El Docente

EL DOCENTE COMO MEDIADOR Y SU INTERVENCIÓN EN LA EDUCACIÓN

Un problema que ha existido siempre en el sector educativo, pero que en la actualidad ha generado gran interés por parte de estudiosos, es el papel que desempeña el docente en torno al proceso de “educar”.

Hace algún tiempo se consideraba que los profesores tenían como única función el transmitirles información a sus alumnos, ser los depositarios y transmisores de conocimiento, y el alumno jugaba un papel pasivo en su mayoría.

En nuestro país podemos observar que tanto profesores como alumnos tienen esta conceptualización del acto educativo. Sin embargo el acto de educar implica una amplia gama de interacciones y cuestiones simbólicas, afectivas, comunicativas, sociales y de valores, entre otras. Por ende la labor del profesor no se limita al hecho de “dar conocimiento”, el docente debe ser capaz de ayudar a otros a aprender, pensar, sentir, actuar y desarrollarse como personas.

El conocimiento no se construye en solitario, la función del maestro es ser organizador y mediador en el encuentro del alumno con el conocimiento, pero para lograr esto no basta con que cuente con un profundo conocimiento y manejo de los temas que imparte, pueden ubicarse 4 áreas más según Cooper (1999): 1.-conocimiento teórico acerca del aprendizaje, el desarrollo y el comportamiento humano. 2.-despliegue de valores y actitudes que fomenten el aprendizaje y las relaciones humanas. 3.-control de estrategias de enseñanza y 4.-conocimiento personal práctico sobre la enseñanza.

Existen otros autores tales como Gil, Carrascosa, Furió y Martínez-Torregrosa (1991), ellos se plantean la misma pregunta sobre ¿Qué conocimientos deben tener los profesores y qué deben hacer?, y en los puntos que consideran importantes agregan la actitud crítica, innovadora y dinámica del profesor dentro del aula.

La relación docente-alumno juega un papel significativo, pues el profesor debe conocer a sus alumnos, el conocimiento previo de estos y sus características como aprendices para poder guiarlos de manera eficaz y ajustándose a las necesidades especificas de cada uno.

Para que el profesor logre ajustarse a las necesidades del alumno no solo debe saber el conocimiento de partida de este, sino como nos dice Onrubia (1993) debe provocar desafíos y retos que cuestiones y modifiquen dicho conocimiento.

La actuación del docente en el proceso enseñanza-aprendizaje debe ser diversificada y plástica, y contar con una participación guiada.

Las representaciones y pensamientos que los profesores tienen de sus alumnos también desempeñan una función mediadora, pues el nivel de exigencia por parte del profesor estarán guiadas por las creencias de este sobre sus alumnos. Un profesor que considera a sus alumnos con un alto potencial los impulsara más y de mejor manera

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