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Epistemología De La Psicología


Enviado por   •  24 de Septiembre de 2013  •  2.687 Palabras (11 Páginas)  •  324 Visitas

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epistemología de la psicología

CRISTINA ESCUDERO

diplomada en ciencias de la educación

Resumir el desarrollo de una epistemología de la Psicología es sin duda una empresa harto difícil, porque esta epistemología entronca con la historia del conocimiento científico en general y con muchos otros aspectos que sobrepasan los propósitos y posibilidades de este artículo. Intentaré no obstante ceñirme a los principales factores que a mi juicio han influido en el desarrollo y conceptualización de la ciencia y, paralelamente, han proporcionado un patrón que se adecua al ámbito psicológico.

Las distintas teorías existentes podrían inscribirse en tres grandes grupos diferenciados. Por un lado el grupo de teorías que describen la causalidad de los procesos de evolución, transformación y cambio de la ciencia en una determinada dirección, y las etapas inherentes a dichos procesos. De los distintos matices que cada una de las teorías proporciona en este sentido cabe preguntarnos en qué punto del progreso nos encontramos realmente. Por otro lado, y como consecuencia de lo anterior, el grupo de teorías que reflexionan acerca de qué hubiera sucedido si las circunstancias que han propiciado que la ciencia se encuentre en el punto en el que se halla hubieran sido otras, es decir, si por el hecho de que los científicos, en cada momento histórico, hubieran actuado de manera diferente a como lo hicieron, estaríamos o no en el punto actual, habríamos progresado más o menos —o mejor—, si hubiéramos progresado de forma más efectiva. Por último el grupo de teorías que versan sobre el modo de hacer ciencia, es decir, sobre qué se debe y no se debe hacer en investigación para dar respuesta a las preguntas que se plantean día a día los científicos.

Filosofía e ideología interactúan dialécticamente y no pueden concebirse la una sin la otra. Todo producto del pensamiento depende del contexto cultural en el cual se desarrolla, y se halla, por tanto y entre otros aspectos, fundamentalmente determinado por las relaciones sociales y de poder imperantes en un momento histórico dado.

En la cultura occidental las raíces de las concepciones filosóficas e ideológicas se remontan, esencialmente, a la antigua Grecia. No obstante, lo que aquí nos interesa es dar cuenta de la evolución, transformación y/o permanencia de dichas concepciones desde finales del siglo XIX —época del nacimiento de la Psicología como disciplina científica—, a fin de estudiar las influencias que aquéllas han ejercido y ejercen sobre ésta.

Siguiendo a Searle, creemos que la concepción contemporánea del mundo comenzó a desarrollarse durante el siglo XVII con Descartes, Galileo y otros. El dualismo y el positivismo ejercieron una influencia determinante que se extiende, con mayor o menor fuerza y fortuna, hasta nuestros días.

Dualismo y positivismo —el primero en tanto que dicotomización forzada y artificial de la realidad, y el segundo en tanto que objetivización a ultranza de esta realidad y perpetuador por tanto de la secular oposición entre empirismo y racionalismo—, si bien han contribuido de manera notable y valiosa al progreso científico, actualmente se erigen como serios obstáculos para alcanzar una visión más amplia, plural, dinámica y profundamente comprensiva del mundo y sus fenómenos.

Sin embargo, no sólo el dualismo y el positivismo han determinado nuestra concepción del mundo a lo largo de la historia. Otro aspecto de trascendental importancia que ha incidido e incide en esta concepción es el problema de la objetividad/subjetividad respecto a la percepción e interpretación de la realidad, problema que introduce la cuestión del relativismo en la manera de entender el mundo y, con ello, ideas de distinta gradación en ciencia acerca de la existencia o inexistencia de verdades absolutas, de universales irrefutables y permanentes, y a la posibilidad o no de alcanzarlos.

El declive del positivismo lógico, que viene produciéndose desde hace un cuarto de siglo, ha favorecido profundos cambios en la filosofia de la ciencia; la importancia de la Sociología, la Psicología y la Historia como método de análisis en detrimento de la Lógica; la priorización de las consecuencias de la ciencia frente a las estructuras de la teoría; la renuncia al descubrimiento de verdades globales en favor del abordaje de problemas particulares; la importancia del conocimiento en sí mismo antes que su justificación; el carácter temporal de la ciencia y la importancia del cambio científico.

Siguiendo a Smith, en este proceso de reconceptualización de la ciencia la Psicología ha jugado un papel destacable. La reemergencia del psicologicismo en este siglo ha influenciado tanto a la Filosofia como a la Psicología. Ya no es válido el argumento de que el psicologicismo no puede hacer justicia a la objetividad del conocimiento, y además el concepto tradicional de objetividad ha perdido fuerza.

Afortunadamente se ha venido configurando una nueva imagen de ciencia que supera la rémora de los conceptos filosóficos e ideológicos que han obstaculizado el ya de por sí harto difícil proceso de desarrollo de una visión del mundo amplia y plural, y de actitudes de colaboración interdisciplinar en un plano de igualdad, libre de relaciones de poder.

Cabe preguntarse en este punto si, en caso de que esta situación ideal cristalizara, perderían fuerza las ideas de Kuhn en cuanto a que la individualización y el aislamiento resultantes de las divisiones entre campos de conocimiento derivadas de las revoluciones científicas produce una especialización de comunidades científicas en áreas de conocimiento que favorece el crecimiento de ese conocimiento autónomo y, a ultranza, un mayor desarrollo de la ciencia, holísticamente considerada, que el que hubiera tenido una ciencia homogénea.

Mi respuesta a esta cuestión es negativa y se sustenta en dos razones: por un lado porque es un hecho inexorable que la especialización aumenta en relación directa al incremento del conocimiento, y por el otro porque en un determinado momento histórico se producirán contradicciones internas en el paradigma científico dominante y el incremento cuantitativo devendrá inexorablemente en cambio cualitatívo, o lo que es lo mismo, se producirá una revolución científica y un cambio de paradigma.

Un paso más hacia la consecución de la situación ideal antes mencionada lo constituyen las ideas de Popper, quien propone una nueva ética profesional en ciencia que contempla el relativismo cultural, el pluralismo crítico

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