Ensayo de historia de la sexualidad vol. 3 michele foucault

Historia de la sexualidad
3. La inquietud de sí

En el tercer y ultimo volumen del autor francés Foucault, se evoca de lleno a las interpretaciones sociales del sexo, considerando que lo han reducido a un monopolio del desde, un monopolio tal que el eros es relegado al rincón, siendo la procreación la única virtud entronizada del acto copulativo, vale decir, no atribuye estos males a la tradición cristiana que forjó a Europa después del siglo IV, sino que rastrea su génesis en el pensamiento de la helade, con los primeros estoicos, para después ser continuado por el moralismo romano, y aquí podemos pensar en Cicerón y Séneca, pero también en el puritano rey filósofo, Platón, pues cuando define al cuerpo como la prisión del espíritu que le impide elevarse al mundo trascendente, y no es sino por medio del areté que éste puede superar sus míseras naturales, el maestro de Aristóteles firma una sentencia que desarrollaría más tarde el pensar cristiano bajo el concepto de concupiscencia, tan característico de la patrística, pienso en el santo obispo de Hipona y doctor de la Iglesia, atacando la mundanidad de los placeres carnales, puesto que nos impiden ejercer la razón  y nos devuelven a nuestra condición humana, privándonos de la serenidad necesaria para ejercer la contemplación que es el eje de la vida católica.

Gobiérnate por la razón y gobernarás a muchos, rezaba el aforismo de Séneca, máximo exponente del moralismo romano, quizá seguido por Marco Aurelio. De este pequeño aforismo es posible derivar el ethos de la moralidad-racionalidad romana, siempre priorizando el cuidado de uno mismo, mostrando desconfianza ante los placeres, insistiendo en los efectos nocivos para el cuerpo y alma, del abuso; haciendo quizá excesiva valorización de las virtudes del matrimonio y sublimando las obligaciones conyugales. Para referirse a los cuidados del alma, se emplean metáforas médicas. Así, la paideia se tiñe más y más de colores médicos. A partir de este paralelo entre la medicina y la moral, se invita a reconocerse como enfermo o amenazado por la enfermedad.
Por ejemplo, entre epicúreos y estoicos eran comunes los ejercicios de abstinencia, aunque con diferente sentido. Epicuro, de vida sobria, tomaba raciones disminuidas para ver cuánto quedaba amputado de su placer. Los estoicos preparaban con los ejercicios, privaciones eventuales, mostrando lo fútil de ciertos hábitos, Séneca creía que el hombre se forma con ejercicios voluntarios, prácticas de abstinencia y curas de pobreza que permiten celebrar la fiesta sin caer jamás en la lujuria: "siendo rico, se sentirá uno más tranquilo cuando sepa cuán poco penoso es ser pobre"

Sobre el matrimonio, tema del tercer capítulo, haremos algunos apuntes. Diremos primero que ni en Grecia ni en Roma exigía la intervención de los poderes públicos. En Grecia aseguraba la permanencia del oikos, a través de la transferencia al marido de la tutela del padre y a través de la entrega efectiva de la esposa a su cónyuge.  Así pues, durante la época helenística se da una progresiva "publicización" del matrimonio que va acompañada de otras transformaciones, pues aparece como unión libremente consentida, con base en una desigualdad que se atenúa hasta desaparecer.
Pero la unión de familias también representaba un juego especialmente político, toda vez que era menestra atender el espacio de múltiples focos de poder, de actividades, tensiones y conflictos numerosos, espacio de equilibrio conseguido por transacciones variadas.  Así, la reflexión moral estaba dada según los cambios que se observaban en las condiciones de ejercicio del poder. Esto, claramente, sucinta algunos imprevistos, pues mientras la ética antigua articulaba el poder sobre uno mismo, y el poder sobre los demás refería una estética de la vida conforme al estatuto, las nuevas reglas de juego político hacen difícil definir qué se es, qué se puede hacer y qué se espera de uno, constituirse como sujeto ético resulta más problemático.  Es evidente como las nuevas condiciones políticas modifican las relaciones entre estatuto, cargos, poderes y deberes

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