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ENSAYO LABERINTO DE LA SOLEDAD


Enviado por   •  31 de Octubre de 2013  •  3.083 Palabras (13 Páginas)  •  355 Visitas

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INDICE

CAPITULO 1 PACHUCO Y OTROS EXTREMOS…………………………2

CAPITULO 2 MASCARAS MEXICANAS…………………………………..3

CAPITULO 3 TODOS SANTOS, DÍA DE MUERTOS…………………….4

CAPITULO 4 LOS HIJOS DE LA MALINCHE……………………………4

CAPITULO 5 CONQUISTA Y COLONIA…………………………………..5

CAPITULO 6 DE LA INDEPENDENCIA A LA REVOLUCIÓN………….6

CAPITULO 7 LA INTELIGENCIA MEXICANA…………………………….6

CAPITULO 8 NUESTROS DÍAS…………………………………………….7

APENDICE LA DIALÉCTICA DE NUESTRA SOLEDAD…………………7

CAPÍTULO 1.

EL PACHUCO Y OTROS EXTREMOS.

En este capítulo nos habla de cómo el mexicano en su adolescencia trata de encontrarse. Cuando nacemos nos podemos sentir solos; pero niños y jóvenes podemos olvidarnos de nuestra soledad a través del juego o trabajo. Es en la adolescencia cuando nos preocupamos por encontrar nuestra identidad, el adolescente se asombra por la riqueza que encuentra en su entorno, se pregunta si verdaderamente es él.

A los pueblos en crecimiento les pasa algo similar. Muchas veces las respuestas son cambiadas por la historia y con esta el carácter nacional. Los pueblos deben entregar su conciencia a sí mismos. Un pueblo se distingue por sus creaciones, hay quienes comparten una misma población y diferentes etapas históricas y cada día se va modelando; se puede tomar como ejemplo que todos pueden llegar a sentirse mexicanos, puede bastar con cruzar la frontera para sentirse así. Al vivir en los Ángeles se dio cuenta que estaba habitada por muchos mexicanos, pero no se pueden mezclar totalmente con los norteamericanos y que aunque vistan iguales y sientan vergüenza de su origen, no se pueden confundir con los norteamericanos, a estos hombres se les llama pachucos.

Los pachucos se distinguen por su lenguaje, su vestuario, y conducta. Son jóvenes mexicanos que no olvidan sus orígenes y que luchan por no ser iguales a los que están a su alrededor. El pachuco es uno de los extremos del mexicano, hasta la palabra “Pachuco” no tiene una definición en sí. El pachuco lucha por ser distinto o tal vez único; no le queda más que su cuerpo y alma a la deriva y dice ser una sociedad abierta. El norteamericano considera al pachuco como un ser peligroso. Es como un modelo grotesco que llama la atención de la gente con su vestuario, que vive al margen, se obstina por ser distinto, se le atribuyen virtudes eróticas. El norteamericano también lo ve como algo fascinante o misterioso. El pachuco aparenta no pertenecer a una raza, pero la realidad es que se alegra de su sociedad para poder ingresar a la sociedad norteamericana de manera arriesga, se esconde de sí mismo. Al estar en un país diferente al nuestro nos encerramos en nosotros mismos, no buscamos a los demás por temor a reflejarnos en ellos. La soledad del mexicano está llena de dioses y busca su origen; esta no ha sido levantada a comparación de los norteamericanos que se ven confusos en medio de máquinas y conciudadanos La diferencia entre los norteamericanos y los mexicanos son muy amplios, nos caracterizamos por nuestras costumbres y tradiciones. Ellos viven en una sociedad más abierta que los hace ser más dinámicos.

CAPITULO 2.

MÁSCARAS MEXICANAS.

El mexicano es un ser que se cierra y se preserva, usa muchas cosas para defenderse, la cortesía, el silencio, la palabra, la ironía y la resignación, es muy celoso con su intimidad, al mexicano todo puede herirlo, en una pelea prefiere la expresión “al buen entendedor pocas palabras”. El lenguaje refleja que como mexicanos siempre estamos a la defensiva, como el no “rajarse” o no “abrirse” muestra la valentía del “macho”; el mexicano puede “agacharse” o humillarse pero jamás “rajarse”, cuando nos enamoramos “nos abrimos”, mostramos nuestra intimidad tan cuidada, creemos el amor como conquista como lucha. Las características del ambiente hacen que nos cerremos y que el “macho” sea hermético capaz de guardar lo que se le confía, desde que son niños, a los hombres se les enseña a sufrir con dignidad las derrotas.

Por influencia indígena y española al mexicano le gustan las fórmulas y el orden y aspira a crear un mundo.

Ordenado de acuerdo a los buenos principios, se esfuerza por ser formal. A los mexicanos no nos da vergüenza nuestro cuerpo, lo vivimos con plenitud ya que somos nuestro cuerpo.

También nos defendemos con el pudor y por eso la virtud más grande de la mujer es el recato, así como los hombres defienden su intimidad las mujeres debemos defenderla, los mexicanos consideran a la mujer como instrumento para los deseos del hombre o la sociedad. La mujer es sólo un reflejo de la voluntad del hombre, es un ser oscuro, secreto y tranquilo; por eso secreto debe acompañar a la mujer, debe ser “decente” y “sufrida”. Es un símbolo que manifiesta la continuidad de la raza.

Otras máscaras son el juego de los albures, un combate verbal hecho de alusiones obscenas y de doble sentido, el vencido es el que no puede contestar, “el que se traga las palabras de su enemigo”. Las mentiras, que reflejan nuestras carencias, lo que no somos y lo que deseamos ser. La simulación es otra máscara, tratamos de disimular las pasiones y a nosotros mismos

Según el autor, todas estas actitudes, independientemente de sus raíces, confían los caracteres cerrados de nuestras reacciones frente al mundo o frente a nuestros semejantes.

CAPITULO 3.

TODOS SANTOS, DÍA DE MUERTOS.

El mexicano ama las fiestas y las reuniones públicas, el calendario está lleno de fiestas se usa cualquier pretexto para hacerlas. Las fiestas de los mexicanos, sobre todo las religiosas son incomparables con las extranjeras. Cada cuidad, cada pueblo o comunidad está regida por un Santo al que veneramos cada año. Son incalculables las fiestas que celebramos así como el tiempo y el dinero gastado en ello. Mientras que los países ricos tienen pocas fiestas, ya

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