Estrategias para control de conducta
alemarllApuntes9 de Julio de 2016
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1.- Preséntese con el profesor.
Al inicio del año, aproveche las primeras juntas para presentarse con el profesor de su hijo. Pídale que le explique su forma de trabajo y la manera en que usted puede ayudarle.
2.- Cuide la salud de su hijo.
Lleve a su hijo a un examen médico; ponga especial atención en el funcionamiento de ojos, oídos y aparato fonador (boca y garganta). Si le detectan algún trastorno ocúpese de una pronta rehabilitación del niño e infórmele al profesor para que tome las medidas pertinentes. ¡Muchos problemas se pueden evitar si se descubre a tiempo que el niño no pueda escuchar o ver adecuadamente!
3.- Sea puntual.
Es muy importante que usted sea un ejemplo de puntualidad para su hijo, sobre todo en relación con llegar temprano al colegio. Ponga a tención a los hábitos que fomentan la impuntualidad tales como dormirse tarde o no preparar por la noche los útiles y el uniforme del niño. Entérese de la hora precisa en que cierran la puerta de la escuela y evítese momentos desagradables.
4.- Fomente la limpieza.
Su hijo debe ir siempre limpio a la escuela, ya que su aseo personal será un reflejo de los hábitos de limpieza hogareños. Supervise también el estado de sus útiles escolares; un cuaderno sucio y maltratado va a recibir muchas notas malas.
5.- Respeta al profesor.
En su trato con el profesor dé y pida respeto. Cuando se entreviste con el maestro y surja algún problema evita gritar y manotear, mejor trate de resolverlo con mucha tranquilidad, escuche al profesor y pídale que lo escuche para así poder entenderse.
No forme parte de los padres que se la pasan murmurando afuera de la escuela; si quiere colaborar con la escuela aproveche los canales de participación. Es muy importante que su hijo no lo escuche hablando mal de su profesor, mucho menos cuando éste tiene una buena relación con el niño. Si es usted el que “no aguanta” al profesor, pídale a su cónyuge
que sea él o ella quien se ocupe de tratarlo. Recuerde que en una disputa entre padre y profesor
el que seguro va a salir perdiendo será el niño. Si no se llega a un arreglo más valdría pensar en un cambio de escuela que seguir poniendo al niño en medio de dos fuegos.
6.- Revise la tarea.
La tarea debe revisarse todos los días. Esto quiere decir ver directamente los ejercicios correspondientes en cuadernos y libros, no contentarse con la respuesta del niño: “Ya la hice”. Usted puede ayudar a su hijo, pero no debe resolverle la tarea. Su labor debe consistir en apoyarlo mediante explicaciones, ejemplos y preguntas que lo hagan reflexionar sobre el tema en cuestión.
7.- Revise los cuadernos.
Revise periódicamente los cuadernos, muchas veces los niños escoden recados o notas malas. También es importante hacerlo para apreciar y premiar sus aciertos, en fin…hay que mantenerse atento al aprendizaje del niño para conocer sus actividades escolares.
8.- Fomente buenos hábitos de estudio en el hogar.
Hacer la tarea en casa debe convertirse en un buen hábito. Organícese para que la lleve a cabo regularmente: a una hora y en un lugar definido. El lugar en el que se trabaje deberá ser limpio, ordenado, bien iluminado y cómodo. Algunos padres se molestan por las malas notas de su hijo, pero no ponen atención a sus malos hábitos de estudio como hacer la tarea en el transporte público en el que viaja de regreso a casa o en la mesa de la cocina con la televisión encendida.
Estos ocho consejos aplicados a lo largo del año escolar, pueden ser la vía para que su hijo tenga un buen rendimiento académico. Recuerde si quiere que su hijo saque buenas calificaciones ocúpese de ayudarlo desde el primer día de clases.
Una buena relación con su profesor será parte de este trabajo en equipo que resultará en una mejor educación.
LA TAREA Y SU FUNCION
- ES UN RECURSO DIDACTICO.
- ES UN MEDIO PARA QUE EL NIÑO APRENDA A APRENDER.
- ES SUSCEPTIBLE DE EVALUACIÓN
- ES UNA SITUACIÓN DE APRENDIZAJE PROVOCADA POR EL PROFESOR.
- ES UNA SITUACIÓN QUE TIENE RELACIÓN CON LOS CONTENIDOS DE APRENDIZAJE.
- ES UN PUENTE ENTRE EL AULA Y OTROS MEDIOS: PATIO, HOGAR, MERCADO, MUSEO, FÁBRICA, TEATRO, OFICINA, EN SERVICIOS PÚBLICOS DE LA COMUNIDAD CON ALGÚN PERSONAJE, ETC.
- ES UNA ACTIVIDAD DE APRENDIZAJE QUE NO SE PUEDE REALIZAR DENTRO DEL AULA Y SE PUEDE REALIZAR MEJOR FUERA QUE DENTRO DEL AULA.
- LA TAREA ES VÍNCULO ENTRE LA ESCUELA Y LA FAMILIA
LOS ELEMENTOS QUE DEBEMOS CONSIDERAR PARA EVALUAR LA TAREA:
- DEBE SER MESURABLE.
- SE DEBE ESTABLECER LOS CRITERIOS DE EVALUACIÓN DE ACUERDO CON EL OBJETIVO DE LA TAREA.
- LA TAREA DEBE DE GENERAR UN CAMBIO DE CONDUCTA DEL NIÑO Y DEL GRUPO.
- LA TAREA DEBE EVALUARSE DE FORMA INMEDIATA QUE LE PERMITA AL ALUMNO SABER QUE PIENSA EL PROFESOR (A) DE SU ESFUERZO POR APRENDER.
- CORREGIR LAS TAREAS DESTACANDO LOS ASPECTOS FAVORABLES, MENCIONAR LOS ERRORES COMO PUNTO DE PARTIDA PARA SUPERARLOS.
LA PARTICIPACIÓN DEL PADRE DE FAMILIA EN LA TAREA EXTRA-CLASE
- DEFINIR LA TAREA COMO UNA RESPONSABILIDAD DEL NIÑO.
- PROPORCIONAR AL NIÑO UN LUGAR DE TRABAJO PERSONAL QUE CUENTE CON LO NECESARIO PARA HACER SU TAREA SOLO (ASPECTOS MATERIALES Y AMBIENTALES):
- MANTENERSE FUERA DE LA TAREA DEL NIÑO.
- LIMITAR SU ASISTENCIA A:
- ACLARAR O DARLE OTRA INTERPRETACIÓN A LAS INSTRUCCIONES.
- DEMOSTRAR O DAR EJEMPLO DE UN PROCEDIMIENTO EN ESPECIAL.
- REVISAR QUE EL TRABAJO ESTÉ CORRECTO, CLARO Y ADECUADO.
- LA INTERVENCIÓN DEL PADRE NO DEBE DURAR DE 5 A 15 MINUTOS
- NO DARLE UNA SALIDA CORTA, NO HACERLE EL TRABAJO.
- REMITIRLE LAS DUDAS DE LA TAREA AL MAESTRO (A).
- TRABAJAR A UNA HORA ADECUADA, FIJAR UN LÍMITE MÁXIMO PARA HACER LA TAREA.
- NO INVOLUCRARSE EN EL INTERCAMBIO EMOCIONAL CON EL NIÑO.
CANTIDAD DE TAREA EXTRA CLASE QUE SE DEBE DE DEJAR AL ALUMNO.
- LA ACTIVIDAD AUMENTA GRADUALMENTE DE ACUERDO A LA EDAD DEL ALUMNO:
- PRE-ESCOLAR: ALREDEDOR DE 15 MINUTOS AL DIA.
- PRIMARIA: DE 30 A 35 MINUTOS AL DÍA.
- SECUNDARIA DE 1 A 2 HORAL AL DÍA, SEGÚN EL GRADO.
- TAREAS SEMANALES O MENSUALES QUE S E PUEDEN REALIZAR PAULATIMENTE DE ACUERDO AL CONTENIDO Y GRADO ESCOLAR (VISITAR UN MUSEO, LEER UN LIBRO, DESARROLLAR UN PROYECTO, ETC
LA NUEVA GENERACIÓN DE PADRES DE FAMILIA
- Somos de las primeras generaciones de padres decididos a no repetir con los hijos los mismos errores que pudieron haber cometido nuestros progenitores.
- Y el esfuerzo de abolir los abusos del pasado, ahora somos los más dedicados y comprensivos, pero a la vez los más débiles e inseguros que ha dado la historia.
- Lo más grave es que estamos lidiando con unos niños más “igualados”, beligerantes y poderosos que nunca existieron.
- Parece que nuestro intento por ser los padres que quisimos tener, pasamos de un extremo al otro. Así que, somos los últimos hijos regañados por los padres y los primeros padres regañados por nuestros hijos.
- Los últimos que le tuvimos miedo a nuestros padres y los primeros que tememos a nuestros hijos. Los últimos que crecimos bajo el mando de los padres y los primeros que vivimos bajo el yugo de los hijos.
- Lo que es peor, los últimos que respetamos a nuestros padres, y los primeros que aceptamos que nuestros hijos no nos respeten.
- Somos los primeros padres que exigimos a los profesores que eduquen y delegamos responsabilidades de nuestros propios hijos.
- Donde los abuelos pasan a ocupar el lugar donde son padres de sus propios hijos y de sus nietos a la vez.
- Exigimos a los profesores lo que nosotros no podemos hacer por nuestros hijos, además de acusarlos y demandarlos por exigirles el respeto a las normas, a aprender a aprender, así como asumir las consecuencias de sus propios actos.
- Hemos dejado en el “pasado” los juegos que fomentaban la unión familiar, la convivencia, el respeto a las reglas; pero “promovemos” los “juguetes” tecnológicos caros donde tratamos de compensar el abandonos al que los sometemos y donde nuestros hijos interactúan solos, conocen en “línea” falsas personalidades de “amigos” que nunca han conocidos personalmente.
- En la medida que el permisivismo reemplazó al autoritarismo, los términos de las relaciones familiares han cambiado en forma radical, para bien y para mal.
- En efecto, antes se consideraban buenos padres a aquellos cuyos hijos se comportaban bien, obedecían sus órdenes y los trataban con el debido respeto. Y buenos hijos a los niños que eran formales y veneraba a sus padres.
- Pero en la medida en que las fronteras jerárquicas entre nosotros y nuestros hijos se han ido desvaneciendo, hoy los buenos padres son aquellos que logran que sus hijos los amen, aunque pocos los respeten.
- Y son los hijos quienes ahora esperan el respeto de sus padres, exigen el respeto a sus “derechos”, olvidando la importancia de las Obligaciones; entendiendo por tal que les respeten sus ideas, sus gustos, sus apetencias, sus formas de actuar y de vivir. Y que además, les patrocinen lo que necesitan para tal fin.
- Como quien dice, los roles se invirtieron, y ahora son los papás quienes tienen que complacer a sus hijos para ganárselos, y no a la inversa, como en el pasado.
- Esto explica el esfuerzo que hoy hacen tantos papás y mamás por ser los mejores amigos de sus hijos y parecerles “muy cool” a sus hijos.
- Se ha dicho que los extremos se tocan, y si el autoritarismo del pasado llenó a los hijos de temor hacia sus padres, la debilidad del presente los llena de miedo y menosprecio al vernos tan débiles y perdidos como ellos.
- Los hijos necesitan percibir que durante la niñez estamos a la cabeza de sus vidas como líderes capaces de sujetarlos cuando no se pueden contener y de guiarlos mientras no saben para dónde van.
- Si bien el autoritarismo aplasta, el permisivismo ahoga.
- Solo una actitud firme y respetuosa les permitirá confiar en nuestra idoneidad para gobernar sus vidas mientras sean menores, porque vamos adelante lidereándolos y no atrás cargándolos y rendidos a su voluntad.
- Es así como evitaremos que las nuevas generaciones se ahoguen en el descontrol y hastío en el que se está hundiendo la sociedad que parece ir a la deriva, sin parámetros, ni destino.
Responsabilidad de los padres en el éxito escolar de sus hijos
- Los padres tienen la responsabilidad de velar por sus hijos, proporcionándoles amor, seguridad, educación, salud y
un ambiente emocional sano. Ellos lo saben, aunque en muchas ocasiones lo confundan con cuestiones económicas y en el afán de que no le falte nada al hijo, ambos padres dedican la mayor parte del tiempo al trabajo y descuidan la parte más importante, la atención que se debe dar a los hijos en calidad y en cantidad. - Esta atención se acentúa cuando los hijos empiezan la educación básica, con todas las necesidades que trae aparejadas y que exige un gran compromiso por parte de los padres. Los niños que inician su educación escolar necesitan hacerlo con ilusión, alegría y muy motivados, por lo que difícilmente lo harán si el clima del hogar es de estrés y ansiedad tanto en horarios o tareas como en actividades de colaboración que la escuela exige a los padres.
- Los hijos precisan un entorno que apoye sus estudios en la casa y unos padres que estén dispuestos a acompañarlos en sus problemas escolares. No es ningún secreto que el éxito de los hijos en los estudios está íntimamente ligado al apoyo e interés que los padres les prestan a lo largo de su vida escolar, incluyendo la secundaria y preparatoria, que es cuando más lo necesitan.
- Existen actitudes y conductas comunes en aquellos padres cuyos hijos son exitosos en los estudios. Estas actitudes podrían agruparse en cuatro grandes ámbitos de acción: 1. En el hogar, 2. Hacia los hijos, 3. Con el maestro y 4. En la escuela.
- 1. En el hogar: Empieza con una actitud positiva de los padres hacia la educación, la escuela y el respeto a los maestros. Procuran que los hijos no falten a clases porque saben que cada día de ausencia se convertirá en una laguna que retrasará su aprendizaje. Les proporcionan el espacio y los materiales, además de planear el tiempo para realizar las tareas escolares. Establecen rutinas de aseo, alimentación y sueño, ordenadas. Además, controlan adecuadamente el tiempo y los programas de TV, los videojuegos o el internet, y favorecen el que se relacionen con otros compañeros en trabajos de equipo. Se puede decir que hacen del hogar un espacio que propicia el aprendizaje.
- 2. Con los hijos: Existe una buena comunicación y se comenta diariamente lo que ocurre en la escuela. Los padres están enterados de quiénes son sus maestros y sus compañeros y se interesan en las tareas, que supervisan y valoran diariamente. Suelen ser buenos lectores y fomentan inteligentemente este hábito en sus hijos para que también amen la lectura, sabedores de que leer bien será una de las herramientas más importantes para su aprendizaje. Están pendientes de su progreso académico y les proporcionan apoyo dirigiéndose al maestro o a su tutor para que refuerce aquello que deban mejorar. Por otro lado, les programan actividades extraescolares que les permitan desarrollar otras áreas de formación, sin agobiarlos demasiado y sobre todo dejando establecido que cualquier actividad que se inicie debe ser terminada.
- 3. Con el maestro: La actitud hacia él suele ser de respeto y confianza. Acuden a presentarse desde el inicio del ciclo escolar y no dudan en solicitar su ayuda cuando los hijos están teniendo problemas. Es un hecho que los maestros le prestan mayor atención a los niños cuyos padres están permanentemente en contacto con ellos y se preocupan por su progreso. Los padres también saben que el maestro es su mejor aliado en la educación, por eso confían en su trabajo y profesionalismo, evitando desautorizarlos o emitir comentarios negativos delante de los hijos.
- 4. En la escuela: Muchos padres se niegan a colaborar en la escuela de sus hijos por diversas razones, pero la actitud de un padre que quiere ayudarlos durante toda la etapa escolar debe ser justamente la de participar en ella. Es importante para los niños que sus padres asistan a las actividades que organiza el centro, como conferencias, cursos para padres, reuniones con tutores, festivales o asociaciones; también es importante que contribuyan a la mejora de la escuela con su retroalimentación positiva a directivos o maestros, evitando las críticas de pasillo o los comentarios sin propuestas. La colaboración de los padres en la escuela habla del interés que estos tienen en todo lo que tenga que ver con la educación de sus hijos.
- El éxito escolar empieza en la casa y se consolida en la escuela, con la supervisión y el apoyo constante de los padres, que deben ser conscientes de las consecuencias que ocasiona descuidar a los hijos. En estos casos, no se podrá buscar culpables fuera del hogar.
- Ser padre no es sólo traer hijos al mundo, existen muchos compromisos que van asociados a la paternidad y hay que estar dispuestos a cumplirlos. No se puede tratar a los hijos como si fueran mascotas, dejando que personas ajenas a la familia se encarguen de ellos o depositar a los hijos en la escuela y desentenderse con la excusa de que no están lo suficientemente preparados para educarlos. Tampoco pueden ampararse en el cansancio con el que llegan del trabajo, porque su papel de proveedores no suplirá las carencias con las que se irán desarrollando; y mucho menos pretender que con darles “tiempo de calidad” ya están cumpliendo.
Petra Llamas García. Publicado en La Jornada de Aguascalientes.
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