Desarrollo de la Inteligencia, manipulación y atención

Desarrollo de la inteligencia, manipulación y atención

La noción que el niño tiene sobre su propio cuerpo forma parte de la construcción de su personalidad. De esta manera, mediante la exploración del espacio, el sujeto recibe estímulos que este le brinda, las cuales son las primeras impresiones, tanto internas como externas. Estas experiencias implican el desarrollo del aprendizaje, el cual es una apropiación instrumental de la realidad para transformarla por medio de su conocimiento, entendiéndolo como la vinculación que se establece entre el sujeto y la realidad mediada por la acción en su entorno. Mediante este registro sensible se construyen las percepciones y las futuras representaciones mentales que le permiten al sujeto organizar su experiencia. Por lo tanto, podemos decir que, la exploración y la acción forman parte de la inteligencia práctica, donde se destaca la emoción como un elemento esencial que permite atender al pensamiento y a las relaciones afectivas que el sujeto lleva a cabo. Ante la afirmación “no hay aprendizaje que no provoque algún tipo de emoción”, es necesaria la presencia de un entorno humano capaz de promover experiencias gratificantes, donde le permitan al sujeto configurar su mundo interno y así poder llevar a cabo las actividades exploratorias de su propio cuerpo y de su entorno. A su vez, el adulto interviene en la organización de la experiencia, desempeñando un rol fundamental en el desarrollo intelectual, mediante la calidad y el tiempo dedicado a los cuidados corporales que atienden a las necesidades del niño.

Con el propósito de explorar el mundo externo, el sujeto necesita “poder estar con otro” y que esta experiencia evolucione hacia niveles más abstractos. De esta manera, la alternancia entre la presencia y ausencia del otro es condición indispensable para que se configure la representación mental del objeto real, por lo tanto, la capacidad de poder estar solo sienta las bases para el desarrollo de la atención y la concentración, llevando a la exploración del mundo externo. Para ello el instrumento de la manipulación, en la que participan los sistemas de control del equilibrio, de lo propioceptivo, lo motor y la coordinación de la mano en relación con la vista. La misma junto con la exploración y el desarrollo de la atención conlleva una lógica de acción, que implica una vinculación con los objetos en el espacio. Tal como expresamos, la lógica de acción se encuentra enmarcada en la inteligencia sensoriomotora, condicionada por el espacio exterior y orientada por la percepción.  Además, la misma es constituida por las organizaciones posturales, los desplazamientos, las vocalizaciones y las manipulaciones.  Posee un contenido, una intención y una apoyatura. En sintonía con lo expresado anteriormente, el desarrollo de esta inteligencia tiene un considerable impacto sobre la personalidad del sujeto ya que organiza lo real y construye las categorías de acción, las cuales integran la base para el desarrollo de las capacidades intelectuales del niño y para las futuras operaciones del pensamiento. Ellas son, la noción de objeto permanente, de espacio, de tiempo y por último, la noción de causalidad.

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