Infancia y concepción del niño en la Francia del antiguo régimen
ainesey228 de Agosto de 2012
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Tema 1.1. “Infancia y concepción del niño en la Francia del antiguo régimen”
La historia de la niñez:
En el mundo moderno pocos libros perduran como éste “El niño y la vida familiar en el antiguo régimen”.
Su persistencia es todavía más peculiar porque todos coinciden en que la interpretación de Ariés sobre la historia de las actitudes hacia la niñez no es sustentable; tanto por las evidencias como por los conceptos imprecisos que utilizó.
Al afirmar que “en la sociedad medieval no existía el concepto de niñez”, Ariés adquirió mayor fama y se hizo más vulnerable a la crítica.
No afirma que en la Edad Media los niños hayan sido maltratados, simplemente considera que no había un concepto de infancia tal como nosotros lo reconoceríamos.
Los niños no eran vistos como inocentes, no existía la idea de que deberían ser prevenidos de las experiencias sexuales precoces, no había juegos ni ropa diseñados para ellos, y los artistas los retrataban como adultos pequeños.
En los registros médicos medievales se reconocían enfermedades particulares de la niñez y una amplia variedad de literatura que prestaba atención a las etapas de desarrollo de los niños.
En la primera etapa, los niños deberían considerarse como inexpertos y dependientes y no se deberían esperar demasiado de ellos. “A los niños se le debería permitir jugar, tanto como su naturaleza lo demande”. En la segunda etapa debería haber un intento serio por la educación.
A Ariés le interesaba demostrar que en el transcurrir del tiempo han habido cambios en los conceptos sobre la niñez. Sostenía que en el siglo XVII surgieron dos nuevos conceptos de niñez: uno que consistía en percibir a los niños como pequeñas criaturas divertidas a las que había que consentir y el otro señalaba que no se debería escatimar ni tiempo ni esfuerzo en llevar a los niños a situarse en la necesidad de la salvación cristiana.
La Biblia presentaba de manera extrema ambas valoraciones positivas de la niñez y consejos similares sobre la obligación de obediencia a los padres y sobre los peligros de prescindir del castigo. Los padres de familia y la Iglesia estaban unidos en la tarea de asegurar que se orientara a los niños hacia el bien y se les alejara del mal.
Los preceptos en la educación de los niños permanecían relativamente constantes durante el medioevo y los inicios del modernismo, por ello el desarrollo de la educación formal durante este periodo, dio más fuerza a la idea de que los niños deberían ser educados para ser buenos cristianos.
La enseñanza distinguía entre lo que era deseable para los niños y para las niñas. El mundo masculino consideraba que las escuelas eran para los niños y el hogar para las niñas.
Quienes escribieron sobre la niñez durante la Edad Media y los principios de la Era Moderna tuvieron que reconocer que sus testimonios contenían muchos consejos sobre el tema de educar a los niños, algunos de hecho se referían a la educación que se les daba en los más altos estratos de la sociedad, pero casi ninguno se refería a la educación que recibían la mayoría de los niños.
En el siglo XVIII se comenzaron a fabricar juguetes y a escribir libros especialmente para los niños y empezó a considerarse normal entre las familias acomodadas el que los padres fueran cariñosos con sus hijos.
Algunos de estos libros fueron dirigidos con el deseo evangélico de salvar el alma de los niños.
Pero hubo en ese Siglo un pensamiento secular dominante:
John Locke: Psicología, una visión del niño como una hoja en blanco.
Rousseau: en el Emilio: forma natural del desarrollo del niño. ..
…que la intervención de los adultos, acorde a las formas de actuar de la Naturaleza, sienta las bases para enfrentar todas las dificultades que se presenten durante la educación de los niños y para afrontar los subsecuentes problemas del comportamiento adulto.
A los niños, según Rousseau, se les debe permitir desarrollarsre en un ambiente adecuado a ellos y a su propio paso.
El romanticismo fue la etapa siguiente en que se consideraba a la niñez una edad especialmente privilegiada. La vida podría no llegar a parecer no como un ascenso a la madurez sino como una pérdida de frescura, a inocencia y los preceptos morales inherentes a la infancia, hacia la perversa edad adulta.
Una muestra sobre la influencia del pensamiento romántico fue el esfuerzo continuo por permitir a los niños desarrollarse como tales y por descubrir el significado del concepto “nature´s ways” (formas de actuar de la Naturaleza).
También tuvo influencia en el trabajo de Froebel, sobre el movimiento kindergarten (jardín de niños) y sobre el movimiento Child Study (estudio del niño) de finales del siglo XIX, mediante los cuales, principalmente en los Estados Unidos, los padres recibían información sobre el proceso de desarrollo de sus hijos. Esta propuesta se enfrentó con otra de peso similar, un sistema de estímulo de competencia entre los padres mejor enterados sobre los logros de sus hijos.
En principio, tal niñez debería estar disponible a todos los niños de todas las clases sociales. Ellos pensaban que la falta de niñez apropiada y suficientemente prolongada era la base de los problemas sociales más serios.
Pocos pasajes pueden indicar mejor lo que, por contraste, debería ser la niñez:
Los niños no deberían ser capaces de cuidarse a sí mismos, sino ser dependientes y estar bajo control.
Las virtudes de los adultos (Samuel Smiles) eran lo opuesto a las virtudes de la infanciaPocos pasajes pueden indicar mejor lo que, por contraste, debería ser la niñez:
Mary Carpenter, estudiosa de la delincuencia juvenil creía que había ciertas cosas sin las cuales el ser humano no podía decir que era un niño.
La primera era el amor, que “para los niños es una necesidad absoluta de su naturaleza y cuando les es negado, dejan de ser niños”.
Y la segunda era la vida en familia “el verdadero lugar de la niñez”
El contraste entre lo que era y lo que debería ser resultaba tan sorprendente que los reformadores buscaron un lenguaje con el cual informar a los lectores sobre la dimensión de la situación real en esos momentos.
Para Lord Shaftesbury, reformador evangelista los niños Londinenses de la calle, eran pilluelos independientes, “jóvenes maniacos”, “una raza ilegal y salvaje”, “los potros salvajes de las Pampas” y “los árabes de la metrópolis”
Hasta finales del siglo XVIII, todas las sociedades consideraban que la mayoría de los niños desde muy pequeños deberían contribuir de alguna manera en la producción económica, ya fuera cuidando a los hermanos más pequeños, o espantando a los pájaros de las cosechas.
El término “trabajo infantil, es una paradoja, cuando el trabajo comienza, el niño deja de serlo”. Los cambios en la naturaleza del trabajo relacionados con la revolución industrial son claramente parte de ello, pero también los conceptos de la niñez y las percepciones consecuentes del abismo entre lo que debería ser la infancia y lo que realmente era para los niños que trabajaban.
Sigue existiendo una brecha entre lo que piensan los legisladores y los reformadores que es bueno para los niños y lo que los niños realmente hacen.
Se tiende a pensar o a caer en un lenguaje que plantea que cada sociedad tendrá su propio concepto de niñez, y solo ése; con el que uno puede, por consiguiente, comparar las diferencias y similitudes entre los países. De hecho en la mayoría de las sociedades hay más de un concepto, imágenes opuestas, sobre la naturaleza de la infancia. Estos contrastes se pueden atribuir a las diferencias entre clases, grupos étnicos o regiones, pero frecuentemente estas diferencias coexisten en los individuos, llegando a darse una ambivalencia acerca de la niñez que puede caer en la contradicción.
Ariés insistía, correctamente, en que existe una historia de la niñez.
Tópicos para reflexionar:
Características de las relaciones familiares
Condiciones de vida que prevalecían en esa época
Evolución de las concepciones sobre el niño y la educación
Factores culturales, políticos y sociales en la educación preescolar
Los avances de las ciencias médicas
Conclusiones
La atención de los niños pequeños y su educación durante esa época era una cuestión doméstica.
La responsabilidad recaía en personas ajenas al ámbito familiar: primeramente en la nodriza, cuyo papel consistía en alimentar al niño y, posteriormente, en el ayo o sirviente de rango, el cual proporcionaba la instrucción necesaria para incorporarse a la vida adulta.
época, muchos niños morían antes de cumplir Pocos niños asistían a la escuela y, cuando esto sucedía, era hasta una edad en que ya se le consideraba como un sujeto de razón, es decir, después de los siete años o cercano a la adolescencia; la mayoría de ellos se incorporaban al trabajo sin ninguna escolarización.
Dadas las condiciones de la los cinco años y, cuando lograban sobrevivir, eran separados del seno familiar, lo que propiciaba que las interacciones entre ellos y sus padres fueran escasas o nulas durante las primeras etapas de su vida.
El debate de los estudiosos del tema, acerca de que los niños
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