El Malestar En La Cultura

Por Stephanie Urbano Otlica

Facultad de Ciencias Políticas y sociales, UNAM.

El malestar en la cultura

El hombre, posee un sentimiento oceánico, de eternidad y por ello es que el hombre es un ser religioso independientemente al credo que crea o no, este pensamiento es la base de toda religión y asimismo este mismo sentimiento está vinculado a un sentimiento yoico, valga la redundancia. Y como ya sabemos este Yo, no es el mismo de cuando éramos niños, éste va transformándose con base en nuestras experiencias y por ello sólo nos acercamos a lo que nos provoca placer.

Todo los seres humanos buscamos en la vida la felicidad plena, somos seres pulsionales pero no todas las pulsiones son aceptadas como buenas en la sociedad actual por lo que somos deseantes y esto nos causa malestar ya que no somos felices sufriendo por “deseo esto, pero no puedo hacerlo”, estamos constantemente evitando el dolor y en busca del placer, pero al fin de cuentas ningún deseo, aún satisfecho, es duradero o permanente y esto también provoca malestar.

Otras causas de desdicha para los seres humanos son: la fragilidad del cuerpo (decadente, aniquilable), la hiperpotencia de la naturaleza, la falta de leyes y reglas (la insuficiencia que tenemos para regular relaciones sociales). Entonces tenemos que buscar la manera de evitar de evitar el sufrimiento (tanto el interior como el exterior) por lo que desplazamos la libido, lo que ya mencione antes, la “sublimación” de nuestros deseos pulsionales.

Y bueno aquí tenemos un papel importante de la religión (sea la que sea) ya que ésta se nos muestra como el único camino para alcanzar la plena felicidad, por ello que la religión católica tenga tantos seguidores ya que esperan disfrutar del paraíso al morir, así que ese es su consuelo, sufrir en esta vida para poder disfrutar de lo otro después. Es decir, aplacen el placer de hoy para disfrutarlo en toda la extensión de la palabra, sin límites después, en el otro mundo que el catolicismo promete al finalizar la vida terrenal.

Ahora, tenemos a la cultura como lo que nos diferencia de los animales y que persigue dos fines: la regulación de las relaciones sociales y el proteger al hombre de la naturaleza. Actualmente tenemos tantos adelantos que nos ayudan a “mejorar” la vida, pero, ¿Eso nos hace feliz completamente? Es evidente que con avances en la medicina tenemos posibilidades de vida más largas pero si no somos felices ¿de qué sirve la longevidad?

Estoy hablando de cultura, la cultura es eso que es útil para el hombre, tenemos la ciencia y el arte, pero la cultura también supone la opresión de las pulsiones, lo cual nos hace infelices, esta infelicidad crea frustración que concluye en una hostilidad hacia la cultura, no podemos tener sexo en la calle porque va contra la cultura, no podemos sólo cagar donde nos gane porque tenemos como precepto que la limpieza y el orden nos dicen que tenemos que ser higiénicos y sólo hacer del baño en los lugares establecidos para ello. Podemos ver entonces la analogía entre proceso cultural y la evolución libidinal del individuo.

El hombre primitivo se dio que cuenta que para sobrevivir tenía que convivir con otros individuos, como ya lo vivimos en la lectura de Tótem y Tabú que de la familia primitiva se pasó a la alianza fraternal, en donde ya veíamos este miedo a satisfacer sus pulsiones sexuales (horror al encesto), es sorprendente cómo desde lo primitivo hay raíces de lo que hoy somos desde individuos hasta e sociedad, lo que hoy tenemos no es cosa de hace unos poco años.

Freud nos habla después sobre el divorcio entre el amor y la cultura, comienza como conflicto entre familia y sociedad, ya que la familia no está dispuesta a renunciar al individuo, entonces éste encontrará en la sociedad la facilidad de desprenderse de la familia que le impide llevar cabo su deseo incestuoso. Y no sólo el amor entra en conflicto con la cultura si no también la mujer y que la obra cultural se ha convertido en una tarea sólo para hombres por sublimar las pulsiones de los hombres, para lo cual las mujeres están poco dotadas. La mujer pasa a segundo plano por las exigencias culturales adoptaría la hostilidad frente a la cultura.

En la cultura occidental tenemos que la vida sexual sólo nos da la posibilidad se tener sexo con fines meramente reproductivos y en monogamia pero el psicoanálisis dice que los neuróticos son quienes menos soportan esas limitantes en cuanto a su sexualidad, por ello la cultura pretende ligar a los individuos con lazos libidinales, la cultura también restringirá la agresividad, y no solo el amor sexual, lo cual permite entender por qué el hombre no encuentra su felicidad en las relaciones sociales, y toda esta agresividad ha sido volcada hacia distintos grupos de hombres, como los homosexuales por ejemplo, esto con el fin de crear amor entre el sector más importante de la población.

El concepto de superyó

El origen del yo se remonta al periodo de desaparición del complejo

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