Tendencias económicas: Siglo XXI.

Tendencias económicas: Siglo XXI.

Un fantasma recorre el mundo, el fantasma de la globalización.

Los años pasan como luz que va iluminando nuestro camino, un camino sinuoso y lleno de obstáculos que históricamente no podíamos ver hasta que era demasiado tarde. Hoy, nuestro conocimiento y nuestras herramientas nos han permitido alumbrar ese camino, pero eso no lo hace menos difícil. Ahora nuestro trabajo es usar todo el conocimiento colectivo para limpiar y allanar ese camino, o en su defecto, construir un puente.

Ese camino es la contexto internacional en el que nos encontramos, lleno de barreras sociales, jurídicas, históricas, comunicativas y sobretodo ideológicas que abren grandes brechas entre comunidades que deberían estar unidas; y esa luz que nos ayuda a ver el camino es la economía, un lenguaje universal que viene de la mano con la globalización, la internacionalización de las ideas y la caída de las fronteras en muchos sentidos. Lógicamente, la economía tiene sus propios problemas y siempre los tendrá, desde que existen registros, ha habido una serie de sistemas económicos que nacen de diversas problemáticas pero que estaban condenados a desaparecer con el crecimiento de la civilización. El trueque, muy popular en las primeras culturas a lo largo de todo el mundo tuvo que evolucionar y adaptarse a la gran variedad de objetos de consumo, ahí están los primeros usos de la moneda, en forma de oro y plata que tenían un mismo valor para todos.

Durante la edad media se dio la gran expansión del mundo, se volvio comun el comercio marítimo y terrestre a largas distancias entre europa y asia, principalmente. Fue entonces que las cosas empezaron a tener un valor real en todo el mundo conocido y empezaron a florecer los que ahora llamamos magnates de negocios y agentes preponderantes, que luego darían paso a banqueros y demás empresarios. Había nacido la economía.

Tratar de encontrar las similitudes entre la economía de aquel tiempo y la actual es una tarea cada vez más difícil, y lo será cada vez más porque nuestro sistema económico está en constante cambio, adaptándose a nuevos panoramas y buscando salidas innovadoras para las problemáticas que surgen periódicamente. Tanto es así que a día de hoy muchos llaman a las crisis económicas procesos y dicen que no se puede comprender una economía sana que no pase malos momentos de vez en cuando.

La economía ha crecido tanto y se ha convertido en un objeto de estudio tan plural que hay incontables debates sobre cada rama de la economía que nunca tienen un fin claro, tienden a caer en la subjetividad al poco tiempo por ese factor especulativo que rodea a los sistemas económicos actuales y los vuelve un campo de incertidumbre tanto teórico como práctico.

Cada siglo nacen nuevas teorías económicas que nos hacen replantear todo el sistema, a veces incluso de la mano de revoluciones en el pensamiento de las masas, focalizadas o en todo el mundo. Basta con abrir un libro de historia para ver que los grandes ejes globales muchas veces se dividen por sus políticas económicas y discrepancias en esos temas han llevado a pueblos a levantarse en armas.

La economía actual se entiende como el resultado de una sucesión de acontecimientos en los últimos 150 años, y las decisiones que tomaron los gobernantes para afrontar las altas y bajas que han golpeado a nuestra sociedad. Comenzando con la revolución industrial, que fue el movimiento que abrió las puertas al capitalismo moderno y marcó tendencia en todo el mundo, la crisis de 1929 la que aún muchos consideran la más grande de la historia que no fue más que el primer golpe a wall street, la segunda guerra mundial y el gran cambio en los mercados de todo el mundo, especialmente el de Estados Unidos y Alemania, hasta la revolución tecnológica de los 90`s que aun ahora no comprendemos del todo su magnitud y la crisis de 2008 que sacudió a todo el mundo e hizo replantearnos nuestro sistema.

Las tendencias económicas actuales de 2015 prosiguen su marcha y evolución con una proporción moderada, lo que puede hacer despuntar al alza la tasa del 2,6% del año pasado. Las tensiones geopolíticas en diferentes países y subregiones, sumados a muchos desplomes internacionales inesperados, truncó levemente la recuperación económica mundial.

La zona Euro y Japón siguen mirando con lupa la deuda económica de algunos de sus países y regiones, lo que evidencia un cambio en las tasas de crecimiento de su Producto Interior Bruto (PIB). Además, estos últimos no consiguen llegar al enriquecimiento de tasas anteriores a la crisis.

Teniendo en cuenta el bloque económico MERCOSUR (mencionado anteriormente), su aceleración a nivel mundial entrará en una transición más divergente en 2015, dejando una expansión del Producto Bruto Mundial (PBM) del 3,1 y 3,3% en 201 5 y 2016, respectivamente.

Todo apunta a que las próximas décadas la economía global sufrirá una nueva revoluciòn y debemos estar preparados, es por eso que considero que todos debemos informarnos, ver distintos puntos de vista y hacer un ejercicio de reflexión sobre lo que se avecina para nosotros como sociedad productiva y así, poder pasar sin problemas por este largo camino hacia el futuro.

En este momento estamos atravesando una crisis económica y las decisiones que se están tomando tienen como fin sopesar las dificultades, pero la divergencia en las medidas aplicadas por las superpotencias económicas del mundo parecen perjudicar más que beneficiar.

Vivimos en un mundo donde las fronteras económicas son pocas y cada vez menores, esto provoca que nuestros sistemas y organizaciones, erigidas en tiempos muy distintos a estos, queden obsoletas en la tarea de recomposición del tejido económico global.

Desde el aspecto económico podemos entender el término Globalización como la mutua dependencia de todos los países del mundo mediante la creación de un mercado único donde queden eliminadas todas las trabas burocráticas y de esta manera permitir el libro tráfico de capitales y productos. De esta manera los países más pobres podrían ofertar sus productos de una forma más competitiva al abaratarse los costes, así como importar los que necesiten gracias a lo mismo. Los países más ricos podrían invertir de una manera más fácil en otros menos afortunados generando riqueza para ambos.

El comercio internacional, está bastante relacionado actualmente con el concepto de globalización, ya que no es otra cosa que la reciprocidad en las operaciones económicas o mercantiles que se producen entre varios países, que gracias a acuerdos entre ellos permiten la libre circulación de mercancías entre sus límites aduaneros. Gracias a las nuevas tecnologías está en plena expansión, ya que con las facilidades que ofrecen las comunicaciones vía Internet, como por ejemplo la videoconferencia, se pueden cerrar importantes tratos reduciendo notablemente costes de desplazamientos. También influye notablemente en esta tendencia económica el auge de los medios de transporte, que con su evolución han aportado variación, rapidez y reducción de costes en este tipo de operaciones.

La evolución natural del mercado, siempre buscando expandirse. Donde haya demanda habrá oferta. Y aunque en teoría el gran beneficiado de la globalización deberían ser los países pequeños, bajo la promesa de fuertes inversiones que impulsen su economía, lastimosamente son víctimas de un sistema donde los grandes exportadores son juez y verdugo, oprimiendo con burocracia, arreglos no recíprocos y desinformación.

Aquí se abre otro gran debate, ¿Qué tanto debe el estado intervenir en los acuerdos comerciales? Mucho se habla de la autorregulación del mercado, incluso podrían exponerse casos donde la participación política ha perjudicado más que beneficiar.

El concepto de la intervención pública ha variado mucho lo largo de los años, el propio estado surge por la necesidad de protección de territorios que conformaban reinos. Posteriormente se comenzaron a emitir normas de comportamiento en sociedad o leyes, con el propio derecho romano que buscaba garantizar la propiedad privada y la acumulación. Ya entrado el siglo XVII con el liberalismo del estado comenzó a reconocerse las libertades de los individuos que se concretaron con la Ilustración y el surgimiento del capitalismo como modo de producción en sustitución del feudalismo. Con el advenimiento de la revolución francesa y la independencia de las 13 colonias de Norteamérica el estado se empieza a involucrar un poco en cuestiones de responsabilidad para con la sociedad, sin embargo, debido al sistema económico liberal predominante, la intervención de este en materia económica era marginal.

James A. Robinson, reconocido economista y profesor del MIT nos habla en su libro “In one hundred years: leading economists predict the future” de 10 puntos que considera serán claves para entender la economía global en los próximos 100 años. Considero importante mencionarlos, sintetizarlos y debatirlos para cimentar mi argumento.

1. Revolución de derechos: Ya se han dado grandes saltos en materia de inclusión y respeto de los derechos humanos, en especial en los países más marginados, y en mi opinión durante las siguientes décadas continuará, pero será más lenta. Hay razones para el optimismo, pero no hay nada inevitable y todo depende del avance en materia de educación básica formativa de los individuos en el mundo y el apoyo que encuentren en instituciones (públicas y privadas) incluyentes.

2. Futuro de la tecnología: La comunidad maker va en expansión, son cada vez más los jóvenes que buscan soluciones alternativas y totales a problemas sustantivos

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