Caracteristicas clínicas de la neurosis obsesiva (Baumgart)

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CARACTERISTICAS CLÍNICAS DE LA NEUROSIS OBSESIVA (BAUMGART)

        Como realizamos en el caso de la histeria, utilizaremos el capítulo del libro de Baumgart (“Lecciones introductorias a la Psicopatología, de las páginas 229 a 246) para extraer un punteo de las características clínicas de la Neurosis Obsesiva para el Psicoanálisis, complementando de esta manera lo visto en el caso “El hombre de las ratas”.

• La NO se manifiesta más en el ámbito interno y privado del sujeto. Pensamientos e impulsos se imponen como intrusivos e inevitables. Dicha imposición repercute en un esfuerzo de pensamiento y de la especulación a la persona. Recuerden que el sujeto conserva la capacidad de advertir dichas intrusiones como extrañas
• DUDA, INDECISION y FALTA DE RESOLUCIÓN son características de este modo de padecer. También puede estar acompañado de sentimientos de CULPA y ESCRÚPULOS MORALES.
• Las ideas o impulsos obsesivos son contrarrestados por rituales, prohibiciones o renuncias, las ACCIONES OBSESIVAS. Estas están asociadas a cuestiones cotidianas de la vida, como acostarse, lavarse las manos, vestirse, etc.
• “A diferencia de la Psiquiatría, el Psicoanálisis muestra que los síntomas y acciones obsesivas son ricos en sentido. Pueden ser una figuración o una repetición deformada de escenas que han sido significativas para el sujeto” (p. 231)
• Como en toda manifestación del inconsciente, el síntoma obsesivo implica fuerzas en juego que se condensan. En el caso de esta neurosis, se advierte la manifestación de deseos ICC, que luego son cancelados o despiertan los escrúpulos o la moralidad que rechaza. En los primeros textos, incluso pre-psicoanalíticos, Freud ubicaba AUTORREPROCHES por escenas sexuales vividas placenteramente, en forma activa o anticipada, es decir, vivida cuando no estaban los recursos psíquicos.
• Los rituales obsesivos serían para este primer Freud actos de DEFENSA SECUNDARIA CONTRA la corriente ICC que vuelve a manifestarse. Al sujeto estos síntomas le llegan ya desfigurados y DESPLAZADOS. Ya que ya actuó sobre ellos la defensa primaria. La defensa primaria tiene que ver con modos más arcaicos y primarios que tiene el psiquismo de defenderse contra lo traumático o lo inconciliable. En el caso de la NO, el contenido ya llega desfigurado, sin mostrar sus fundamentos, la defensa secundaria arma desplazamientos y condensaciones que se ven como los síntomas obsesivos.
• El REPROCHE que aflora en la conciencia se puede transformar en diversas configuraciones: FORMACIONES REACTIVAS, VERGÜENZA, MIEDOS HIPOCONDRIACOS, TEMOR RELIGIOSO O SOCIAL, etc.
• En Acciones obsesivas y prácticas religiosas (Freud, 1907) se equiparan los rituales religiosos a los obsesivos, siendo los obsesivos como una práctica individual y no colectiva. En la tradición judeocristiana (piensen en la diferencia con los dioses griegos) se advierten los elementos de amor al Padre, pero también la culpa por desviarse de su camino o sentir hostilidad hacia él. En la Neurosis en general hay algo del orden de las tensiones que generan las identificaciones y fuerzas edípicas, la necesidad de separación o liberación, y la culpa que ello produce.
• CONCEPTO IMPORTANTE EN PSICOANALISIS: SENTIMIENTO INCONCIENTE DE CULPA. Hay una relación para Freud entre lo pulsional y la culpa. De hecho, la estructura de la religión occidental tiende a neutralizar el “pecado” y sofocarlo, registrándose el desvío de la norma como culpa. No es una crítica a la religión, sino que comparten la estructura con esta especie de religión individual como es la NO. Es más, hoy en día ha cambiado la capacidad de las religiones clásicas de general moralidad o limitaciones en la conducta. Lacan ubicaba posiblemente también un cambio de época cuando advierte que el Superyó no es solamente un juez moral, sino que también “obliga a Gozar”. Foucault ya advertía en la década de 1960 que la sexualidad ya no se reprimía. Más allá de estos comentarios históricos, la NO sigue existiendo.
• En la histeria la defensa y la formación sintomática se producían en el mismo acto. Un síntoma de conversión, por ejemplo, lograba apartar de la conciencia el contenido de lo reprimido. En la NO el afecto separado de la representación inviste a otras análogas en el ámbito mental.
• Para Freud, en 1913, la tendencia a la neurosis obsesiva se daría por una fijación a la fase de la libido SADICO-ANAL. En esta etapa las pulsiones parciales tomas un objeto ajeno a al cuerpo, pero todavía no hay diferenciación de ningún tipo entre masculino y femenino. El erotismo anal experimentado en esa fase, que implica lo sádico y el odio, es contrarrestado con la “educación”, el control de esfínteres, el aseo. Es por ello por lo que la lógica de muchas NO se juega en formaciones reactivas ligadas a obsesiones con la limpieza, el orden, etc. Ya Freud había escrito un artículo relacionando Carácter y erotismo anal en 1908.
• Hay una serie de cuestiones interesantes con este tema de la fijación a una etapa anterior a la fálica. Recuerden en la histeria, por ejemplo, en el caso Dora, que las preguntas que estaban en el fondo de la neurosis apuntaban al interés por saber sobre la Señora K, es decir, sobre como es una posición femenina que desee el hombre, o más simplemente, que es ser una mujer, estamos en la etapa fálica, la pregunta es sobre la diferencia de las posiciones sexuadas. En la NO se realizarían elementos regresivos a una etapa lógica anterior. Para Freud esto se daría por un “apresuramiento” del desarrollo del YO, que obliga a elecciones de objeto anticipadas. Es por ello por lo que los sujetos obsesivos fueron obedientes y posiblemente inteligentes, ordenados, todo ello como reacción al sadismo y a la hostilidad reprimida.
• En su comparación entre el ceremonial obsesivo y las prácticas religiosas, Freud va incluso más allá, al comparar las Neurosis, y la NO es especialmente privilegiada para observar ello, con la religiosidad de los pueblos primitivos. En Tótem y Tabú, analiza las culpas y tendencias fundantes de las primeras formas rudimentarias de religión. En dicho “Mito” se advierte la Ley de prohibición fundadora de la cultura: la prohibición del el parricidio y del incesto. Más adelante, Levy Strauss desarrollará la “Ley de prohibición del incesto” como la ley mínima que se encuentra en todas las sociedades, ley que implica la circulación cultural, trabajo que tomará Lacan como parte de su retorno a Freud. Dicha ley es simbólica, artificial, no natural.
• Dicha Ley, en el neurótico, queda asociada a esa escena inaugural que representa el COMPLEJO DE EDIPO.
• El concepto de TABÚ tiene que ver con restricciones y prohibiciones casi automáticas que tenían los primitivos. La NO podría considerarse una enfermedad del TABÚ. En ambas se ve la coincidencia en que violar la prohibición traería una “terrible desgracia”. En la NO, las observaciones del mundo interno de los padecientes muestra ello, la sensación que si se viola el ritual algo malo va a pasar. Aparece entonces, un pensamiento caracterizado por         LA SUPERTICION, PERO CUYAS CONSECUENCIAS O RAZONAMIENTOS QUEDAN INCONSCIENTES.
• Tenemos entonces la tendencia del obsesivo de relacionar que, SI ALGO SE DESEA, ALGO MALO PASARÁ. Observen entonces que se juega cierta OMNIPOTENCIA DEL PENSAMIENTO. Es el pensamiento mágico, también característico del pensar primitivo. Baumgart da varios ejemplos, uno de ellos del Hombre de las Ratas: “si deseo ver a una mujer desnuda, mi padre morirá”. El pensamiento mágico implica que, lo que ocurre en el pensamiento, tiene consecuencias directas en la realidad.
• En la última etapa de la obra de Freud, a partir de la segunda tópica, la formación del síntoma y la neurosis en general se complejizan. Aparece conceptos como el del Super-yo, el más allá del principio del placer, pulsión de muerte, el masoquismo primario, la reacción terapéutica negativa y la parte ICC del Yo, entre otros conceptos.
• En lo que respecta a la NO, se observa clínicamente un Super-Yo exigente, sádico, con especial atención a las tendencias ICC que pugnan por expresarse. También se manifiestan tendencias masoquistas. El Super-Yo está ligado también a la relación con la pulsión de muerte, aquella tendencia de lo vivo a la desintegración, al retorno a lo inanimado, en términos freudianos. En el sentimiento de culpa tan intenso de la NO, confluyen las tendencias masoquistas y la pulsión de muerte.

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