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El Malestar De La Cultura


Enviado por   •  30 de Octubre de 2014  •  1.517 Palabras (7 Páginas)  •  323 Visitas

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El ensayo está conformado por ocho capítulos los cuales serán explicados durante el texto. Desde el prólogo Freud adelanta el tema de fondo: la felicidad. Señalando en éste: “Uno no puede apartar de sí la impresión de que los seres humanos suelen aplicar falsos deseos; poder, éxito y riqueza es lo que pretenden para sí y lo que admiran en otros, menospreciando los verdaderos valores de la vida. Más en un juicio universal de esa índole, uno corre el peligro de olvidar las variedad del mundo humano y de su vida anímica”. Al empezar de esta forma, Freud muestra que la felicidad es lo que busca conseguir o alcanzar todo ser humano.

Uno de los temas que se abordan al principio del libro es la Religión. Habla de una sensación de eternidad o “sentimiento oceánico”. Para Freud no hay más sentimiento que el que el hombre mismo tiene. Comienza a utilizar los conceptos del Yo, Ello y Superyó. El tema de la religión es utilizado en forma de ejemplo. La religión es una entidad del Superyó. Se puede decir que la religión pasa por una cuestión ideológica, y de cuan afectado puede ser el hombre por ésta. De igual manera, con base en el ensayo se puede agregar que la religión es negadora de la vida y nos hace vivir falsos sentimientos y no sentimientos reales.

Para llegar a comprender de mejor forma lo anterior, podemos apoyarnos en Nietzsche, específicamente en su obra Así hablo Zaratustra. Allí en la primera parte sufre tres transformaciones. La primera de ellas, es la del Camello, que representa al hombre religioso que vive con un sentimiento de eternidad. Pensando una vida futura y no viviendo en una vida real. Para ninguno de los dos hay un más allá. Es por esta razón que son llamados los maestros de la sospecha junto con Karl Marx.

Freud prosigue con la vida anímica, al respecto apunta, “En la vida anímica no puede sepultarse nada de lo que una vez se formó, que todo se conserva de algún modo y puede ser traído a la luz de nuevo en circunstancias apropiadas, por ejemplo en virtud de una regresión de suficiente alcance”.

Se puede comprender lo que el autor deseaba expresar en su texto haciendo una analogía. Si se piensa en los distintos deseos que cada persona tuvo a lo largo de su vida. Algunos de esos deseos se cumplieron, unos no, otros permanecen reprimidos y pueden ser recuperados y cumplidos. La vida anímica es precisamente acerca de cumplir o no esos deseos.

El capítulo II vuelve a mencionar el tema de la religiosidad del hombre, donde él se representa en un padre todopoderoso, este Padre es Dios evidentemente. Tal Padre es una entidad del Superyó. La religión convence al hombre de que necesita de un ente superior que lo guie, escuché sus necesidades, que los premie o puna por su comportamiento. Todo esto es evidentemente infantil. El hombre en estos aspectos sobre la religión sigue siendo un niño.

Así mismo analiza con más precisión la felicidad, al respecto señala: “¿Qué es lo que los seres humanos mismos dejan de discernir, por su conducta como fin, y propósito de su vida?, ¿qué es lo que exigen de ella, lo que en ella quieren alcanzar? No es difícil acertar con la respuesta. Quieren alcanzar la felicidad y mantenerla”, “Esta aspiración tiene dos costados, una meta positiva y una negativa: por una parte quieren la ausencia de dolor u de displacer; por la otra vivenciar intensos sentimientos de placer”.

En el tercer capítulo Freud señala tres fuentes de las penas del ser humano: la hiperpotencia de la naturaleza, la fragilidad de nuestro cuerpo y la insuficiencia de las normas que regulan los vínculos recíprocos entre los hombres, en la familia, el Estado y la Sociedad. Es imposible dominar completamente la naturaleza humana. Los instintos naturales humanos son altamente complicados y siempre están sujetos a un sinnúmero de posibilidades, tal como la misma naturaleza.

Tercera fuente de sufrimiento es la social: El ser humano se niega a admitirla, no puede entender la razón por la cual las reglas que él mismo ha instaurado, no habrían de proteger y beneficiar a todos. Gran parte de la culpa la tiene la cultura. En este aspecto sería mejor volver a las condiciones primitivas.

Ciertamente vivir dentro de una sociedad crea conflicto, bajo una entidad que llamamos el Estado, que es una forma del Superyó, que forja y promulga leyes. Algunas leyes nos favorecen y otras nos perjudican. Cuando no cumplimos con una de ellas recibimos un castigo y si hacemos correctamente las cosas recibimos un premio por lo cual nos

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