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Ensayo Sobre Freud


Enviado por   •  24 de Marzo de 2014  •  2.182 Palabras (9 Páginas)  •  292 Visitas

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Introducción

Existen diferentes teorías acerca de la personalidad y su desarrollo, desde las teorías psicoanalíticas, las conductistas y las sociales. Cada una de ellas, busca explicar cómo se forma la personalidad, así como los conflictos que pueden surgir en el desarrollo de esta personalidad y que hacen que existan personas con diferentes temperamentos.

En el presente trabajo, nos centraremos en hablar de la teoría psicoanalítica de Sigmund Freud, la cual ha sido criticada y discutida por un sinfín de científicos, así como hay algunos que están de acuerdo, hay otros que están en contra de todos los conceptos y razonamientos que utiliza Freud para la construcción de esta teoría. Es importante aclarar que en este ensayo no se tomará una postura a favor o en contra de esta teoría, simplemente se tratarán de exponer los puntos y conceptos claves desarrollados por Freud y colaboradores a fin de entender cómo se relacionan estos con la personalidad.

Desarrollo

Paracomenzar desarrollar este conjunto de conceptos inmersos dentro de la teoría psicoanalítica desarrollada por Sigmund Freud, es importante mencionar los conceptos acerca de los cuales se hablará en delante, tomaremos el tema de las etapas psicosexuales del desarrollo, la estructura de la personalidad conformada por 3 entidades: ello, yo y super-yo; y los 3 niveles en donde estas últimas se desarrollan: consciente, preconsciente e inconsciente.

Una vez expuestos los temas a tratar, comencemos con el primero, que poco a poco se irá ligando con los demás, puesto que dentro de esta teoría todos los elementos se interrelacionan. El primer tema que hemos mencionado son las etapas del desarrollo psicosexual.

Antes de comenzar a hablar sobre las etapas del desarrollo psicosexual, es importante aclarar un par de conceptos que van ligados a este desarrollo. Por una parte tenemos a la libido, la cual fue definida por Freud como “la energía emocional y psíquica derivada del impulso biológico de la sexualidad” (Engler, 1996, p. 42), debido a que no existe un término en el lenguaje popular para referirse al “hambre” en el ámbito sexual, la ciencia utiliza el término de libido (Freud, 1920, p. 1172). Y por otra parte tenemos a los impulsos que son “una representación psicológica o mental de de una fuente corporal interna de excitación” (Engler, 1996, p. 42), de esta forma de excitación no se puede decir que es corporal o mental, ya que tiene algo de ambos.

Freud, declaró que el desarrollo de la personalidad de una persona se basaba principalmente en su desarrollo psicosexual y también pensaba que el desarrollo sexual se daba en etapas, en cada una de las cuales la libido pasa a diferentes zonas erógenas que en un principio son autoeróticas, pero después se convierten en la sexualidad reproductora de las personas adultas.

La primera etapa es la oral, la cual se desarrolla desde el nacimiento, hasta el primer año de vida aproximadamente, en esta etapa, la zona erógena es la boca, todo el placer se centra en la alimentación del niño al succionar el pezón materno y al conocer los demás objetos que lo rodean por medio de la boca. Una de las manifestaciones sexuales en esta etapa, es el chupeteo del pulgar del niño, ya que como ya se mencionó, en estas primeras etapas de la vida del niño, el placer lo encuentra en actividades autoeroticas, según Freud, “podría atribuirse al niño la siguiente frase: lástima que no pueda besar mis propios labios” (Freud, 1920, p. 1200).

Según Freud, en esta etapa, así como en las demás, existe el peligro de que surjan fijaciones, lo cual significa que al ser reprimidos los instintos de los niños en cada etapa o al ser satisfechos en exceso, los niños crean necesidades características de esa etapa y esto se refleja en la personalidad adulta. Por ejemplo, un niño que desarrolla una fijación en la etapa oral, es probable que en el futuro sea un adulto que le disfrute mucho del beber, tomar, o besar. Además de que puede ser una persona dependiente, confiada e incluso ingenua (Engler, 1996, p. 50).

Ahora pasemos a la segunda etapa del desarrollo psicosexual, que es la etapa anal. Como su nombre lo dice, en esta etapa, la zona erógena en donde se desarrolla la libido es el ano. El niño siente placer al retener sus eses y posteriormente cuando han sido acumuladas expulsarlas sintiendo una excitación de la zona, y además se crea también un control psicológico por parte del niño, ya que aprende también con esto a manipular a sus padres y siente que puede comenzar a controlar su cuerpo. El niño que recién comienza a controlar sus esfínteres, siente que sus desechos fisiológicos son como un primer regalo que emana de su cuerpo.

Al igual que en la etapa anterior, en esta puede ocurrir alguna fijación y entonces nos encontraremos con personas que pueden ser en el futuro muy despegadas de sus pertenencias, o por el contrario con personas muy egoístas. Además en esta etapa, también ocurre un suceso muy particular, “en vista de que la estimulación del causa tanto placer como dolor”, pueden surgir patrones de conducta sádicos... y/o masoquistas” (Engler, 1996, p. 45), estas formas de dominio y autocontrol, tienen su origen en esta etapa.

Continuemos con una de las etapas, que según mi opinión, es en la que surgen más conflictos tanto sexuales como psicológicos, esta etapa es la fálica. Dentro de esta etapa, la zona erógena son los genitales. Los niños comienzan con sus primeras experiencias masturbadoras al conocer sus genitales y descubrir que pueden obtener placer al acariciarlos. Pero esto no es lo más sobresaliente en esta etapa, sino lo que acontece debido al conocimiento de los genitales. Es en esta etapa en donde se desarrollan conceptos como el complejo de Edipo y de Elektra, la envidia del pene y el miedo a la castración.

En esta etapa, el niño desarrolla un deseo hacia su madre y por lo mismo, también desarrolla un sentimiento de desprecio hacia su padre por verlo como una competencia y por tener miedo de que al ser este superior le robe el amor de su madre, esto es conocido como complejo de Edipo. Algo similar sucede en las niñas, cuando al enamorarse de su padre, ven a su madre como su rival, y expresan un sentimiento hostil hacia ella.

Estos 2 complejos, se ven reforzados por los otros 2 conceptos que mencione: la envidia del pene y el miedo a la castración. La envidia del pene se desarrolla en las niñas, este fenómeno se da, cuando la niña se da cuenta de que ella no tiene pene como el niño, y por lo tanto se siente “inferior”, y además culpa a su madre por esta diferencia, aumentando sus sentimientos negativos hacia ella. Y en los niños se desarrolla el “miedo a la castración”, al ver que las niñas no tienen pene, surge en ellos la idea de que también lo pueden perder, y piensan que su propio padre es quien puede llevar a cabo esta castración, fortaleciendo también el desprecio hacia él.

Los problemas posteriores que pueden surgir a partir de esta etapa, serían personas neuróticas, ya que al no poder superar satisfactoriamente el complejo de Edipo y Elektra, su inconsciente reprime este amor que sienten hacia su madre o padre, creando conflictos interno, pero ya hablaremos más delante de términos como el inconsciente para que esto quede mejor explicado.

Una vez que los complejos de la etapa fálica son superados, surge el efecto contrario, y entonces el niño se siente identificado con el padre y la niña con la madre. Y gracias a esto se puede dar paso a la siguiente etapa, que es la de latencia. Según Freud, existe un periodo en donde se inhiben los impulsos sexuales, y en su lugar, estos se desplazan hacia otras actividades, como hacer ejercicio o relacionarse con sus compañeros del mismo sexo. Es el típico periodo en donde los niños solo se juntan con los niños y las niñas y con las niñas.

Aunque en esta etapa no se den conflictos significativos, de cualquier manera, pueden surgir problemas posteriores si el individuo desarrolla una fijación. Para Freud, la homosexualidad es una perversión, y esta perversión puede tener sus orígenes en esta etapa, “cuando la asociación primaria del individuo es con compañeros del mismo sexo” (Engler, 1996, p. 50).

La última etapa del desarrollo psicosexual y la que según Freud predomina hasta nuestra etapa adulta, ésta es la etapa genital. En esta etapa, la libido ya se concentra en el proceso de reproducción de la persona adulta, y deja de ser autoerótico, para pasar a ser satisfecho en la relación sexual que Freud considera normal, con otra persona. Esta etapa se da desde el fin de la adolescencia y permanece en toda la edad adulta.

Para Freud durante esta etapa, todo comportamiento sexual que no sea la relación reproductora normal entre un hombre y una mujer puede constituir una perversión o infantilismo en la sexualidad. Por ejemplo, el orgasmo en la mujer al estimular el clítoris y no por penetración, es para Freud una forma de sexualidad infantil, ya que la estimulación de los genitales es solamente característica del periodo infantil.

Pues bien, estas son todas las etapas del desarrollo que maneja Freud y que tienen que ver en su totalidad con el desarrollo de la sexualidad. Ahora, como lo mencioné anteriormente, pasaremos a tratar el tema de la estructura de la personalidad psíquica, regida por el ello, el yo y el super-yo, en donde se involucran además el consciente, el preconsciente y el inconsciente.

El ello, es conocido como la parte más primitiva en nuestra mente, está regido por los instintos primarios fisiológicos, y brinda energía psíquica al yo. “Es la parte oscura e inaccesible de nuestra personalidad” (Freud, 1933, p. 3140). Para el ello no existe la negación ni la contradicción, esta entidad psíquica solo busca la satisfacción de sus necesidades instintivas sin pensar en las consecuencias. El ello se encuentra en su mayor parte localizado en el inconsciente de la persona. Freud llama inconsciente “a un proceso psíquico cuya existencia nos es obligado a suponer, por cuanto deducimos de sus efectos, pero del que nada sabemos” (Freud, 1933, p. 3140).

El yo, como se mencionó en el párrafo anterior, proviene del ello, del que recibe toda la energía psíquica para operar. Pero a diferencia del ello que actúa según el principio del placer, el yo, actúa según el principio de realidad, lo cual significa que actúa para tratar de complacer las necesidades el ello, pero tomando en cuenta al mundo exterior en donde se desarrolla, el cual implica ciertas limitaciones para el ello. El yo, por lo tanto es la parte consciente del individuo, sin embargo, también tiene partes inconscientes, o mejor dicho preconscientes. El preconsciente es una región que se encuentra entre el consciente y el inconsciente, es más inconsciente, pero sin llegar a ser tan profundo, es decir, es más fácil el acceso a éste que al inconsciente propiamente dicho.

Por último tenemos al super-yo. Para Freud, éste es un “heredero” del complejo de Edipo, ya que cumple la función restrictiva que en la infancia cumplieron los padres. Es decir, es la parte moral que hay en la persona, lo que nos hace sentir culpabilidad o inferioridad al realizar alguna acción que va contra las normas morales que hemos internalizado. El super-yo al igual que el yo, también tiene partes inconscientes, de ahí que haya individuos neuróticos que reprimen sus deseos y que el super-yo juzga severamente haciendo sentir angustia al individuo.

Ahora que hemos mencionado el término “angustia”, es importante aclarar lo los tipos de angustia que hay y como es que surge. El yo, se encuentra en una constante lucha por tratar de armonizar todas las entidades psíquicas, por un lado trata de complacer al ello, pero tomando en cuenta las consecuencias en el mundo exterior, y por otro lado tiene que lidiar con la culpabilidad del super-yo represor, por lo tanto, en ocasiones la vida puede parecer tan complicada que surge la angustia. Para Freud existe la angustia real, que es la que se da ante el mundo exterior; existe también la angustia moral, que es la que se da ante el super-yo; y por último tenemos la angustia neurótica que se da ante el ello.

Conclusión

Para concluir este tema, es importante que mencionemos una vez más la relación de la teoría psicoanalítica con el desarrollo de la personalidad.

Como pudimos ver, las etapas del desarrollo psicosexual influyen sobremanera en la formación de la personalidad adulta, ya que es en la niñez en donde se pueden dar las fijaciones de cada etapa, que más tarde van a influir en diferentes características del temperamento de las personas, ya sean características consideradas “normales” o patológicas.

La disección de la personalidad psíquica escrita por Freud, nos hace comprender, porque en ocasiones la vida nos parece tan complicada o porque las personas actúan de diferente manera ante la misma circunstancia. Las entidades psíquicas, no solo nos causan “conflictos psicológicos”, sino que también nos ayudan a desarrollarnos armónicamente en sociedad.

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