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Diferencia De Sexo Y Genero

karyton17 de Junio de 2012

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Tabla de contenido

Diferencias de sexo, género Y diferencia sexual. 3

El género y la cultura. 5

El género como performance. 8

El habitus o la subjetividad socializada 10

Diferencia sexual y género, psicoanálisis y antropología 13

Bibliografía 16

Diferencias de sexo, género Y diferencia sexual.

La antropología se ha dedicado a explorar las formas de existencia del Otro: las personas llamadas “primitivas”, el no-occidental, las diferentes, las marginadas. Durante largo tiempo, la construcción del conocimiento antropológico se baso en develar la singularidad de una cultura, objetivada en un ser social, fuera este individual porque o colectivo, sobre todo si se encontraba en los márgenes de las culturas hegemónicas. García Canclini lo dice con tino: “Los antropólogos se ocuparon de encontrarle valor a cuanto grupo extra occidental había sido colonizado y sometido, olvidado y subordinado por el desarrollo moderno”. A esta trayectoria había sido colonizado y sometido, olvidado y subordinado por el desarrollo moderno”. A esta trayectoria, las antropólogas feministas introdujeron la inquietud por indagar la universal condición de Otro de las mujeres.

La critica feminista amplio el repertorio de la interrogación antropológica al registrar las formas en que el cuerpo es percibido por un entorno perceptivo estructurado por el género. El género se conceptualizo como el conjunto de ideas,representaciones,practicas y prescripciones sociales que una cultura desarrolla, desde la diferencia anatómica entre mujeres y hombres, para simbolizar y construir socialmente lo que es “propio” de los hombres (lo masculino) y lo que es “propio” de las mujeres (lo femenino)-

A pesar de los cambios de orientación de la investigación antropológica en las últimas décadas, la centralidad explicativa de cultura se sostiene. Es más, el termino cultura ha rebasado su origen antropológico para convertir en uno de los conceptos mas usados para pensar la reconoce que lo característico de la cultura es su naturaleza simbolica,que entreteje un conocimiento tácito sin el cual no hay interacción social ordenada y rutinaria y por el cual las personas comparten significados no verbalizados ni explicitados que toman como verdadesdadas.En este entretejido tacito,el género es el elemento básico de la construcción de la cultura.

Género, es un término derivado del ingles (Gender) y su recepción entre las personas hispanoamericanas crea confusiones. En castellano, género es un concepto taxonómico para clasificar a que especie, tipo o clase pertenece alguien o algo; como conjunto de personas con un sexo común, se habla de las mujeres como género femenino y de los hombres como género masculino. También se usa para referirse al modo o la manera de hacer algo, de ejecutar una acción; y se aplica en el comercio para hablar de cualquier mercancía y, en especial, de cualquier clase de tela. En cambio, la significación anglosajona de Gender está únicamente referida a la diferencia entre los sexos. En ingles el género es “natural”, o sea, responde al sexo de los seres vivos, mientras que los objetos no tienen Gender,son “neutros”. En lenguas como el castellano a los objetos (sin sexo) se los nombra como si fueran femeninos o masculinos.

Dentro de la academia feminista se ha reformulado el sentido del Gender para aludir a lo cultural y distinguirlo de lo biológico. Esta nueva significación esta entrando en uso en las ciencias sociales, aunque se topa con varias dificultades. A la confusión de emplear un término tradicional con una acepción innovadora, se suma la complicación de utilizar simultáneamente el género como categoría, como objeto empírico de investigación y como explans.

Todavía hay mucho por investigar respecto a las diferencias entre los sexos, el género y la diferencia sexual (con su connotación psicoanalítica), sobre todo, es imprescindible las, pues persiste la confusión entre diferencias de sexo y diferencia sexual, porque con frecuencia se utiliza, por parte de cierto sector de la academia feminista, el termino género para aludir a cuestiones que atañen a la diferencia sexual. Aunque para estudiar a seres humanos cuya sexuación produce una simbolización específica en una cultura determinada resulta especialmente útil la comprensión de cuestiones básicas de la teoría psicoanalíticas, no se pueden mezclar los abordajes teóricos. Cuando no se distingue el ámbito del psíquico del ámbito de lo social surgen dificultades y errores. De allí que resulte una tarea tan necesaria afinar la distinción epistemológica entre diferencias de sexo, género y diferencia sexual.

En este ensayo trato algunas consecuencias de estas confusiones conceptuales y, además, retomo la interpretación de Bourdieu sobre el género como habitus, pues es una explicación contundente de la complejidad del proceso histórico-cultural en la construcción de la masculinidad y la feminidad. Aunque se requieren abordajes y metodológicos distintos para lo psíquico y para lo social, también sostengo la extrema utilidad que representa para las personas que hacen antropología contar con un conocimiento básico de teoría psicoanalítica lacaniana.Por eso, esta reflexión también pretende mostrar lo que une a las dos disciplinas: un afán por comprender los procesos de simbolización de los seres humanos, que las hace compartir ciertos elementos teóricos. Por ultimo, pienso que todo lo anterior va encaminado a un punto importante hoy en día: esclarecer hasta donde ciertas cuestiones de la identidad sexual, consideradas problemas psíquicos, los tienen un origen en la cultura.

El género y la cultura.

La nueva acepción de género se refiere al conjunto de prácticas, creencias, representaciones y prescripciones sociales que surgen entre los integrantes de un grupo humano en función de una simbolización de la diferencia anatómica entre hombres y mujeres. Por esta clasificación cultural se definen no solo la división del trabajo, practicas, rituales y ejercicio de poder, sino que se atribuyen las características exclusivas a uno y otro sexo en materia de moral, psicología y afectividad.

La cultura marca a los sexos con el género y el género marca la percepción de todo lo demás: Social, político, religioso y cotidiano. Por eso, para desentrañar la red de interrelaciones e interacciones sociales del orden simbólico vigente, se requiere comprender el esquema cultural del género.

La investigación, reflexión y debate alrededor del género han conducido lentamente a plantear que las mujeres y hombres no tienen esencias que se deriven de la biología sino que son construcciones simbólicas, pertenecientes al orden del lenguaje y de las representaciones. Desechar la idea de mujer y de hombre conlleva a postular la existencia de un sujeto relacional, que produce un conocimiento filtrado por el género. En cada cultura, una operación simbólica básica otorga cierto significado a los cuerpos de las mujeres y los hombres. Así se construyen socialmente la masculinidad y la feminidad.

Mujeres y hombres no son un reflejo de la realidad “natural”, sino que son el resultado de una producción histórica y cultural basada en el proceso de simbolización, y como “productores culturales”, desarrollan un sistema de referencias comunes. De ahí que las sociedades sean comunidades interpretativas que se van armando por compartir ciertos significados.

El género produce un imaginario social con una eficacia simbólica contundente y, al dar lugar a concepciones sociales y culturales sobre la masculinidad y feminidad, es usado para justificar la discriminación por sexo (sexismo) y por practicas sexuales (homofobia).

Al sostenimiento del orden simbólico contribuyen hombres y mujeres al reproducirse y reproducirlo. Los papeles cambian según el lugar y el momento, pero mujeres y hombres por igual son los soportes de un sistema de reglamentaciones, prohibiciones y operaciones recíprocas.

Con la difusión de la nueva acepción de género, el feminismo no solo logro modificar la perspectiva política con la que se abordaba el conflicto de las relaciones mujer-hombre, sino también transformar el paradigma con el cual se explicaba. Aunque el uso de género permitió romper con el determinismo biológico y socavó las nociones tradicionales de lo que son las mujeres y los hombres, con el tiempo empezaron a surgir confusiones y reduccionismo, sobre todo cuando se intento aplicar este concepto al campo de la subjetividad.

En los años 70’s,las investigaciones feministas norteamericanas consideraban la subordinación femenina como un fenómeno multicausal,y pensaban que la explicación psicológica tenia mucha importancia .Por eso buscaron una perspectiva interpretativa que diera cuenta de lo psíquico y fuera capaz de “articularse” con recuentos sociales e históricos sobre las mujeres supeditados a otras categorías como las de clase,raza,etnicidad.Segun ellas, género podía cumplir ese objetivo, pues servía para referirse a los orígenes sociales e las identidades de hombres y mujeres. Además comparado con el concepto psicoanalítico de diferencia sexual, con su resonancia a diferencias de sexo, y por lo tanto, riesgosamente biologicista, género les pareció un concepto más adecuado. Curiosamente, aunque sirvió para dar una interpretación sobre la subjetividad, el uso

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