconocer cuál era su debilidad en el enfrentamiento y cuál podía ser el camino mediante el cual esa debilidad quedara anulada.

Con este ejemplo, Richard Rumelt, profesor en la UCLA Anderson School of Management, introduce al lector en un tema tan sensible (lo que sigue es una condensación del libro próximo a publicarse titulado Good Strategy/Bad Strategy: The Difference and Why It Matters).

El mundo está plagado de líderes que dicen que tienen una estrategia cuando no la tienen. Lo que tienen es “mala estrategia”. Una mala estrategia ignora la ventaja de optar por un tema para poner todo el foco allí y en cambio trata de acomodar una multitud de demandas e intereses en conflicto. La mala estrategia cubre su incapacidad para guiar adoptando el lenguaje grandilocuente de las grandes metas, de la ambición, la visión y los valores. Esos elementos son importantes, pero no sustituyen el duro trabajo de diseñar una estrategia.

Quienes están al frente de Gobiernos, empresas e instituciones educativas se muestran impotentes para solucionar sus problemas. Sus planes estratégicos son poco más que expresión de deseos. Es hora de que se les exija una buena estrategia.

La lista de señales de una mala estrategia se reduce a cuatro puntos: incapacidad para enfrentar el desafío, confusión entre metas y estrategia, objetivos equivocados y palabrerío hueco.

Incapacidad para enfrentar el problema

Una estrategia es un camino para atravesar una dificultad, un método para superar un obstáculo. Si el obstáculo no se define, es difícil evaluar la calidad de la estrategia. Y, si uno no puede evaluar eso, no puede rechazar una mala estrategia o mejorar una buena.

O sea que si no se logran identificar y analizar los obstáculos, no se tiene estrategia. Se tiene una meta o una lista de cosas que se desea que ocurran.

Confundir meta con estrategia

La frase que fascina es “con voluntad, se logra cualquier cosa”. Es válido aquí hacer referencia a los grandes esfuerzos hechos entre 1915 y 1917 durante la Primera Guerra Mundial, que condujeron a la muerte de una generación de jóvenes europeos.

Las tropas masacradas no carecían de motivación. Pero murieron por no tener un buen liderazgo estratégico. Es lícito que un líder pida a sus seguidores un “último esfuerzo”, pero su tarea es más que eso. Es crear las condiciones que hagan eficaz ese esfuerzo, es tener una estrategia que merezca el esfuerzo que reclama.

Malos objetivos estratégicos

Otra señal de mala estrategia la dan los objetivos estratégicos difusos. Este problema puede adoptar la forma de un revoltijo de cosas para lograr. Una larga lista de cosas para hacer, a menudo mal llamadas estrategias u objetivos, no es una estrategia. Simplemente es una lista de cosas para hacer. Tales listas normalmente surgen de reuniones de planeamiento donde un gran grupo de personas sugieren cosas que quisieran que se hagan.

En lugar de concentrarse en unos pocos temas importantes, el grupo pone todas las sugerencias del día en el plan estratégico. Luego la llaman “de largo plazo”, para indicar que ninguna de esas cosas necesita hacerse hoy.

Un segundo tipo de objetivo estratégico débil es lo que podría llamarse “cielo azul” – casi siempre una simple reformulación del estado de cosas deseado o del desafío. Claro que nadie tiene la menor idea de cómo llegar hasta allí. Aquí el líder suele identificar un desafío y proponer un método general para hacerle frente. Pero si los objetivos estratégicos son tan difíciles de lograr como el desafío original, la estrategia añade poco valor.

La buena estrategia, por el contrario, funciona concentrando la energía y los recursos en uno, o algunos pocos, objetivos

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (8 Kb)  
Leer 4 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com