Educación En Virtudes

SINTESIS DEL CAPITULO NO.1

LIBRO EDUCACION EN VALORES, EDUCACION EN VIRTUDES

ANA TERESA LOPEZ DE LLERGO

“LOS FRUTOS DEL SER HUMANO”

1.1 Concepto de fruto:

En botánica, el fruto es el ovario de las flores fecundado y maduro, y contiene las semillas. Este proceso es propio de todos los seres vivientes aunque se diferencia en el modo y el tipo de fecundación.

El fruto biológico es una consecuencia de la etapa evolutiva de la madurez. Un sujeto demasiado joven o demasiado viejo no puede realizar dicho proceso de fecundación ya que no ha llevado a cabo el desarrollo total de los órganos para realizar el ciclo de vida y el otro agoto su capacidad y no esta en condiciones de seguir produciendo frutos biológicos. Sin embargo espiritualmente cualquier persona a cualquier edad esta en condiciones de dar frutos siempre y cuando alcance ciertos parámetros.

El fruto es un producto que actualiza las potencialidades para conservar las especies, aprovecha los órganos adecuados, el instinto, el trabajo, el ingenio, la imaginación y el entorno: tierra, aire, agua, etc. Tomas de Aquino dice: “solo los actos humanos últimos y deleitantes se llaman frutos”. Los frutos provocan deleite por su belleza y por medio de ellos se reproduce la especie.

De las facultades del alma (inteligencia y voluntad) surgen hábitos como las virtudes y movimientos que producen ciertos actos. Estos actos son los frutos y en el ser humano están animados por la espiritualidad, cuyos resultados son intangibles. Por tanto, los frutos materiales y los espirituales siempre van unidos.

1.2 Los frutos que manifiestan el perfeccionamiento en la naturaleza humana:

El ser humano es intrínsecamente una unidad corpóreo-espiritual, por el espíritu es una persona y por el cuerpo es un individuo. El alma humana trabaja con dos facultades: la inteligencia y la voluntad. La primera es cognoscitiva, se le considera una potencia espiritual pasiva, cuando al recibir un conocimiento adquiere perfección, y también es activa, porque una vez obtenida la información la pone en práctica. Por otro lado la voluntad opera en el ámbito apetitivo pues es el apetito espiritual. El objeto de la inteligencia es simple y absoluto pues busca la razón de lo apetecible, en cambio el objeto de la voluntad es el bien apetecible. La inteligencia mueve a la voluntad presentándole bienes conocidos y la voluntad mueve a la inteligencia como causa eficiente para ejecutar sus respectivos actos. La inteligencia y la voluntad son reciprocas.

La manera de expresar lo corporal o lo espiritual es mediante la afectividad, la cual manifiesta el modo de guiar a las pasiones –emociones y sentimientos- con mayor o menor independencia de lo físico.

La afectividad es una realidad psíquica con entidad propia que permea toda la vida corporal y espiritual. Lo afectivo matiza lo corpóreo y lo espiritual.

La dinámica afectiva se manifiesta como agrado y desagrado y provoca acercamiento o huida respectivamente. La afectividad se dice es huidiza, se caracteriza porque sus respuestas motivadas, no se derivan de relaciones causa y efecto.

El ser humano puede hacer valoraciones gracias a su conciencia, que es un dictamen de la inteligencia. Tales juicios están presentes aunque la persona, no sea capaz de dictaminar, esto es debido a la sindéresis: inclinación o hábito de los primeros principios en el ámbito moral, el génesis de la conciencia. El juicio no se aprende del exterior, sino que es la capacidad interior de discernir

El ser humano no solo vive en un universo físico, sino también en uno simbólico. La lengua, el mito, el arte, la religión, son diversos hilos que componen el tejido simbólico. Cualquier progreso humano en el campo del pensamiento y la experiencia refuerza este tejido. Al lado del lenguaje conceptual hay un lenguaje sentimental, al lado del lógico o científico, el de la imaginación poética. El lenguaje no expresa pensamientos o ideas, sino sentimientos y afectos.

La naturaleza humana determina el modo peculiar de ser de quienes la poseemos. Es algo dado, sin artificio pero con potencialidad. La naturaleza se conoce a través de sus operaciones, por ejemplo: en el caso de los humanos, el desarrollo de las capacidades corpóreo-afectivo-espiritual.

La actualización del objeto de las facultades humanas se alcanzará con el ejercicio de las características de la persona: intimidad, comunicabilidad, y libertad, sobre las propias facultades y el entorno.

La ética es la ciencia que califica el quehacer humano de acuerdo con la cercanía o lejanía que la persona logra con sus acciones, el objeto de la ética es la moralidad de los actos humanos. La moral capta que ontológica y axiológicamente es imposible eliminar la libertad.

La naturaleza allí es la concreción de alguien y la dimensión histórica se refiere al tiempo en que vive un ser humano. La persona es entonces un allí corpórea-espiritual capaz de utilizar su libertad para transformar lo transformable e intercambiar bienes con los otros y trascender.

- CUADRO 1.1 DIMENSIONES DEL A COMPLEJIDAD HUMANA - |

Naturaleza allí | Dimensión histórica (cultura y civilización) |

Corpórea | Elabora su huella |

Afectiva | Comparte, defiende, aprecia… |

Espiritual

(finalística) | Simbólica, acumulativa, proyectiva.Trascendencia moral. |

Viktor Frankl afirma que el hombre es el ser que siempre decide lo que es. Por consiguiente, la persona es un ser con intimidad y apertura, con fuerzas centrípetas y centrifugas que su libertad ha de equilibrar –trabajando y descansando- a lo largo de la vida. Así que si en alguien prevalece la intimidad se presenta el riesgo del aislamiento; y en la apertura, el de la superficialidad y falta de prudencia, y si dominan las fuerzas centrípetas aparece el egocentrismo y si son las centrifugas, la dependencia satelital.

La sociabilidad estimula la posibilidad de influir, la educación pretende desarrollar y orientar la act. humana para que se logre una conducta que se expresa en el bien hacer y en hacer el bien.

La unidad dual-naturaleza- conforma a la persona y tiene las siguientes notas características:

* INTIMIDAD.- es la región espiritual reservada, propia de un ser personal, de un grupo o de una familia, se sitúa en el núcleo oculto de cada persona. Existe un mundo interior

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