PROBLEMAS DE CONDUCTA EN LA ADOLESCENCIA: A QUE SE DEBE Y COMO SOBRELLEVARLOS
SLOPEZTITesina4 de Noviembre de 2020
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UNIVERSIDAD CULTURAL CIUDAD JUÁREZ
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¨ PROBLEMAS DE CONDUCTA EN LA ADOLESCENCIA: A QUE SE DEBE Y COMO SOBRELLEVARLOS¨
SARA LOPEZ TINOCO
170695 EJECUTIVO
LICENCIATURA EN PSICOLOGÍA
CIUDAD JUÁREZ CHIHUAHUA MAYO 2019
DEDICATORIA
AGRADECIMIENTO
A las personas que han estado presente en mi vida y se han quedado para apoyarme durante este camino, para mi motivación más grande, mis hijos, que sin duda esto y muchas cosas más son por y para ellos. A mi madre, por estar constante en cada momento y a comprendido el poco tiempo que comparto en familia por este camino que aún falta por concluir. Debo manifestar mis agradecimientos a todas aquellas personas que me apoyaron, pero en especial a mi prometido que es el que ha estado al pendiente en todos los sentidos, principalmente en este trabajo, que sin duda se ha ofrecido en todo momento auxiliarme.
ÍNDICE
DEDICATORIA II
AGRADECIMIENTO III
ÍNDICE IV
INTRODUCCIÓN 1
2 MARCO TEÓRICO 4
2.1 Adolescencia 4
2.2 Adolescencia temprana (10 a 13 años) 4
2.3 Adolescencia temprana (10 a 13 años) 6
2.4 Adolescencia media (14 a 17 años) 7
2.5 Adolescencia tardía (17 a 21 años) 7
3.1 factores que intervienen en el comportamiento de los adolescentes 8
3.2 Emociones 9
3.3 Sentimientos 9
3.4 Apariencia física 10
3.5 tiempo libre 11
3.6 Alcohol y drogas 11
3.7 Nuevas tecnologías 12
3.8 Grupos sociales 12
4.1 Problemas de conducta en casa y fuera de 14
5.1 Rol del adolescente en la familia 15
6.1 Rendimiento escolar 16
6.2 El papel de los amigos y padres en el rendimiento escolar 18
6.3 Conductas de riesgo 20
6.4 Signos de alarma 21
Situaciones personales: 22
Situaciones familiares: 22
6.5 Drogadicción 23
7.1 La sexualidad en la adolescencia 25
OBJETIVOS 28
METODOLOGIA 29
CONCLUSION 30
BIBLIOGRAFIA 31
GLOSARIO 32
INTRODUCCIÓN
La palabra adolescencia, de latín adolescentia, significa crecer o desarrollarse hacia la madurez. En la edad que comprende desde la niñez hasta el completo desarrollo del organismo desde un punto de vista fisiológico. Esta etapa inicia desde los diez a doce años hasta los veinte aproximadamente, coincidiendo con el inicio de la madurez. A lo largo de esta etapa, los jóvenes experimentan una serie de cambios a nivel físico y biológico, psicológico, social y sexual; si bien estos límites son variables, ya que depende del sexo, raza, condiciones en las que se vive y los medios socioeconómicos. Hace pocos años que se presta interés a esta edad como periodo con características propias. Vale destacar, en esta etapa emergen conductas, actitudes, sentimientos y deseos contradictorios que antes no existían con tal magnitud y tales características; por tanto, el adolescente no es un niño ni un adulto; por otro lado, esta etapa de la vida, como época de transición de la niñez a la adultez, no solo es importante, sino decisiva.
Entrar en la etapa de la adolescencia, resulta un periodo de crisis que inicia, en general hacia los diez años que puede durar dos o tres años aproximadamente. En el mismo los padres se sienten desorientados, por no saber cómo sobrellevar dichas conductas de sus hijos. Los jóvenes se encuentran en las escuelas y, en sus momentos de ocio, intercambian opiniones y deseos. Así se va formando un grupo con rasgos específicos que, poco a poco, va creando su lenguaje, su moda, sus gustos y que, al mismo tiempo, empieza a reivindicar sus derechos. Con anterioridad a los niños, cuando dejaban de serlo, se les consideraba adultos y realizaban tareas propias de estos. Actualmente, el adolescente, con los cambios corporales, se da cuenta de que ya no es un niño, pero tampoco es un adulto, entonces empieza a preguntarse: ¿Quién soy?; no se resigna a perder sus ventajas infantiles y tampoco se atreve a aceptar las responsabilidades que paulatinamente se le van exigiendo para entrar en el mundo adulto. Así el adolescente, que se encuentra entre un mundo perdido y un mundo que desconoce, se refugia en sí mismo buscando su propio mundo, que es conocido y por tanto el que le da seguridad. Se vuelve introvertido y se aleja de los adultos, por los que no se siente comprendido, sumándole si en su entorno familiar existen problemas cotidianos. Este alejamiento irrita a los mayores, que no se atreven a perder su ¨niño¨ o le exigen como si fuese un adulto en sus respuestas y comportamiento. Todo esto orienta a los jóvenes a tener una crisis por lo tanto sus cambios de conducta no son los adecuados ante la sociedad.
Por regla general, los adolescentes ejercitan su independencia poniendo en duda y en veces quebrantando las normas. Los padres han de diferenciar los errores de juicio esporádicos de una mala conducta que requiere en muchas ocasiones tratamiento profesional. Los signos de alerta que presenta el adolescente son el empeoramiento del rendimiento escolar y las fugas del hogar entre otros.
Dado que los adolescentes son más independientes y volubles que cuando eran niños, frecuentemente quedan fuera del control físico de los adultos. En estas circunstancias, el comportamiento de los adolescentes está determinado por su propio código moral y de conducta.
Algunos padres y sus hijos adolescentes se enfrentan por casi todo. En estas situaciones, el punto central es el control. Los adolescentes quieren sentir que tienen el control de su vida y los padres quieren que los adolescentes sepan que siguen poniendo las reglas. En estas situaciones, todos se benefician que los padres seleccionen los frentes concentrando sus esfuerzos en las acciones de los adolescentes (como asistir a la escuela y cumplir con las tareas domésticas) más que en sus manifestaciones (como su atuendo, su peinado o su entretenimiento preferido).
Los padres actúan como guías en las acciones de los adolescentes, en lugar de controlarlas directamente. Los adolescentes que sienten afecto y apoyo por parte de sus padres son menos propensos a mantener comportamientos temerarios. Además, los adolescentes cuyos padres le transmiten expectativas claras relativas al comportamiento infantil y muestran los límites de forma consistente y los supervisan, tienen menos probabilidades de que sus hijos adolescentes sigan conductas arriesgadas. El estilo parental basado en la confianza favorece que los niños participen en la configuración de expectativas y el establecimiento de reglas familiares. Con este estilo de crianza de los hijos, en oposición a la crianza autoritaria (en la que los progenitores toman decisiones con el mínimo aporte de sus hijos) o la paternidad permisiva (en la que los progenitores establecen pocos límites) es más probable promover comportamientos maduros.
Por lo general, cuando la intervención parental se basa en la autoridad, los padres utilizan un sistema de concesiones gradual, en el que al principio se da a los adolescentes pequeñas parcelas de responsabilidad y libertad (como cuidar de una mascota, hacer labores domésticas, comprar su propia ropa, decorar su cuarto o gestionar su paga). Si los adolescentes manejan esta responsabilidad de forma apropiada durante un periodo de tiempo, se les conceden más responsabilidades y más privilegios (como por ejemplo salir con amigos sin supervisión paterna o conducir). En cambio, una actuación poco juiciosa o irresponsable conlleva la pérdida de concesiones. Cada nueva concesión requiere una vigilancia estrecha por parte de los padres para asegurarse de que los adolescentes cumplen con las reglas previamente pactadas.
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