Entrevista con Stephen Kemmis

Entrevista con Stephen Kemmis

Martín Rodríguez Rojo

El público español próximo al campo de la Pedagogía, conoce, sin duda, las tres obras de Kemmis traducidas al castellano: El currículum más allá de la teoría de la reproducción, La teoría crítica de la enseñanza y Cómo planificar la investigación-acción. Para calar un poco en la hondura humana de Stephen Kemmis, resulta necesario convivir, aunque sólo sea durante casi dos semanas, con este entrañable profesor de la Universidad de Deatkin. Los miembros del Departamento de Didáctica General y Organización Escolar de la Universidad de Valladolid tuvimos esa suerte. Y efectivamente, descubrimos a un Stephen Kemmis sencillo, alegre, casi juguetón, constante, trabajador, entregado y responsable de sus tareas, puntual, observador, comunicativo, crítico y... deseoso de aprender el castellano para poder comunicarse; más aún, con una cultura hispana a la que considera un instrumento de buena parte del mundo subdesarrollado, con esperanza y posibilidades de un importante renacimiento. Durante los tres días que duró el "Simposio internacional sobre Teoría Crítica e Investigación-acción", celebrado en la Escuela Universitaria de Magisterio de Valladolid, los cerca de 300 asistentes vimos a un Kemmis preocupado por una investigación-acción transformadora, incidente en las reformas educativas y en la formación del profesorado. Le preguntamos por el valor de esa investigación-acción, fruto de comunidades autorreflexivas, extendida por Australia, como alternativa posible a la crisis de una civilización positivista, y fundamentadora de una pedagogía crítica en cuya práctica bastantes educadores inquieren cómo iniciarse. Sobre estos temas y otros tuve la satisfacción de conversar con uno de los más significativos representantes de la teoría crítica de la enseñanza. La presente entrevista bien pudiera simbolizar aquellas conversaciones que tantos y tan gratos recuerdos dejaron en mis compañeros y en mí, personalmente.

1. Stephen Kemmis procede de la Universidad de Deatkin donde es profesor y encargado del área de investigación. ¿Cómo ve usted la investigación-acción en Australia, qué tendencias, qué familias, qué problemas, qué movimientos?

S. K.: Seguramente es fácil imaginar que se está llevando a cabo una intensa investigación-acción en Australia y que esta investigación-acción (PA) es, en sí misma, un movimiento. No creo que esto sea realmente cierto. De hecho, se desarrolla mucha investigación-acción, pero a menudo no se llama así y la mayor parte se lleva a cabo de una manera informal. En los años setenta y hasta mediados de los ochenta había mucho apoyo oficial para la PA en educación, por ejemplo, porque el gobierno o los gobiernos de la época se habían comprometido a realizar cambios y pensaban en grandes programas gubernamentales de innovación y educación. Se interesaban por el desarrollo del currículum escolar, por el control de la escuela en la educación de servicios, por la evaluación en la escuela y otras formas de innovación que ayudarían a los maestros a desarrollar el currículum. Se interesaban en fomentar un movimiento entre los maestros como profesionales porque se daban cuenta de que el sistema educativo de Australia se había convertido más bien en algo rígido y monolítico al ser controlado por los Estados. Pero en Australia, a diferencia de Gran Bretaña, se escogió no desarrollar un centro de I-A, una red unificada de investigadores en acción. En Gran Bretaña hubo un grupo de gente que estableció la red de investigación de la clase que todavía funciona y prospera. Nosotros decidimos no establecer nuestra propia red de conferencias, revistas, etc. Creíamos que lo más importante era que actuara como un movimiento local descentralizado. Por esta razón es muy difícil generalizar sobre la I-A en Australia, pues gran parte es invisible, por ejemplo, para mí. Soy consciente de que la I-A sigue desarrollándose en la educación escolar, en la educación de adultos, en el currículum escolar, la Enseñanza Secundaria y en la educación de la Comunidad. Sin embargo, actualmente mi opinión es que la I-A proporciona un modus operandi a los maestros y a todo aquel que se interese en analizar situaciones por sí mismo perfeccionando sus prácticas y sus programas e interesándose a veces en cuestionar los métodos de enseñanza admitidos y en ofrecer servicios sociales. En general, quisiera decir que hay menos apoyo oficial para la I-A, pero que aún sigue existiendo dentro de unos marcos no oficiales y que se subvencionan algunos proyectos, por ejemplo, en el área de la educación sanitaria, educación ambiental, etc. La mayor parte, sin embargo, se desarrolla en las escuelas y las aulas en las que los profesores intentan resolver los problemas de mejora y desarrollo. La I-A se interpreta de diversas maneras. Creo que estamos llevando a cabo un buen plan de investigaciones en lo que se refiere a aspectos técnicos, por ejemplo en administración escolar y en mejora de la organización, entre otros. En este marco, la I-A es a menudo un medio para involucrar a los profesionales en la resolución de los problemas que se les plantean a los gobiernos o a las instituciones. Y pienso que, algunas veces, para la I-A estas perspectivas son más bien limitadas y algo electoralistas.

Existe también un buen repertorio de I-A de carácter práctico dirigido a mejorar la práctica profesional. Esta se fundamenta en las ideas de autores como Donald Schön, cuyo libro La formación de profesionales reflexivos tuvo un gran impacto en Australia y en otros lugares del mundo. Este tipo de I-A, a menudo es informal, interpretativo, e implica mucho compromiso e interés por parte de los profesores en la mejora de sus propias prácticas. El tercero de los tipos de investigación-acción a los que hago referencia y que se están desarrollando en Australia, por el cual siento un gran interés, es la investigación-acción crítica (I-AC) y es un trabajo mediante el cual las personas que lo llevan a cabo están intentando mejorar las situaciones en las que trabajan así como su propia labor profesional. Así, por ejemplo, en la Australia aborigen hay gente que utiliza los métodos de la I-A para resolver los problemas de control del desarrollo en sus escuelas y para intentar cambiar el currículum a fin de que en las escuelas éste sea más sensible a las necesidades e intereses de los aborígenes. Pero este mismo tipo de I-AC se está dando en comunidades más desarrolladas y muchos profesionales que se dedican a desarrollar una actitud crítica en las comunidades están intentando proponer alternativas a las directrices oficiales que siguen los servicios sociales en Australia. En estas circunstancias, creo que la I-A se utilizará para la creación

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