Caso práctico alumnado bajo rendimiento
criscardePráctica o problema19 de Febrero de 2019
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CASO 2- BAJO RENDIMIENTO ALUMNOS DE 2º ESO
En un instituto de educación secundaria de línea tres (tres grupos de alumnos por cada curso de ESO y Bachillerato) se aprecia que un 30% de los alumnos de 2º de la E.S.O. presenta muy bajo rendimiento académico y problemas de comportamiento. El equipo directivo del IES demanda al orientador/a del centro que asesore sobre posibles medidas que puedan utilizarse desde diversos ámbitos de decisión.
Como orientador del centro, indique las actuaciones que propondría.
Los bajos resultados académicos y los problemas de comportamiento son una de las preocupaciones más significativas de nuestro sistema educativo y el departamento de orientación tiene entre sus funciones asesorar a la CCP proporcionando criterios psicopedagógicos y de atención a la diversidad, tal y como establecen la Resolución de 29 de abril de 1996 y la Circular de 12 de septiembre de 2005, donde se recogen las funciones de los departamentos de orientación, concretamente “formular propuestas al equipo directivo y al claustro relativas a la elaboración o modificación del proyecto educativo del instituto y la programación general anual” y “colaborar con los profesores del instituto, bajo la dirección del jefe de estudios, en la prevención y detección temprana de problemas de aprendizaje”.
Además de estas regulaciones legales relativas al funcionamiento del departamento de orientación, hay que hacer referencia en la resolución del caso que se nos propone al Decreto 15/2007 por el que se regula el marco regulador de la convivencia y a las Instrucciones de 19 de julio de 2005 relativas a la elaboración del plan de atención a la diversidad.
Antes de plantear nuestras propuestas creemos conveniente analizar algunos de los datos del caso:
- La demanda de intervención la realiza el equipo directivo del centro para que asesoremos en los distintos ámbitos de decisión (proyecto educativo, plan de acción tutorial, programación general anual, plan de atención a la diversidad, programaciones de aula, adaptaciones curriculares, etc) y, por lo tanto, el asesoramiento lo tendremos que realizar en los diferentes ámbitos en los que intervenimos (comisión de coordinación pedagógica, reuniones con departamentos didácticos, reuniones con tutores, sesiones de evaluación, claustro, reuniones con padres y alumnos).
- La problemática que se plantea hace referencia al rendimiento académico y a problemas conductuales. Para mejorar la claridad expositiva trataremos los dos aspectos de forma separada siendo conscientes de que en la práctica, en muchas ocasiones, tanto la evaluación de estos aspectos como la respuesta educativa se presentan conjuntamente, si bien es cierto que no tienen por qué coincidir los alumnos que presentan bajo rendimiento con los que presentan problemas de comportamiento.
La primera actuación que propondríamos sería realizar una evaluación inicial exhaustiva que nos aporte información de la situación actual y de cómo se ha llegado a ella:
- Evolución de estos alumnos durante la educación primaria (procedencia de los alumnos, alumnos que han permanecido un año más durante la primaria, alumnos que han pasado a secundaria con áreas con evaluación negativa, resultados de las pruebas de conocimientos y destrezas indispensables (CDI).
- Resultados obtenidos en 1º ESO.
- Resultados en 2º ESO en años anteriores.
- Consultar el comparativo de resultados que facilita la Comunidad de Madrid con otros centros públicos privados de la zona, de la Dirección de Área Territorial y de la Comunidad de Madrid.
- Valorar informes psicopedagógicos que puedan tener los alumnos que conforman estos grupos.
- Cómo se han conformado los grupos (orden alfabético, elección de optativas, etc.)
- Alumnos con necesidades específicas de apoyo educativo que hay en estos grupos.
- Áreas en las que presentan peores resultados.
- Discrepancias en los resultados entre los tres grupos de 2º ESO.
- Concreción y gravedad de los problemas de comportamiento (análisis de partes disciplinarios).
Una vez realizada esta evaluación estaremos en disposición de asesorar sobre diferentes medidas que se pueden tomar en diferentes ámbitos de actuación.
Así, a nivel de centro se podrían plantear algunas propuestas que una vez valorada su viabilidad en la CCP, se podrían someter a la aprobación por parte del claustro e incorporarlas a los documentos institucionales del centro:
Para los bajos resultados académicos algunas propuestas pueden ser las siguientes:
- Hacer coincidir las sesiones de Lengua Castellana y Literatura y Matemáticas en dos o tres grupos de 2º ESO (a/b, a/c, b/c o a/b/c) con el fin de tener la posibilidad de hacer desdobles o grupos flexibles. La finalidad de estos apoyos será reforzar prioritariamente las técnicas instrumentales básicas en las materias de Lengua y Matemáticas mediante la provisión de más tiempo y mayor calidad y cantidad de ayuda pedagógica con el oportuno seguimiento individualizado para que el alumnado pueda alcanzar los objetivos programados.
- Proponer la inscripción de los alumnos que tengan dificultades de aprendizaje en las optativas de Recuperación de Matemáticas o Recuperación de Lengua.
- Para un adecuado funcionamiento de las actividades de refuerzo es necesario establecer una coordinación entre el profesorado que imparte el refuerzo y el de las materias instrumentales con objeto de asegurar la conexión y continuidad entre el trabajo que se realiza en el aula y el que se realiza en las sesiones de refuerzo.
- Disponer en cada departamento de textos, cuadernos de recuperación y material complementario con el que se puedan trabajar contenidos de cursos anteriores.
- Proporcionar a los alumnos materiales de apoyo autoaplicables.
- Diseñar bancos de actividades graduadas por nivel de dificultad.
- La utilización de estrategias metodológicas que favorezcan la participación de todo el alumnado como el aprendizaje cooperativo o la tutoría entre iguales.
- Cambios en las programaciones didácticas para retomar aprendizajes que se suponían consolidados y resultan imprescindibles para continuar el proceso de otras.
- Seleccionar las modalidades de apoyo más convenientes para los alumnos con necesidades específicas de apoyo educativo.
- Priorizar en el plan de acción tutorial que los alumnos aprendan a organizarse el trabajo, adquieran hábitos y técnicas de trabajo intelectual, desarrollen habilidades básicas (memoria, atención…)
En cuanto a los problemas de comportamiento a nivel de centro se puede plantear:
- Elaborar un plan de convivencia participativo donde se planteen actuaciones que dinamicen un clima de convivencia adecuado y se impulse la colaboración entre los distintos sectores de la comunidad educativa.
- La revisión del reglamento de régimen interior para que se realice con una amplia participación de la comunidad educativa y tenga un carácter educativo más que sancionador. En este sentido es especialmente importante la labor que realiza la comisión de convivencia del consejo escolar.
- Impulsar la coordinación con los servicios sociales y educativos del municipio. En este apartado cabe destacar la coordinación con salud mental, servicios sociales, educadores de calle, etc.
- También se pueden tomar decisiones importantes en el proyecto educativo y en el plan de atención a la diversidad para prevenir problemas de conducta en torno a:
- Las programaciones didácticas: Respecto a las competencias, priorizando la competencia en comunicación lingüística, puesto que a través del lenguaje se puede controlar la conducta, y las competencias sociales y cívicas y el sentido de iniciativa y espíritu emprendedor. En cuanto a objetivos, contenidos, estándares y criterios de evaluación, priorizar contenidos actitudinales referentes a las capacidades afectivas, de relación e inserción social.
- Metodología: Potenciar las metodologías participativas como el aprendizaje cooperativo y dinámicas de grupos.
- Educación en valores: Habrá que destacar la educación moral y cívica, educación para la paz y educación no discriminatoria.
- Plan de acción tutorial: Hay que potenciar las líneas básicas de intervención que hacen referencia a “aprender a convivir” y “aprender a ser personas”. En este sentido cobran especial relevancia los mecanismos de participación democrática, entre los que destacan la elección de delegados, las asambleas de clase, las juntas de delegados, las asociaciones de alumnos y, por supuesto, la implicación de las familias.
En cuanto a las decisiones a nivel de aula para mejorar el rendimiento académico pueden ser interesantes:
- Elaborar en tutoría un horario de trabajo individual, del que se hará un seguimiento (semanal, quincenal…), utilizando para ello la sesión de tutoría.
- Utilizar una agenda con el fin de acostumbrar a los alumnos a utilizarla para facilitarles la planificación del estudio, e incluir en ella una síntesis de la información que se considere más relevante: sugerencias para trabajar de forma eficaz las distintas materias, criterios de evaluación y material de las asignaturas, cómo realizar las técnicas de estudio (anotaciones marginales, subrayado, esquemas, resúmenes, cuadros sinópticos…), resúmenes del RRI, etc.
- Previa negociación con el grupo e información a las familias para conseguir su colaboración, repartir materiales de autoaprendizaje que refuercen los conocimientos previos: cuadernos de ortografía, operaciones matemáticas básicas, trabajos con mapas, etc.
- Tomar acuerdos sobre el proceso de aprendizaje: motivación general, detección de conocimientos previos, trabajos en grupo, tipos de instrumentos de evaluación, tareas para casa, actividades extraescolares, etc.
En cuanto al comportamiento a nivel de aula hay que destacar los siguientes aspectos:
- Convocar una asamblea con todo el grupo y la totalidad o la mayoría del equipo docente al final de la jornada o en el recreo si no se dispone de otro horario, para informarles de su situación, escucharles y llegar a acuerdos sobre temas concretos (puntualidad, presentación de tareas, trabajos en casa, actitud en clase, cambios en la disposición de la clase, etc.), implicando a los alumnos para que busquen soluciones a los problemas planteados.
- Dedicar algunas reuniones de tutores a analizar y tomar decisiones sobre grupos conflictivos con la periodicidad que sea necesario, quincenal o semanal.
- Negociación para gestionar algunos aspectos de la vida escolar.
- Buscar mecanismos de coordinación del profesorado (pautas comunes de actuación).
- Negociar con los alumnos una normativa de aula acorde con las decisiones del RRI.
- Potenciar la relación y la colaboración con las familias.
- Crear una comisión de convivencia de aula. Están formadas por un grupo de alumnos/as (entre 3 y 5) que serán los encargados de supervisar y mejorar las relaciones entre compañeros y entre éstos y los profesores.
- Utilizar la estrategias “Círculo de amigos” o “tutorización entre iguales” o crear la figura de “alumno ayudante” con el fin de facilitar la integración con los compañeros de clase.
- Utilizar técnicas que mejoren el clima del aula como aprendizaje cooperativo y dinámica de grupos.
- Utilizar programas o actividades para mejorar las habilidades sociales, la solución de conflictos y problemas interpersonales y de inteligencia emocional.
En cuanto a las decisiones para algunos alumnos a nivel individual ante los bajos rendimientos se pueden proponer:
- Utilizar y promover la tutoría de otro/s alumno/s en materias concretas con el fin de que le aclare las dudas, estudien juntos, realicen trabajos, etc.
- Entrevistas individuales del tutor con el alumno y con su familia. En algunos casos puede ser eficaz la presencia de parte del equipo docente.
- Negociación y firma de compromisos individuales de trabajo.
- Escoger la modalidad de apoyo más acorde con sus dificultades (refuerzo, desdobles, grupo flexible, apoyo de PT para los ACNEEs)
- En caso de alumnos de compensatoria elegir las modalidades más adecuadas (apoyo ordinario, grupos de apoyo, grupo específico, grupo específico singular, ACE)
En cuando al trabajo de los alumnos que presentan problemas de comportamiento propondríamos:
- Adquirir un conocimiento en cada caso de las actuaciones realizadas hasta el momento. Dicho conocimiento puede venir a través de informaciones obtenidas de profesores, equipos directivos, consultas de expediente, etc.
- Se podría contemplar la posibilidad de realizar una entrevista familiar para completar, analizar y contrastar la información sobre el comportamiento de estos alumnos en nuestro centro.
- Establecer reuniones con los profesores que le imparten clase para informar sobre la situación de cada caso, recoger información y establecer conjuntamente unas medidas que permitan paliar en la medida de lo posible las conductas disruptivas que presentan.
A partir de esta información, podremos formular propuestas al equipo de profesores y llevar a cabo aquellas que todos o la mayoría de los profesores consideren viables y que se puedan obtener resultados. Entre estas medidas se podrían proponer las siguientes:
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