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El niño y la vida familiar en el Antiguo Régimen


Enviado por   •  2 de Junio de 2013  •  6.580 Palabras (27 Páginas)  •  380 Visitas

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El niño y la vida familiar en el Antiguo Régimen. “El autor trata dos temáticas diferentes pero relacionadas:

1) Referida a la antigua sociedad tradicional. Ésta no podía representarse bien al niño y menos todavía al adolescente. La duración de la infancia se reducía al período de su mayor fragilidad, y en cuanto el niño podía desenvolverse fisicamente, se le mezclaba rápidamente con los adultos, con quienes compartía sus trabajos y juegos. El bebé se convertía en un hombre joven sin pasar por las etapas de la juventud. La transmisión de valores y conocimientos y la socialización de niño no estaba ni garantizada por la familia ni controlada por ella. La educación fue obra del aprendizaje determinado por la convivencia con los adultos. Existía un solo sentimiento superficial del niño, el mimoseo, reservado a los primeros años cuando el niño era una cosita graciosa y la gente se divertía con él. Si el niño moría, había quien se afligía pero otro le reemplazaría en seguida. El niño no salía de una especie de anonimato. Cuando terminaba el “mimoseo”, vivía fuera de su familia, constituida por la pareja y los hijos que permanecían en el hogar. Esta familia tenía como misión la conservación de bienes, la práctica de un oficio común, la mutua ayuda cotidiana y la protección del honor y de las vidas, no una función afectiva. El sentimiento no era indispensable para la existencia, ni para el equilibrio de la familia. Las relaciones afectivas y las comunicaciones sociales se consolidaban fuera de la familia, en un círculo denso y muy afectuoso con personas ajenas al grupo familiar. La sociabilidad era la propensión de las comunicaciones tradicionales a las reuniones, visitas, fiestas.

2) Referida al nuevo espacio ocupado por el niño y la familia en nuestras sociedades industriales a fines del siglo XVII. La escuela sustituyó al aprendizaje como medio de educación. Cesó la cohabitación de niño con los adultos y por ello el aprendizaje de la vida por contacto directo con ellos. El niño fue separado de los adultos y mantenido aparte, antes de dejarle suelto en el mundo, en una especie de cuarentena que sería la escuela

Se le critica principalmente:

-Por parte de los psicólogos, que lo acusan de que el niño no es solamente el traje, los juegos, la escuela, ni incluso el sentimiento de la infancia, sino una persona, un desarrollo, una historia, que se debe tratar de reconstituir. Un término de comparación.

-La falta de investigación acerca de la función de socialización de la familia, así como una preocupación obsesional por el origen.

Las edades de la vida: En la Edad Media el nombre propio fue considerado una designación demasiado imprecisa y fue necesario completarlo con un apellido, a menudo un nombre de lugar. La inscripción de la fecha de nacimiento en los registros parroquiales fue impuesta a los sacerdotes y fue preciso que las aceptaran las costumbres, reacias durante mucho tiempo al rigor de una contabilidad abstracta. Sólo a partir del siglo XVIII los curas se preocuparon por mantener sus registros con la exactitud que un Estado moderno exige a sus funcionarios del registro civil. La importancia de la noción de edad ha debido afirmarse en la vida a medida que los reformadores religiosos y civiles lo imponían en sus documentos, comenzando por los que frecuentaban los colegios de enseñanza. Responden a la misma mentalidad los libros de razón, en los que se anotaban, además de las cuentas, los acontecimientos domésticos, los nacimientos y las muertes .Se produce una convergencia del interés por la precisión cronológica y del sentimiento familiar. Se siente la necesidad de dar a la vida familiar una historia propia. En el siglo SXVI los niños conocen indudablemente su edad, pero una extraña norma de urbanidad los obliga a no confesarla explícitamente y a responder con ciertas reservas.

Las Edades de la Vida son: infancia y puerilidad, juventud y adolescencia, vejez y decrepitud, cada uno significando un periodo diferente de la vida. La edad del hombre era una categoría científica, que pertenecía a un sistema de descripción y explicación física. Las edades correspondían a los planetas, y eran 7: la Primera edad, la infancia(desde el nacimiento hasta los 7 años, el recién nacido era un niño no hablante), la Segunda Edad, (pueritia, hasta los catorce años),la tercera edad, adolescencia(termina a los veintiún o veintiocho año, o a veces hasta los 30 o 35;la persona es grande como para engendrar y la persona crece pues sus miembros son aptos para recibir fuerza y vigor), la cuarta edad o juventud(cuando el individuo posee mayor vigor y cuida de sí mismo y los demás, hasta los 45,50 años), la quinta edad, la senectud(la persona es seria en costumbres y modales), la sexta edad o vejez(hasta los setenta o la muerte, las personas son caprichosas)y la séptima edad, senies (el anciano se pone decrépito hasta que muere). También las edades de la vida correspondían a funciones sociales, como la edad de los juguetes, la edad de la escuela, las edades del amor o de los deportes cortesanos caballerescos, las edades de la guerra y la caballería y las edades sedentarias. No había cabida para la adolescencia por lo que ésta se confundió hasta el siglo XVIII con la infancia. El término “niño” designaba tanto al putto como al adolescente. Se empleaba como sinónimo de muchacho, hijo, nuero. A partir de siglo XVII se vincula la idea de infancia con la de la dependencia, por lo que los lacayos, oficiales y soldados, así como los criados y muchachos, eran llamados comúnmente con el nombre de “niño”. En la misma época en las familias selectas el vocabulario de la infancia tendía a designar a la primera edad. A finales de éste siglo los términos se vuelven más numerosos y más modernos, pero siguen las dificultades para llamar al niño pequeño, al no haber palabras que lo distingan de los mayores. La adolescencia surge en idea con Querubín y el recluta. Querubín era un personaje literario que dominaba la ambigüedad de la pubertad y ponía de relieve el lado afeminado de un joven que sale de la infancia, sin barba, de facciones imprecisas, que muestra la transición de niño al adulto. Durante los siglos XVI y XVII la imagen de hombre es la del hombre joven, llamando juventud a la etapa entre la niñez y la vejez. Hoy la vejez ha desaparecido.

*El niño en el arte: El arte medieval representaba al niño como un hombre reducido, en miniatura. El niño era diferente del hombre sólo por el tamaño y la fuerza, mientras que los otros rasgos eran semejantes. Hasta el siglo XVII el arte medieval no conocía la infancia o no trataba de representarsela. En esa sociedad no había espacio para la infancia. Jesús será el modelo y precursor

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