Alexander Luria desde la clase de neuropsicología
NarulianaApuntes10 de Septiembre de 2025
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UNIVERSIDAD COOPERATIVA DE COLOMBIA
FACULTAD DE PSICOLOGÍA[pic 1]
El modelo de las tres unidades funcionales del cerebro de Alexander Luria
RESUMEN
PRESENTA
Andrade López Narly Yuliana
Fernández Santacruz Linda Juliana
Gómez Muñoz Diana Alexandra
Muñoz Ruiz Juliana Isabella
Paz Paladinez Alejandra
Potes Casas Ana María
DOCENTE
Mg. Prieto Diego
Popayán, Cauca. 2025
Resumen: El modelo de las tres unidades funcionales del cerebro de Alexander Luria
El estudio del cerebro y sus funciones ha sido un eje esencial en la psicología y las neurociencias. Dentro de este campo, Alexander Romanovich Luria (1902–1977) ocupa un lugar destacado. Nacido en Kazán, Rusia, y formado como psicólogo y neuropsicólogo, trabajó estrechamente con Lev Vygotski y desarrolló una perspectiva cultural-histórica de la mente (Cole & Scribner, 1974). Su experiencia clínica durante la Segunda Guerra Mundial, al atender soldados con lesiones cerebrales, le permitió observar de primera mano la complejidad de los procesos cognitivos y proponer su planteamiento más influyente: el modelo de las tres unidades funcionales.
Este modelo se distancia del localizacionismo clásico, que atribuía funciones específicas a áreas cerebrales fijas, al plantear una visión sistémica, dinámica e interdependiente. De acuerdo con Luria (1973), toda actividad psíquica es el resultado de sistemas funcionales complejos, donde distintas regiones cerebrales colaboran de manera simultánea. Por ello, comprender la conducta humana requiere analizar redes de interacción y no solo estructuras aisladas.
Primera Unidad: Regulación del tono y la vigilia
La primera unidad garantiza la activación cerebral básica que hace posible la vida consciente. Está conformada por el tronco encefálico, el tálamo y el sistema reticular activador ascendente. Su misión es mantener el nivel óptimo de alerta y regular el grado de atención necesario para responder al entorno. Gracias a este sistema, una persona puede pasar de un estado de reposo a uno de reacción inmediata frente a un estímulo inesperado. Cuando esta unidad se ve alterada, pueden presentarse dificultades en la atención sostenida, somnolencia patológica o incluso estados de coma y desconexión del medio. Se trata, por tanto, de la base fisiológica que sostiene cualquier proceso cognitivo posterior.
Segunda Unidad: Recepción, procesamiento y almacenamiento de información
La segunda unidad se encarga de captar, analizar y organizar la información que ingresa por los sentidos. Comprende los lóbulos occipital, temporal y parietal, junto con la zona parieto-occipito-temporal (POT), donde se integran datos visuales, auditivos y somatosensoriales. Este sistema permite construir una representación coherente de la realidad y fijar información en la memoria. Un ejemplo cotidiano es la lectura: la corteza occipital reconoce las grafías, el lóbulo temporal procesa los sonidos asociados y el parietal integra su significado (Ardila, 2019). Cuando se ve comprometida, aparecen alteraciones como agnosias, dificultades para reconocer estímulos, o afasias, que impiden comprender o producir lenguaje. Esto evidencia que la cognición depende de redes integradas y no de un único punto cerebral.
Tercera Unidad: Programación, regulación y verificación de la actividad
La tercera unidad, situada en los lóbulos frontales y de manera particular en la corteza prefrontal, dirige la organización consciente de la conducta. Sus funciones abarcan las llamadas funciones ejecutivas, entre ellas la memoria de trabajo, la planificación, la toma de decisiones, la inhibición de respuestas inadecuadas y la supervisión del propio comportamiento (Goldberg, 2011). Este sistema convierte la información procesada en acciones orientadas a metas. El caso de Phineas Gage, cuya personalidad cambió drásticamente tras una lesión frontal, muestra la relevancia de esta unidad. En la vida cotidiana, su correcto funcionamiento se refleja en la capacidad de planificar un proyecto, controlar impulsos y ajustar conductas ante errores. Cuando falla, aparecen conductas desinhibidas, impulsividad y desorganización, afectando directamente la adaptación social y personal.
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