El juego y su importancia en el desarrollo infantil

EL JUEGO Y SU IMPORTANCIA EN EL DESARROLLO DEL NIÑO

Francisca Pinochet Fernández

Santiago, 2017

El juego es una actividad propia de todo ser humano. Todos nosotros hemos aprendido a relacionarnos nuestro entorno familiar, escolar,  social,  cultural e incluso material a través del juego.

 Etimológicamente, los investigadores refieren que la palabra juego procede de dos vocablos en latín: "iocum y ludus-ludere" ambos hacen referencia a broma, diversión, chiste, y se suelen usar indistintamente junto con la expresión actividad lúdica. (Vázquez)

Como bien sabemos,  el desarrollo social de toda persona, en sus inicios está dado por esta interacción social. Por lo tanto, éste permite ensayar ciertas conductas sociales, como también favorece la adquisición de herramienta para el desarrollo de capacidades intelectuales, motoras o afectivas. Romero y Gómez.

El juego tiene múltiples características que lo definen como una actividad placentera, libre, espontaneo y totalmente voluntario. El juego es innato y es una actividad propia de la infancia y muestra en qué etapa evolutiva se encuentra el niño o la niña. El juego favorece su proceso socializador y cumple una función compensadora de desigualdades, integradora y  rehabilitadora. Desarrollar la curiosidad y la confianza, permitiendo crear libremente situaciones ficticias, donde el niño es un protagonista activo de la acción.

El juego también favorece el desarrollo del dominio del lenguaje y de la capacidad de razonamiento, planificación, organización y toma de decisiones.

La familia juega un rol fundamental  en la socialización del niño, y a través del juego es posible transmitir valores, normas y principios básicos del entorno familiar.  Todos los miembros de una familia restablecen sus vínculos, fortalecen sus relaciones y permiten a la vez, que los valores socioculturales se recuperen, dinamizándolos, fortaleciendo su identidad y proyectándolos al futuro. (Llanos, M.)

Otro valor que le otorga Llanos, definiendo al juego como un medio de adaptación del niño a la sociedad en que le corresponde vivir. “En la medida en que el juego es una situación social que implica el contacto con otros, el niño enfrenta conflictos y se le permite colaborar y compartir” (Llanos, M.^[1])

Las actividades lúdicas, por comprometer elementos altamente creativos, hacen que el niño encuentre en ellas "lo que necesita para crecer, para estimular su organismo que está en pleno proceso de desarrollo. Incluyendo aquí, en los mismos juegos, tanto las actividades motoras que lo estimulan fisiológicamente, como las novedades intelectuales que los despiertan mentalmente, como las relaciones interpersonales que lo motivan socio-afectivamente" (DINELLO, R.)

En la Convención sobre los Derechos del Niño de 1990,  el derecho al juego está reconocido en el artículo 7 y se considera tan fundamental como el derecho a la salud, la seguridad o la educación:

Artículo 7. “[…] El niño debe disfrutar plenamente de juegos y recreaciones, los cuales deben estar orientados hacia los fines perseguidos por la educación; la sociedad y las autoridades públicas se esforzarán por promover el goce de este derecho”. Además, en el Artículo 31, declara explícitamente “El niño tiene derecho al esparcimiento, al juego y a participar en las actividades artísticas y culturales.” UNICEF.

Para Vygotsky el juego surge a partir de querer adaptarse a la realidad, y  afirma que el juego es un elemento fundamental en el desarrollo del niño y que es a través de este tipo de actividades, es que el niño logra desarrollarse como corresponde.

Además, en su Teoría sociocultural de la formación de las capacidades psicológicas superiores, destaca el juego en su valor socializador: “El ser humano hereda toda la evolución filogenética, pero el producto final de su desarrollo vendrá determinado por las características del medio social donde vive, es decir, el contexto familiar, escolar, amigos, etc.” además “Considera el juego como acción espontánea de los niños que se orienta a la socialización. A través de ella se trasmiten valores, costumbres…”. Por otra parte le atribuye al juego un gran valor como factor de desarrollo: “El juego como una necesidad de saber, de conocer y de dominar los objetos; en este sentido afirma que el juego no es el rasgo predominante en la infancia, sino un factor básico en el desarrollo. La imaginación ayuda al desarrollo de pensamientos abstractos, el juego simbólico” (Vygotsky)

Existen múltiples clasificaciones según su tipo,  participantes, etc. pero una clasificación asociada al aspecto educativo define varias categorías. En primer lugar, los juegos psicomotores donde se busca el conocimiento del esquema corporal, sensorial y desarrollo motor. También existen los juegos de índole cognitivo, donde a su vez se pueden subdividir según la habilidad que desarrolla. Dentro de esta categoría encontramos los juegos manipulativos o de construcción, los juegos de descubrimiento, de atención y memoria, juegos imaginativos y por último los juegos lingüísticos. Otra categoría están dados por los juegos sociales, dentro de los cuales están los juegos simbólicos o de ficción, de reglas y cooperativos. Y por último se puede distinguir los juegos afectivos, dentro de los cuales encontramos los juegos de rol, jugos dramáticos y de autoestima.

Por último, el juego llevado a la sala de clases es una herramienta poderosa, donde el niño aprende a través de actividades placenteras. Öfele menciona “Al incluirse el juego en las actividades del aula se les va enseñando que aprender es fácil y divertido y que se pueden generar cualidades como la creatividad, el deseo y el interés por participar, el respeto por los demás, atender y cumplir reglas, ser  valorado por el grupo, actuar con más seguridad y comunicarse mejor, es decir, expresar su pensamiento sin obstáculos. Espero haber podido expresar en estas líneas lo importante que es incorporar el juego en la estrategia de aprendizaje. Los que somos docentes sabemos lo gratificante  que es, cuando el alumno concurre motivado y participa activamente de nuestras  clases”. Öfele, 1998.

EL JUEGO TRADICIONAL INFANTIL Y SU VALOR EDUCATIVO

Sabemos la gran importancia del juego en el desarrollo integral de los niños y niñas, pero un valor agregado que entregan los juegos tradicionales están dados por sus características particulares que permiten transmitir características, valores, formas de vida, tradiciones de diferentes zonas del mundo que lo rodea.

Existen factores claves que hacen de los juegos tradicionales tomen un papel relevante en el niño. En primer lugar, los juegos tradicionales se transmiten de forma oral de generación en generación, son anónimos y universales, encontrando el mismo juego en muchas partes del mundo. Son el vehículo para transmitir creencias y leyendas. Asimismo, les permite alcanzar el respeto hacia la diferencia entre culturas, aprende a respetar a los adultos a través de la comunicación generacional, en la que los niños sienten curiosidad y a los abuelos les encanta contar sus vivencias y recuerdos a los nietos.

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