TEXTO Nº1: Fernando Osorio: la temprana manifestación de la sexualidad infantil

TEXTO Nº1: Fernando Osorio: la temprana manifestación de la sexualidad infantil.

Para el desarrollo madurativo de un niño es importante el contacto corporal temprano con su madre, con quien se instala primitivamente un intercambio de sensaciones y afectividad. La sexualidad, en una manifestación temprana, también incluye la excitación sexual, es decir, la excitación corporal y genital ante la estimulación externa producida por el contacto corporal con quienes son responsables de la crianza. El cuidado corporal y la excitabilidad fundan áreas somáticas de mayor o menor sensibilidad, denominada zonas erógenas, las que fundarán futuras condiciones eróticas en la adultez, rasgos de carácter, personalidad y la identidad sexual definitiva.

Exteriorización de la sexualidad.

La exteriorización más evidente de la sexualidad infantil tiene que ver con el chupeteo, que es fuente de placer para el bebe y es de carácter autoerótico, es decir se satisface en el cuerpo propio. A estas áreas del cuerpo, que son estimuladas Freud las denomino como zonas de satisfacción sexual o como zonas erógenas. Una de las zonas erógenas es la boca que sirve para alimentarse pero que luego independizada de esa necesidad, continua con un chupeteo por puro impulso o placer. Esto se trata de una pulsión o un empuje interno desde el interior del cuerpo. Esta pulsión que se manifiesta como un requerimiento imperioso desde el interior del cuerpo intenta reproducir el placer erótico del chupeteo independiente de la necesidad fisiológica de alimentarse. Freud señala tres componentes esenciales de la exteriorización de la sexualidad infantil:

• Aparece primitivamente apuntalada en una necesidad corporal.
• Es autoerótica porque se satisface en el cuerpo propio.
• Convierte a la zona estimulada en una zona erógena.

El recién nacido va descubriendo su cuerpo a partir de necesidades corporales a través de chupar, tocar o intentar reproducir algún placer corporal anterior; de esta manera el bebe descubrirá la zona erógena por excelencia es decir los genitales.

Fase pregenital: el infans no tiene noción ni conciencia de género, solo hay para el psiquismo actividad y pasividad, donde el sujeto desarrollara un carácter de dominio y crueldad hacia el mundo que lo rodea debido a su estado de indefensión plena.

• Primera elección de objeto de satisfacción
• Organización oral: de 0 a 2 años. El infans tiene la intención de incorporar el objeto de satisfacción como es el pecho materno. La boca es el elemento de reconocimiento de cuanto objeto circula por la vida del infans, con la finalidad de asimilarlo para conocerlo.
• De succión;
• Canibalística: aparición de los dientes, necesidad de morder. Comienza un periodo de destrucción e intención de daño obre los objetos del mundo exterior.
• Organización anal: de 2 a 3 años. Se instala la polaridad actividad pasividad. Es decir, la actividad y dominio con el control de la musculatura esfinteriana y sometimiento con la mucosa de la zona analEste impulso hacia el saber es descripto por Freud como una sublimación de la pulsión de dominio, donde el niño explora su cuerpo y en ese descubrimiento interroga sobre lo que encuentra, sobre las sensaciones. Esta fase de la organización sexual infantil será el piso sobre el que se construirán algunos y determinados aspectos del sujeto: la agresividad, hostilidad, intento de dominio sobre otros y la pulsión epistemofílica.

1. Sádica: expulsión.
2. Erótica: aprender a controlar.

Pulsión Epistemofílica: es una pulsión por saber, y desde el  psicoanálisis es entendida como una construcción; la investigación corporal del niño sobre su propio cuerpo o el interés por la exploración de los objetos del mundo cesa cuando no hay un estímulo externo; es una pulsión que se desarrolla luego del nacimiento en el niño sano física y mentalmente. El valor de la curiosidad sexual infantil encuentra su motor en el mundo externo y su fuente es el interior del propio cuerpo, que despierta y motiva este interés ante un nuevo estímulo

Acerca de los vínculos humanos

Los seres humanos nos constituimos como tales en virtud de nuestras relaciones con los otros. En la infancia, con los Otros significativos: primero la madre con la que se dará en los comienzos de la vida un vínculo con características de díada simbiótica narcisística (la madre se identifica con su bebé, para saber cómo se siente, se da una simbiosis biológica, previa al nacimiento que continua después del corte del cordón umbilical, con un período de necesaria simbiosis psicológica);luego el padre quien, al introducirse como tercero y ejercer la función de “corte”, podrá favorecer o perturbar la gradual separación-individuación del pequeño de su madre y además, los hermanos, esos Otros con los que se desarrollarán vínculos de rivalidad y solidaridad, en un ejercicio anticipado de futuras rivalidades y solidaridades, así como los otros personajes importantes de la trama familiar y del entorno cercano al niño. Posteriormente, se constituirán vínculos con Otros significativos extrafamiliares (jardines maternales, de infantes) entre los que los maestros y los amigos ocuparán lugares preferenciales. Resulta impensable no solamente la construcción de la subjetividad humana, sino hasta la continuidad de la vida misma, sin vínculos con otras personas, sin interrelaciones fundamentales de la personalidad de cada sujeto, y es donde se ponen en juego algunos dinamismos psíquicos fundamentales:

-La identificación: es un proceso psicológico inconsciente mediante el cual el sujeto asimila un aspecto, una propiedad o un atributo de otro y se transforma, total o parcialmente, sobre el modelo de éste. Es el dinamismo psíquico que participa más activamente en la formación de la personalidad.

El psicoanálisis reconoce dos tipos de identificaciones:

• Identificaciones primarias: son las más importantes, pues constituyen el núcleo del yo. Se dan en los primeros años de la vida, con los personajes significativos del entorno del niño.
• Identificaciones secundarias: se dan posteriormente, durante el resto de la vida, y se realizan con otras personas del medio social: maestros, profesores, amigos, parejas, colegas.

Ambos tipos de identificaciones son responsables de la construcción de la subjetividad y por ende, de las elecciones inconscientes de los vínculos más significativos que una persona establecerá posteriormente a lo largo de la vida. Desde una perspectiva psicológica, es a través de la posibilidad de constituirse en modelo de identificaciones secundarias para los alumnos donde la personalidad del docente adquiere una importancia fundamental.  Ya que niños y adolescentes están en pleno proceso de construcción de sus identidades y en un estado de mayor vulnerabilidad afectiva y de necesidad de contar con figuras para tomar como modelos identitarios. En los institutos de formación docente, la figura del docente resulta fundamental, dado que el futuro maestro necesita asimilar de sus profesores modelos profesionales para el posterior ejercicio de la enseñanza.

-La proyección: es un dinamismo psíquico inconsciente por el cual se tiende a atribuir a un objeto, persona, grupo o situación, afectos y/o deseos de uno mismo. Es usada por todas las personas mediante el cual los otros son significados en las relaciones interpersonales no solamente en función del status que ocupen y de los roles que jueguen, sino también en función del lugar que inconscientemente le asignemos según nuestras propias proyecciones.

• La proyección exagerada en una persona de los afectos y deseos no aceptados de uno mismo facilitará la emergencia de actos agresivos, discriminatorios o prejuiciosos.
• La proyección exagerada en una persona o grupo de afectos y deseos idealizados de uno mismo podrá derivar en estados afectivos especiales como el enamoramiento, en expresiones de adhesión ciega a personas o ideas, en los complejos fenómenos de masa que incluyen el seguimiento incondicional a un líder.

-La transferencia afectiva: en toda relación humana el entrecruzamiento de las mutuas proyecciones moldeará la transferencia afectiva de cada vínculo (predominio de calidez afectiva, simpatía y seducción; o por el contrario, predominio de frialdad afectiva, antipatía y agresión). La tendencia de cada persona a generar vínculos transferenciales predominantemente buenos o malos, así como los enganches y/o rechazos mutuos que se dan entre personas diferentes (la atracción o rechazo de los prototipos inconscientes) dependerán fundamentalmente de sus experiencias vinculares previas. Donde el estilo afectivo que tuvieron los primeros vínculos con las personas significativas de la infancia modelará la transferencia afectiva de las relaciones futuras.  El dinamismo psíquico por el cual se repite el estilo de los vínculos primarios y los afectos amorosos y hostiles ligados a los mismos, es el dinamismo inconsciente de la compulsión a la repetición. La elaboración desanuda la repetición, ya que en realidad en la compulsión a la repetición ésta es un modo de mantener en silencio lo que ha sido tachado de la memoria. La experiencia de los primeros años de la vida deja como saldo un aprendizaje vivencial de modelos o estructuras de conducta, de modos de vincularse, que luego se van a reiterar en las sucesivas relaciones a lo largo de toda la vida. Se trata de una verdadera obligatoriedad psíquica, de un no poder dejar de repetir y que al ser inconsciente, no está regido por la voluntad ni por las leyes de la lógica sino por el proceso primario. Los primeros vínculos vividos en la infancia teñirán afectivamente el resto de los vínculos futuros. Esto se produce porque el psiquismo en su obstinada tendencia a la repetición reactualizará con los personajes del presente las modalidades vinculares del pasado y la transferencia afectiva. Los mecanismos inconscientes, de identificación y proyección participan activamente de este proceso. La subjetividad de una persona se construye a partir de las identificaciones derivadas de la integración de un conjunto de relaciones tempranas.  El estilo único que adopte el vínculo entre dos personas dependerá:

...