Características que inciden en la sobrecarga emocional en los padres de pacientes internados en UTIP
Noelia FerrandoEnsayo20 de Abril de 2019
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Tema: Características que inciden en la sobrecarga emocional en los padres de pacientes internados en UTIP
Pregunta problema
¿Cuáles son las repercusiones del estrés de la sobrecarga emocional de los padres que inciden en los pacientes internados en UTIP del Hospital Nacional Alejandro Posadas de la localidad del Palomar durante el periodo noviembre 2016 a noviembre del 2017?
Justificación
Las Unidades de Terapia Intensivas Pediátricos (UTIP), son por lo general, espacios cerrados, hostiles, muchos de ellos carentes de intimidad, unidos a estrictas normas donde el objetivo principal de los profesionales recae fundamentalmente en el cuidado del paciente mediante la tecnología y la efectividad práctica. Además, la forma en que estas organizadas las UTIP, pensadas en facilitar el trabajo de los profesionales médicos y enfermeros, dificulta la relación de la persona con su entorno (Zaforteza, Gastado, Lastra, De Pedro y Sánchez, 2004).
De esta manera, el paciente internado queda separado de su familia siendo ésta su mayor fuente de apoyo social y personal (Burgos, Cano, García y Lage, 2000). Un aspecto a tener en cuenta es que la internación de un hijo/hija en este tipo de unidades hace que los familiares se enfrenten a una situación nueva, en la que predominan sentimientos como: confusión, preocupación, incertidumbre, desamparo, enfado, culpa, etc. Provocando al mismo tiempo temor, primero a la muerte y al sufrimiento del paciente y después, una vez pasado el peligro vital, a las posibles secuelas o pérdidas secundarias que pueda provocar su enfermedad (Gómez, Monsalve, Soriano y De Andrés, 2006).
Los familiares tienen que adaptarse a la nueva situación. Adaptación que viene marcada por el horario de visitas restringido, la terminología médica, la maquinaria que rodea al paciente, el ambiente en la sala de espera, los procedimientos médicos, la calidad y la cantidad de información, el estado de salud de su familiar, etc. (Martín, Pérez y Galán, 2005).
El gran impacto emocional que viven los familiares puede influir también, en este proceso de adaptación ya que se produce una focalización de la atención en aspectos que están relacionados con la internación y se dejan de lado aspectos personales.
La desatención de los aspectos personales pude provocar estrés, lo que facilita entre otras cosas, una atención inadecuada a al niño/niña internados, sentimientos de culpabilidad que impiden realizar los asuntos pendientes que se postergan para atender al familiar internado y situaciones laborales complicadas. Es decir, se entra en un círculo vicioso difícil de salir (Martín, Pérez y Galán, 2005).
En la presente investigación se quiere analizar la problemática que surge diariamente en UTIP con los familiares de los pacientes, al analizar los diferentes factores que influyen negativamente en ellos, logrando una investigación profunda para poder acercarse quizás a resolver las fallas que pueden surgir en el tratamiento del paciente debido a los problemas que afronta el familiar del paciente, ya que estos como estos impactan en él, siempre se trata de mejorar la calidad de atención del paciente pero no se pone la perspectiva en el padre u/o familiar que en un pediátrico es indispensable una presencia solida de ellos para apoyarlos en su recuperación, brindándoles su atención en todos sus sentidos los cuales son muy importantes en esa etapa de la vida. Lo más cotidiano es encontrase con un familiar indiferente, desconociendo el estado de gravedad y la importancia que tiene su contención o también familiares desbordados, ansiosos por el momento que está atravesando su hijo.
Por lo anteriormente mencionado la importancia de esta investigación de analizar los factores que inciden en la sobrecarga emocional de los padres de pacientes internados en UTIP.
Marco teórico
La internación en el UTIP supone, tanto para el paciente como para la familia, una experiencia estresante a varios niveles: a nivel cultural (aceptar normas, valores y símbolos de la propia unidad), a nivel estructural (espacios pequeños, no equipados para la familia, muchas veces faltos de intimidad), a nivel social (las interacciones sociales del hospital), a nivel psicológico (factores estresantes como por ejemplo situaciones de dependencia) y a nivel físico (olores desagradables, sonidos diferentes a los habituales, monitores…) (Díaz y Díaz, 2004).
El ambiente hostil de las UTIP, el aparataje que rodea al paciente (monitores, cables, bombas, sueros, respiradores, tubos, gráficas y números imposibles de describir), la separación o el aislamiento físico de su familiar, la incertidumbre por su evolución, la aceptación del proceso, la soledad y la falta de información o la restricción de horarios hacen que surjan sentimientos de miedo, incertidumbre o ansiedad tanto en el paciente como en el familiar (Pardavila y Vivar 2012; Hidalgo, Velez y Pueyo, 2007).
La internación en la UTIP supone para los familiares un momento confuso: por un lado, viven la agonía, la desesperación, la angustia, el enfado por el ingreso en este tipo de unidades que evidencian la gravedad del estado de salud de su ser querido. Por otro, esperan la recuperación del paciente ante el ingreso en la unidad donde se ofrecen los mejores cuidados (Pallares, 2003).
La familia, vive situaciones que provocan un gran desasosiego que puede repercutir tanto en la salud psicológica de la familia como en la recuperación del paciente ya que todos ellos se enfrentan a decisiones difíciles (el propio ingreso en la unidad, decisiones en torno a la continuidad o no del tratamiento, etc.), muchas veces en contacto con situaciones próximas a la muerte (Llamas et al, 2009). Y es que como bien afirma Pallares A. (2003, p. 9), el ingreso en estas unidades se suele percibir por la población general como “la última oportunidad”.
La estructura familiar a la que pertenece el paciente se ve gravemente alterada pudiendo aparecer trastornos psicológicos como la ansiedad y la depresión, debido a la difícil situación a la que se ven sometidos: fatiga, insomnio, desconocimiento de las normas de la unidad, dificultad para adquirir e interiorizar la información etc. (Gómez, Soriano, Monsalve, De Andrés, 2009).
Los cambios que se producen en los roles asumidos en las estructuras familiares tanto por parte del enfermo como del allegado son otros aspectos a tener en cuenta (Blanca, Blanco, Luque y Ramirez, 2008) ya que pueden dar lugar a ciertos cambios que de alguna manera forzarán a suplir las responsabilidades que tenía el paciente dentro del núcleo familiar. En este mismo sentido según los criterios del Diagnostic and Statistical Manual Disorders (DSM-IV), de la Asociación Americana de Psiquiatría, consideran la internación en la UTIP como un elemento estresor traumático debido a los cambios que produce en los roles de la familia (American Psychiatric Association, 2000).
De hecho, un estrés prolongado en el tiempo, hace que se produzca un deterioro en los comportamientos saludables de estas personas ya que suelen presentar horas de descanso insuficiente, una alimentación desequilibrada y una falta de ejercicio físico; poniendo en riesgo, a veces, la desatención de sus propias necesidades (Vargas y Aguilar, 2004). Este tipo de trastornos se pueden prolongar en el tiempo ya que pueden estar presentes incluso varios meses después del alta del hospital, pudiendo favorecer el desarrollo de un Trastorno de Estrés Postraumático (TEP), (Auzolay et al, 2005; Gómez et al, 2009).
Para poder analizar el estrés que poseen los padres nos vamos a focalizar en 2 aspectos, el estrés interno que atraviesan el individuo, por diferentes circunstancias, y los factores externos al individuo que influyen en este estrés.
El término estrés proviene de la física y la arquitectura y se refiere a la fuerza que se aplica a un objeto, que puede deformarlo o romperlo. En la Psicología, estrés suele hacer referencia a ciertos acontecimientos en los cuáles nos encontramos con situaciones que implican demandas fuertes para el individuo, que pueden agotar sus recursos de afrontamiento.
La definición del término estrés ha sido muy controvertida desde el momento en que se importó para la psicología por parte del fisiólogo canadiense Selye (1956). El estrés ha sido entendido:
- como reacción o respuesta del individuo (cambios fisiológicos, reacciones emocionales, cambios conductuales, etc.)
- como estímulo (capaz de provocar una reacción de estrés)
- como interacción entre las características del estímulo y los recursos del individuo.
En la actualidad, este último planteamiento, se acepta como el más completo. Así pues, se considera que el estrés se produce como consecuencia de un desequilibrio entre las demandas del ambiente (estresores internos o externos) y los recursos disponibles del sujeto. De tal modo, los elementos a considerar en la interacción potencialmente estresante son: variables situacionales (por ejemplo, del ámbito laboral), variables individuales del sujeto que se enfrenta a la situación y consecuencias del estrés.
El estrés puede ser definido como el proceso que se inicia ante un conjunto de demandas ambientales que recibe el individuo, a las cuáles debe dar una respuesta adecuada, poniendo en marcha sus recursos de afrontamiento. Cuando la demanda del ambiente (laboral, social, etc.) es excesiva frente a los recursos de afrontamiento que se poseen, se van a desarrollar una serie de reacciones adaptativas, de movilización de recursos, que implican activación fisiológica. Esta reacción de estrés incluye una serie de reacciones emocionales negativas (desagradables), de las cuáles las más importantes son: la ansiedad, la ira y la depresión.
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