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Estructuras Grupales


Enviado por   •  7 de Junio de 2013  •  6.331 Palabras (26 Páginas)  •  490 Visitas

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Teórico de primer año

ESTRUCTURAS GRUPALES.

DOCENTE: ALFREDO MOFFATT

FECHA: 18/5/99

Hoy vamos a hablar del grupo, el tema del grupo es muy interesante. Es lo siguiente, que un humano solo no existe. Los humanos son animales gregarios, como las hormigas, los lobos, no existen solos, no hay hormigas solitarias, ni hay lobos solitarios, siempre están en manadas. Y el ser humano, más todavía, si no es reconocido a través del lenguaje y definido por el otro, no existe. La mirada del otro me define, dice Sartre, si no, no se quién soy. Entonces, la matriz de la identidad es grupal y si llega a estar nuevamente solo, es muy probable que desaparezca, como conciencia.

El libro de Robinson Crusoe es una fantasía del pensamiento inglés, que piensa que va a una isla y coloniza la isla aunque sea él solo. Coloniza todo y después consigue un Viernes, que es un nativo y organiza todo. Pero realmente, clínicamente, Robinson Crusoe al año, año y medio o dos, hubiera hecho un delirio, posiblemente un delirio místico porque era un hombre religioso. Así que en la realidad no existe un hombre solo.

¿Cuál sería el primer vínculo? Sería la familia, pero no es la familia sino que es la diada madre-hijo, la primera relación que vive el bebé es con la madre, aunque no con la madre en su totalidad, sino con una parte de la madre que es el pecho, es notable la relación del bebé con el pecho. Cuando nació Luciano, mi hijo, lo puse cerca de la madre que tenía el pecho desnudo y rápidamente se puso a succionar, es algo notable la relación del bebé con el pecho, una relación tan ancestral, tan marcada en lo instintivo que es el primer vínculo. El primer vínculo es con el alimento, pero el alimento dado por una persona que se transforma en vínculo. Y después aparece la cara de la mamá, el rostro, la sonrisa especialmente. Y después de un tiempo se da cuenta que detrás de la mamá hay un señor con bigotes, que es el papá, que siempre queda detrás.

Decíamos que alguien solo no existe, sino que está en relación con otro humano: la mamá. Incluso es tanta la relación que antes estaba adentro de la mamá. Y hay un momento traumático que es el parto, en que sale y queda, sobre todo los primeros tiempos, la madre alrededor. Y hay toda una conquista de la dependencia a la autonomía.

Todo el proceso de vida, en realidad, es poder ir de la dependencia a la autonomía, primero física y después psicológica. Una persona, cuando es madura, puede sostenerse psicológicamente en sí misma, desarrolla un diálogo interno que lo sostiene como persona frente al tiempo. Después, en un momento dado, la madre que acepta al hijo, queda cerca pero el hijo empieza a diferenciarse. El primer vínculo que tenemos es: primero recibimos y después contestamos. Es interesante, primero recibimos, nunca hablamos antes, sino que escuchamos.

Lo que hace la madre con el niño, y el padre después se incorpora, es transformarlo en humano. Yo decía que el bebé es como un animalito, y eso en realidad es una exageración para señalar que sólo el aprendizaje del lenguaje, primero a nivel de símbolos muy gestuales, cenestésicos, lo va incorporando en este mundo de poder comunicar una conciencia con la otra. Porque nosotros estamos aislados en la conciencia, pero gracias a ese juego vamos comunicándonos, y finalmente con el aprendizaje de la palabra, como símbolo más complejo, podemos transmitir escenas internas muy complejas y hacer que el otro se entere de qué nos está pasando, y a su vez conteste algo a eso, o incluso se incorpora en eso que nos pasa, empezamos a comunicarnos.

Entonces, el primer vínculo es una díada. Y esta díada se conservaría así para siempre porque es muy gratificante para ambas partes, a ninguno de los dos le gustaría separarse. Pero aparece un tercero que empieza a separar al bebé de la madre: el padre. Esto es anterior al psicoanálisis pero el psicoanálisis lo toma. El padre es el que separa a la madre del hijo, rompe la díada, y genera la situación de tríada. Esto es un paso adelante muy grande porque el tercero permite, al generar la objetividad, la realidad. Entre dos, no se sabe qué pasa porque son dos conciencias que están atrapadas cada uno en el espejo del otro. Pero viene un tercero y señala lo que sucede, o se comunica con uno y lo deja al otro de testigo.

Lo que sucede, y parece que es bastante doloroso, es que el padre rescata el vínculo con la madre y el bebé tiene una experiencia muy dolorosa que es la exclusión. Hay un momento en el que el padre rescata la relación con la madre, y además es sano y recomendado por los pediatras, que el chico duerma cada vez más lejos y después en el cuarto de al lado. Porque debe comenzar a superar ese estado de espejo con la madre, esa simbiosis.

En el Perú, estando con los aymaras, he dormido con ellos,y he visto que una nena de cuatro años, más el bebé, duermen en el medio de los padres. Debe ser por el frío de la montaña, en Los Andes. No sé cómo romperán con la díada, lo harán de otra manera. Pero de todas maneras, después, también adquieren identidad. Porque sino, de mantenerse esa situación simbiótica, y si es suave la patología, da lugar al asma, por ejemplo, una madre que lo ahoga, no lo deja respirar. O en casos muchos más graves, que además lo confunden, da lugar a la esquizofrenia.

Es típico, detrás de cuadros severos, como la esquizofrenia, fronterizos, asmáticos, incluso hasta perturbaciones de identidad, que haya un cierto tipo de madre atrás. Entonces es sano que aparezca ese tercero, el padre es muy importante. La canción dice tortita de manteca, mamá me da la teta, tortita de cebada, papá no me da nada. Pero justamente la ausencia, el vacío, es lo que produce la necesidad del símbolo. Entonces lo que te da papá, es la separación, que es imprescindible. Porque si no, con la tortita de manteca, si se exagera, quedás gordo, en el hospicio, asmático.

De todas formas, emotivamente continúa la relación, pero el bebé se incorpora a un juego de tres. Porque también puede ser que el niño se vincule con el padre y deja a la madre con la experiencia de ver al chiquito fuera de la díada y de esa manera lo puede ver mejor. Esta es la tríada, que todavía no es un grupo, pero comienza a inaugurar lo que se llama la estructura grupal. En un grupo también existe esta situación.

Vamos a ver el grupo operativo, el grupo terapéutico y el grupo familiar, que son tres modalidades grupales. Y luego, dentro de esto que es grupo operativo, grupo de trabajo, hay muchísimos otros grupos haciendo otras cosas, por ejemplo, el grupo militar.

Una patota en un zaguán con cartones de vino, que parecería de lo más irregular, también constituye un grupo.

En el caso de los soldados se percibe una especie de estereotipo, en el otro caso es laxo. Pero los dos son grupos, serían los extremos, uno muy desconfigurado y otro configurado.

¿Y cuándo existe un grupo? Por ejemplo, los pasajeros de un colectivo no son un grupo, sólo son gente junta. Ahora, si sucede un incidente o hay una emergencia, ahí se constituye un grupo. Por ejemplo, una pelea del chofer con los pasajeros, ahí se arma un grupo, porque en ese polo aparece una tarea.

Para que haya un grupo tiene que haber una tarea que organice el grupo. En el caso del Grupo Operativo, es un caso particular del grupo de trabajo. Todos los que trabajan en un taller a la larga se arman como un equipo. En Estados Unidos es muy importante el equipo, siempre hacen todas las cosas en grupo, están muy acostumbrados a trabajar así, adquieren una gran eficiencia con la que después nos dominan. En cambio nosotros, con el individualismo, no hacemos una máquina tan eficiente como ellos para construir semejante país, semejante tecnología y también semejante imperialismo.

¿Qué características tiene que tener un grupo? Lo importante es que tenga una tarea. Si no tiene tarea no es un grupo, es un colectivo lleno de gente transportada individualmente, a menos que pase algo, que dé lugar a una tarea.

Para que haya grupo realmente, tiene que haber un coordinador, en general para que un grupo pueda tener unidad de acción, tiene que haber alguien que ponga reglas. Por ejemplo, veintidós personas con una pelota no son un partido de fútbol, porque no habría ni un tiempo de juego, ni ubicación de los arcos, o las dimensiones del campo de juego en común, establecidos y aceptados por los veintidós. Tiene que haber alguien que de reglas de operación, en este caso el réferi, que es el depositario del reglamento del fútbol.

Como el coordinador, que no dice las cosas porque a él se le ocurren, sino que hay un procedimiento de coordinación, que incluso en la escuela se reduce más porque hay un estilo de coordinación propio de nuestra escuela, que permite que el grupo trabaje. Porque si no, no existirían ni tema, ni horario, ni lugar común para su funcionamiento.

Entonces ya tenemos estos dos elementos: la tarea y alguien que organice la tarea. Porque el grupo tiene muchas cabezas, es una hidra de muchas cabezas. Y eso tiene que tener una organización. Y esa organización la da el coordinador, o un líder. Cualquier banda de delincuentes infantiles tiene un líder. En la cárcel los presos se organizan en una estructura que se llama ranchada, y la ranchada tiene un jefe que se llama poronga, una alusión genital, porque es muy primaria la cárcel. En el caso de los chicos de la calle también se da eso.

En el grupo operativo diferenciamos el rol del coordinador y el de los componentes. Ahora, ¿qué pasa entre los componentes? Por ejemplo, uno de ellos habla y dice algo, y en general no se dirige a todo el grupo sino a uno en particular. Si se dirige a todos es que tomó a todo el grupo como una sola persona. Si A le dice algo a B todos los demás quedan como terceros testigos. No se puede hablar sino de a dos, si le hablo al grupo es muy abstracto.

Si yo te hablo a vos y vos me contestás, todos los demás quedan testigos de esto, son los que perciben de qué manera nos estamos comunicando nosotros. Siempre en última instancia el fenómeno de tres se produce. A veces no, por ejemplo para generar la hipnosis no hay terceros. Perón le hablaba a la multitud y entablaba un diálogo entre la multitud y él, entre el pueblo y él, no había terceros, y producía una hipnosis colectiva. Por eso en el psicoanálisis, que tiene algo que ver con la hipnosis, no hay terceros, solamente están el analista y el analizado. Si hubiera un tercero que hiciera comentarios arruinaría la transferencia, la díada terapéutica, arruinaría el juego. Porque la función del tercero es generar la objetividad.

Otra relación que es muy importante, muy hipnótica, en el sentido que es regresiva, es la relación sexual. Y siempre los oficiantes son dos. Porque si hubiera un tercero lo haría objetivo. Y la relación sexual es un vuelo loco, un vuelo regresivo, un vuelo en el que ninguno de los dos sabe exactamente qué hace el otro. La incorporación de un tercero, de esa objetividad, en el espacio de dos, ese espacio onírico, sería como el niño cuando percibe la relación sexual de los padres. Que no por nada Freud la llamó la escena primaria, que es la primera escena que le interesa al nene, qué es lo que están haciendo papá y mamá. En general esa percepción es auditiva, y es muy conmovedora.

A veces, en los grupos de psicodrama, pero de gente trabajada en terapia durante muchos meses, que ya es un grupo, a veces se representa esa escena. Y eso produce todo un tema que va a iluminar su dificultad de pareja y va a iluminar por qué se excita de tal o cuál manera, porque tiene que ver con cómo tenían relaciones sexuales sus padres.

La inclusión del tercero modifica todo. Genera la objetividad y genera la cultura, porque es el que testimonia qué están haciendo los dos. Esas discusiones locas de una pareja sola a las cuatro de la mañana, en donde nadie sabe dónde está el otro, donde al final se matan por desesperación porque están agarrados, es porque no hay un tercero que les clarifique por qué están peleando, porque no se dan cuenta qué están haciendo. Esa es la importancia del tercero. Y ustedes tienen que ser el tercero.

Muchas veces, cuando pasa un problema entre todos se arma un lío. Todos los demás, a lo mejor ven por qué es. Porque en realidad hay dos que se pelean y en realidad se están peleando un hermano con otro. En un grupo terapéutico pasa eso, hay proyecciones intensísimas que se favorecen justamente para que salga el conflicto. Entonces, todos los demás lo ven claramente. Hablo de la importancia del tercero que inaugura la situación grupal.

En un grupo no hay solamente tres integrantes sino bastantes más. Pero el juego es el mismo. Supongamos que el coordinador le dice algo a uno de los integrantes y hace una transferencia, supongamos una transferencia erótica. Si fuera una psicoanalista tendría que revisar eso en su supervisión. Entonces no lo sabe, a menos que vaya a la supervisión. Pero si pasa en un grupo, el resto de los integrantes del grupo podrían verlo y señalarlo, porque el grupo es objetivo, es una máquina de objetivar.

El coordinador maneja el grupo pero no interviene, no opina. En la tarea del grupo operativo dentro de la escuela se desmenuza la clase que se dio y el coordinador no tiene que opinar, tiene que hacer que la gente la desmenuce, la mastique, la trabaje, y que ese tema pase por el aquí y ahora de ese grupo. Pero no tiene que intervenir.

Veamos los problemas que hay, los desplazamientos que hay. Hay uno, en las escuelas de psicología social, que trabajan con grupo operativo posterior, que es peligroso. En la facultad no sucede, porque hay un señor que es el profesor titular o el jefe de trabajos prácticos que emite información en forma de red de abanico, a cada uno. Entonces cada uno anota en su cuadernito lo que dice éste. Y después lo memoriza y lo repite en un examen. Pero no tienen esta otra experiencia en donde la red de comunicación no es en abanico, sino, según la teoría de la comunicación, en estrella, porque todos se comunican con todos.

Entonces, lo que queda de la clase teórica es algo que está trabajado por todos, en donde cada uno tiene una opinión, pero sabe cómo es el mismo tema visto desde otro lado.

Es como si una estatua fuera observada de muchos lados, se completa la visión. La ventaja que tiene el grupo operativo es que trabaja con muchas miradas que completan la realidad del objeto. Si luego de esta clase cada uno de ustedes se fuera a su casa, se irían con una versión subjetiva. Pero en cambio, si después, en el grupo operativo, con el coordinador que lo va organizando, la desmenuzan, cada uno va a ver en el caso de que la clase trate de la historia de una familia, una familia distinta, porque la va a ver desde su subjetividad o desde su punto de vista. Uno tal vez vea lo perverso de esa familia, otro tal vez vea cómo esa familia triunfó económicamente, otro va a percibir cómo destruyeron a uno de lo hijos y lo mandaron al hospicio, otro a lo mejor observe cómo la crisis social destruyó a esa familia. Entonces, ese objeto, en nuestro ejemplo la familia, descrito en la clase teórica, es percibida por múltiples miradas, porque ustedes son heterogéneos, uno va a ver una cosa y otro va a ver otra, un mismo fenómeno va a ser percibido desde la estructura obsesiva, desde lo depresivo, desde el peligro, etc.

Es mucho más rico este tipo de aprendizaje, que tiene una parte A y una parte B, que el aplicado en la facultad. Podríamos decir que el grupo operativo es el trabajo práctico de la clase teórica, en eso tiene una estructura académica más compleja.

Veamos ahora qué pasa con las desviaciones. Una de ellas, que no es grave pero es molesta, es que el grupo operativo se desplace a grupo terapéutico. ¿Cómo se produce ese desplazamiento? Supongamos que las proyecciones empiezan a ser muy fuertes y uno de los integrantes hace una transferencia, a lo mejor debido a la diferencia de edad, con una figura paterna o materna. Entonces empieza a proyectar. Y a su vez hay otro integrante que entra en el juego y se ubica del lado del hermano y lo niega a éste. Y de esta manera empieza a aparecer una situación emotiva muy regresiva que produce angustia, porque está sacando material que no se puede resolver si el grupo está definido como operativo. Material que sí podría resolverse si el grupo estuviera definido como terapéutico. Porque la tarea del grupo operativo es el aprendizaje de un tema, por ejemplo: la esquizofrenia. Si sobreviven la clase de esquizofrenia ya pasan a tercero (risas). La doy con todo, con la inmediatez de un brote psicótico, la finitud, la soledad, el infinito, la metafísica... La hago con cierta habilidad y la gente queda asustada, lo cual es mejor, ya que es mejor que se asusten acá y no que se asusten cuando ven a un esquizofrénico, el aprendizaje es asustarse antes, para saber cómo se puede defender.

Bueno, el tema es el aprendizaje, pero resulta que acá la clase a lo mejor fue mala o no existió o supongamos, un coordinador inhábil, no se da cuenta que él también es cómplice y se genera un silencio. Y no un silencio reflexivo, que suele ser corto, sino un silencio que indica que no hay tarea de aprendizaje, que empieza a ser sustituida por todo el tema de las escenas temidas, deseadas, todo lo vertical, no lo horizontal del aprendizaje. Y entonces se desplaza hacia el grupo terapéutico.

Entonces el tema no es el aprendizaje sino la regresión. Porque no hay terapia sin regresión. A veces se produce, sobre todo si es sobre la esquizofrenia, que alguno de los integrantes se conmueva, sobre todo si su historia tiene algo que ver con el tema, algún miembro de su familia, etc., y entra en resonancia emocional. Pero el coordinador hábil direcciona en función del objetivo de la clase y no hace centro en lo vertical. Algo hay que angustiarse, porque si no, no se aprende. Pero tiene que tener una medida operativa, hay que regularla, porque si se angustian mucho el aprendizaje no se produce, porque cuando el humano se angustia se cierra o se va a su problema y no adquiere objetividad de aprendizaje. Pero si no se angustia en absoluto no va a entender el concepto desde lo emotivo.

Si se produce ese desplazamiento del grupo operativo al terapéutico no sólo se interfiere en la tarea del grupo operativo que es el aprendizaje, sino que en el grupo operativo tampoco hay consigna, no hay estructura, no hay planteo terapéutico. Porque su tarea es el aprendizaje, para lo cual un poco tiene que resonar, porque si no, son de piedra, y no aprenden. Supongamos, la soledad de una tarde de domingo, recién separado, en invierno, con esa luz del sol anaranjado, bien horizontal, y “ella no llamó....” (risas).

Ahí por ejemplo, podría producirse un desplazamiento, y resulta que alguno saca las tripas y no hay consigna, no hay estructura, no hay planteo terapéutico. Porque si hubiera un encuadre terapéutico, puede largar todo el vómito y el grupo se conmueve, una se pone a lloriquear, el otro se levanta y lo abraza, entonces hace la catarsis, fenómeno, eso es necesario porque el planteo es que cada uno saque su angustia y ese grupo está encuadrado para eso, llevan bastante tiempo, empezaron de a poco, cada vez se metieron más...

Pero si ésto pasa en el grupo operativo impediría la tarea, porque la tarea es el aprendizaje. Lo que sucede en un grupo terapéutico no tiene que suceder en la escuela, lo que sí tiene que suceder es un poco de ansiedad, para el aprendizaje, un poquito, una cosa es un poco de pimienta y otra cosa es que el frasco se te caiga adentro.

En psicodrama se ve muy clarito, cuando el psicodrama es pedagógico se trabaja con la ansiedad del rol del terapeuta y pero no con la ansiedad del terapeuta. Es decir, qué te va a pasar a vos si tenés a alguien que te cuenta algo muy angustiante. No para que saques tu angustia, sino que tu angustia te va a servir para resonar.

Nuestro instrumento como terapeutas sociales, en lo que podemos hacer, son nuestras experiencias. Nosotros somos nuestro instrumento. El taxista tiene el taxi. Nosotros somos el taxi. Nuestro propio instrumento son nuestras experiencias. Por eso el que no tuvo ninguna experiencia de tristeza, de angustia, no va a poder trabajar bien. Porque tiene que haber sufrido algo para poder entender. Por eso se dice el curador herido. Pichón era un tipo increíblemente hábil pero increíblemente lastimado existencialmente, las había pasado todas. Entonces ante cualquier cosa que le contaban podía resonar de tal forma que vos decías “me entendió, me dice algo desde lo que yo siento”.

Otra desviación, otro desplazamiento, que afecta el aprendizaje, es al grupo familiar. Esto tiene más posibilidades de constituirse en segundo, en tercero, cuando ya son como una patota, una familia y entonces hay roles estereotipados.

Una familia de quince personas es muy difícil. Hoy no hay familias de quince, además las familias de quince aguantaban cualquier angustia. La familia no se ha hecho más grupo operativo. ¿Por qué no existían psicólogos antes y la gente no iba al hospicio toda? Porque en toda familia había algún tío, o tía soltera, un abuelo, alguien que escuchaba y que no era activo. Porque el que está activo no puede escuchar mucho porque está metido en sus preocupaciones. Pero siempre había alguno cuya inactividad resultaba funcional a la familia, porque tenía escucha para el silencio. Si el grupo operativo se convierte en grupo familiar no hay aprendizaje. Lo importante es que ustedes sepan que el grupo terapéutico tiene otras reglas: el coordinador, el terapeuta, tiene mucha más responsabilidad.

El coordinador del grupo operativo tiene una responsabilidad pedagógica y en el grupo operativo el encuadre se tiene que hacer cargo del aprendizaje.

Pero el terapeuta tiene que estar mucho más formado. Y el encuadre es distinto porque se tiene que hacer cargo incluso del encuadre fuera del grupo terapéutico. Por ejemplo en el caso de que sea necesario cuidar durante la noche a alguno de los pacientes. Y el terapeuta adquiere como proyección una figura paterna o materna mucho más intensa que en el caso del coordinador del grupo operativo, que de alguna manera también algo de eso tiene. Siempre cualquier liderazgo tiene recuerdos del primer líder que tuvimos, el primer coordinador que son mamá y papá. Es bueno, porque es una función de la coordinación.

Este grupo de aprendizaje puede ser un taller mecánico, como antes, que había un referente casi familiar en el oficio, era la familia ortopédica que tenía el tipo para contar sus problemas en la familia. Antes había varias familias porque lo bancaban en el trabajo.

Con Pichón íbamos a la feria y hacíamos como que comprábamos los tomates, y escuchábamos los que las viejas comentaban y eran todos problemas familiares que se supervisaban una a otras como si fueran de la Asociación Psicoanalítica Argentina, todo lo que le habían tirado a la noche. Porque el analista en realidad era la mujer, era la que bancaba las situaciones, era la terapeuta y para no cargarse, en la feria hacía el control didáctico. Y ahí hacían un grupo de coordinadoras y con eso no se pegoteaban, como en el Bancadero que se hacen grupos de terapeutas.

Otro grupo es el ejército, que es un grupo muy empobrecido, que es absolutamente verticalista, no permite la vuelta y no permite la comunicación entre los soldados. Es verticalista justamente por sus objetivos. Imaginemos que ante la orden de un coronel los soldados se ponen a hacer un grupo operativo. Son máquinas de matar y tienen ser eficientes.

Otro ejemplo: la patota. Se parece más a una familia. Siempre es una familia ortopédica. Entre los chicos de la calle hay uno que es un poco más grande, más vivo, y que les da roles a los demás. Y trabajan como grupo operativo en el laburo: mientras uno distrae al tipo, el otro lo corre por acá, el otro por allá, el otro le roba los alfajores. Es impresionante la habilidad que tienen. Cada uno tiene internalizado al otro, como el grupo operativo de Pichón, sabe qué va a hacer el otro. Como en un equipo de fútbol, conocen los pases.

El equipo de fútbol es un buen ejemplo, porque la tarea es meter el gol. Algo hay de sombra, si juega Maradona es muy probable que el equipo se organice alrededor de él. En el equipo de fútbol las reglas están altamente definidas, el encuadre es muy estricto.

La militancia política es también como una patota, se defienden entre ellos. Espíritu corporativo se llama eso. Propio de los jueces, médicos, y policías, que ya es el colmo.

En un grupo siempre surge alguien que es el que organiza, alguien que asume el liderazgo en la situación, es un líder funcional. Es muy difícil que no se dé, salvo en algo masivo tipo vandalismo, como cuando rompieron las vidrieras de Modart, en la típica situación en la que, frente a la represión policial, aparece el vandalismo aislado.

Cada grupo tiene líderes, pero las muchedumbres no. La muchedumbre no es un grupo, y tiene muchas veces conductas atávicas. Queman, destruyen algo y después cuando les preguntan cómo y por qué lo hicieron, no saben qué contestar. Porque entraron en trance, porque no hay organización grupal.

En el caso de los estudiantes, ya tienen una institución, están institucionalizados. Por ejemplo, en el Colegio Mariano Moreno, ya tienen una organización propia, un centro de estudiantes, hay una cantidad de normas institucionales que los unen. Y además en defensa de, en general en defensa de sus propios intereses. Entonces les resulta más fácil, en vez de sacar una hoja, sacan un banco a la calle. Están acostumbrados.

En las escuelas, las sillas se ubican una detrás de la otra, cada uno es especialista en la nuca del otro. Es muy pobre. Pero eso es intencional, porque el que emite al frente de la clase queda con todo el poder. Nadie se comunica con el otro, porque no le vas a hablar a la nuca. El pasar de esta forma a una en la que los estudiantes estén en círculo, se miren cara a cara, y especialmente sin las sillas, logrando una mayor distensión, porque las sillas aprisionan un poco, cambia completamente la dinámica.

A veces, cuando voy a un lugar, al comienzo los hago sentar en filas, porque de esa manera los encuadro en cierto tema y después pasamos a la otra forma. Porque si de entrada armamos el círculo es más difícil estructurar un tema. Si yo voy a transmitir algunas técnicas de terapia para chicos o adolescentes en conflicto es necesario primero lograr que la información llegue, alimentar la computadora y que después la computadora trabaje. Eso depende también de cuán trabajada esté la gente, porque no es lo mismo en la Sociedad de Psicodrama, porque ya hay una disciplina, respetan un encuadre.

Una secta, la iglesia, el ejército, son altamente diferenciadas, con mucho encuadre. Incluso en la secta el encuadre es secreto, hay un ocultamiento de las reglas. En la masonería no se tenían que saber quienes eran los integrantes, o los Montoneros, tenían reglas para la clandestinidad. Un ejército, una iglesia o una secta son altamente configuradas. La iglesia sería más como un grupo de familia. La sombra de la familia está en todo. La escuela tiene algo de familia, se muere uno y hacemos el funeral, nos duele a todos, faltan dos o tres y hay un poco de angustia, especialmente en los grupos. No nos podemos olvidar de la familia porque fue la primera matriz, ahí es donde aprendimos.

Ahora están las familias reducidas, la familia nuclear: dos adultos y los chicos, dos o tres o uno. Muy chiquita, en realidad es una díada porque los pibes no pueden opinar, porque todavía no son capaces de objetivar, son dependientes. Entonces el matrimonio se destruye a las cuatro de la mañana. En cambio antes, empezaban a discutir y tal vez venía el abuelo, el cuñado, e intercedían de alguna manera, objetivaban, rompían esa simbiosis. Pero ahora estamos encerrados en este tipo de familia, por eso hay tantos problemas de pareja. El colmo son las madres solteras, que hay muchísimas. Hoy las familias no son grupos funcionales, no son grupos operacionales, operativos. La familia es muy débil. Ante cualquier cosa que pase en una familia nuclear, ¿quién banca a quién? Es muy difícil que un miembro de la pareja sostenga al otro porque hay una cantidad de proyecciones anteriores. No puede hacerle terapia a la pareja.

Nosotros nacemos y luego nos sacamos a mamá de encima con mucho dolor, porque esa separación es muy dolorosa para ambos, porque es ideal, y después pasamos por la adolescencia en la que los hijos varones se oponen al padre y las hijas a las madres, porque se tienen que despegar. Porque si la hija adolescente no destruye, no mata simbólicamente a la madre, no puede nacer, porque queda como la mamá. Cada generación tiene que romper y nacer, y nace a través de romper el cascarón que es la mamá. Los hijos varones se enfrentan con los padres, porque tienen que cumplir la función del padre, pero fuera de la casa. El padre te termina de separar. Y a veces se da con competencia. Pero la competencia en la adolescencia es sana porque te permite nacer por segunda vez.

El chiquito va entrando bastante prematuramente a estructuras de aprendizaje como el jardín de infantes. Es conveniente porque comienza a socializarse con los pares, entre la fratría, que viene de fraternal.

Pasar de la simbiosis con la madre a esta nueva situación es doloroso, porque estaban muy bien los dos. Y después con el destete también. En comparación con la relación buena del bebé con la madre, las relaciones sexuales por más orgásmicas que sean son más pobres.

Es necesario perder esa situación inicial con la madre, para vivir. Si uno no se separa, no adquiere identidad, no vive. Uno tiene que vivir la historia singular que le tocó, que es de uno.

1. Técnica grupo operativo

La técnica de Grupos Operativos ha sido una técnica desarrollada por importantes autores, especialmente Enrique Pichón Rivière, quién ha sido uno de los que más ha trabajado en torno a este tema. De hecho el Grupo Operativo aparece “fundado” con la Experiencia de Rosario en 19581 y que fue publicada en el año 1960.

En resumen esta experiencia de laboratorio social, o de trabajo en una comunidad, se hizo efectiva mediante el empleo de ciertas técnicas y tuvo como propósito la aplicación de una didáctica interdisciplinaria2, de carácter acumulativo, utilizando métodos de indagación o indagación operativa.

Los resultados de esta experiencia tuvieron una influencia decisiva, tanto sobre la teoría, como sobre la práctica de los grupos operativos aplicados a la didáctica (enseñanza de la psiquiatría, comprensión del arte, etc.), a la empresa, a la terapéutica (grupos familiares), a la publicidad, etc.

Pichón Rivière es una autor que siempre se ligó con el fútbol (fue hincha de River Plate de Argentina), muchas de sus enseñanzas fueron aplicadas a este deporte, de hecho numerosos trabajados fueron llevados a cabo en esta área con jugadores de equipos de fútbol.

Para Pichón Rivière, este deporte representó una importante manera de entender y analizar los comportamientos grupales. Él escribió innumerables artículos relacionados con el fútbol, dentro de los que destaca su análisis acerca del fenómeno de “La Ola”, que surge en la década de los ´80 entre los asistentes a los estadios de fútbol, la relación entre el fútbol y la política, el fútbol y la filosofía, el jugador y el entorno, etc.

Pichón Rivière otorgó una lectura diferente de lo que pasaba durante un partido de fútbol. Planteaba que este deporte era una especie de terapia y señaló que lo deportivo era una proyección del partido que cada jugador realizaba antes de entrar a la cancha: la mente.

Por ello es que la técnica de los Grupos Operativos es una forma de trabajo muy interesante en el ámbito futbolístico, ya que, muchas de sus concepciones fueron recogidas desde él, permitiendo extraer diversos análisis y manifestaciones de los fenómenos psíquicos que tienen lugar entre los deportistas.

¿Qué son los Grupos Operativos?

En términos generales Pichón Rivière hace una distinción entre los grupos centrados en el individuo, centrados en el grupo como conjunto total y a aquellos grupos que se encuentran centrados en la tarea.

Justamente es esta última característica la que conforma la técnica de Grupos Operativos. Pero aclarando que si bien los individuos están centrados en la tarea, ellos no están centrados en el grupo como totalidad, sino que más bien en la relación que los integrantes mantienen con la tarea. Por lo tanto, el vínculo fundamental es la relación entre un grupo y sus miembros con una tarea determinada.

Se denominan Grupos Operativos porque “operan, hay una acción sobre el grupo y, del grupo en él mismo y hacia fuera” (Bauleo, A. Grupo Operativo).

Aquí la tarea, elemento nuclear, es en su explicación el elemento que posibilita su funcionamiento. Es decir que sólo por la tarea, a través de la tarea y con la tarea, el grupo es grupo.

Su objetivo - que se encuentra a la base de esta técnica - es la movilización de estructuras estereotipadas, dificultades de aprendizaje y comunicación, debido a la ansiedad que despierta todo cambio. En el Grupo Operativo el esclarecimiento, la comunicación, el aprendizaje y la resolución de tareas coinciden con la curación, creándose así, un nuevo esquema referencial.

Armando Bauleo llama Grupo Operativo a todo “grupo en el cual la explicitación de la tarea, y el accionar a través de ella permite no sólo su comprensión, sino también su ejecución”.

En está técnica es fundamental reconocer dos aspectos:

1. El aspecto EXPLÍCITO o manifiesto y

2. El aspecto IMPLÍCITO o latente.

En ese sentido la conexión con la técnica analítica es “hacer consciente lo inconsciente”, o sea, hacer explícito lo implícito.

La tarea, por ende, queda definida como un abordaje del objeto de conocimiento, que tiene un nivel explícito o manifiesto de abordaje. “...la tarea consiste en resolver las situaciones estereotipadas y dilemáticas que surgen de las intensificaciones de estas ansiedades en la situación de aprendizaje” (Pichón Rivière, 1970), buscándose un cambio grupal operativo (un cambio de una situación a otra).

Componentes de los Grupos Operativos

En el trabajo con esta técnica se pueden identificar claramente algunos elementos constitutivos que están presentes durante el trabajo grupal:

• El Grupo: por definición el elemento más importante. Se estima que el grupo debería estar constituido idealmente por 10 a 12 integrantes.

• La Tarea: este es el motivo por el cual se han reunido las personas en torno a un grupo. Es el tema, la ocupación en el cual confluyen todas las funciones de la reunión.

• El Emergente: es uno de los elementos básicos. Según palabras de Alejandro los emergentes “son contenidos manifiestos o explícitos que aluden a las situaciones básicas o universales implícitas”. En otras palabras los emergentes son todos aquellos elementos expresados por el portavoz y que deben ser registrados por el observador y el coordinador. Pichón distingue tres tipos de emergentes: los de apertura, el nuevo emergente y el viejo emergente.

• El Portavoz: es el encargado al interior del grupo de expresar el emergente. Es quién en un determinado momento dice o enuncia algo, que hasta ese entonces, se mantenía latente o implícito, como escondido dentro de la totalidad del grupo.

• El Coordinador: cumple una función importante en la labor operativa del grupo. Él debe interpretar o señalar lo que va ocurriendo en el transcurso de la reunión. Se encarga de efectuar la enunciación que unirá la temática verbalizada por algunos de los integrantes del grupo, en la dinámica de funcionamiento grupal. Por tanto debe crear, mantener y favorecer la comunicación intragrupal y tratar de evitar la discusión frontal entre los miembros.

• El Observador: organiza todos y cada uno de los elementos grupales con el objetivo de realizar una devolución de lo observado 20 minutos antes de finalizar la reunión.

2. Experiencia en un equipo de fútbol

Objetivo de su aplicación

Nuestra intención al trabajar con esta técnica con un equipo de fútbol estuvo claramente influenciada por los antecedentes de esta técnica. Creímos que por su propia naturaleza esta técnica constituía una excelente vía terapéutica para el trabajo con futbolistas. Inicialmente la idea de aplicar esta técnica fue realizar una indagación de aquellas situaciones dilemáticas que formaban parte de esta “grupalidad”, (llamada equipo de fútbol).

Podríamos resumir así los objetivos de esta intervención:

• Análisis terapéutico del grupo

• Surgimiento de conflictos

• Análisis de estatus grupal3

• Identificación de roles y liderazgos al interior del grupo

Formalidades

Debido al gran número de jugadores que componían esta serie, se procedió a dividir el plantel en dos grupos de 13 integrantes cada uno, con el objeto de facilitar el trabajo y además porque no todos los integrantes podían asistir a las sesiones en el mismo horario, debido a que algunos jugadores estaban aún asistiendo al colegio.

Este proceso fue llevado a cabo por tres psicólogos (un psicólogo titulado y dos estudiantes en práctica). Dos de ellos cumplían la función de coordinación y el tercero cumplía el rol de observador. Es precisamente esta última persona, quién además se encargaba de leer (“devolver al grupo”) los emergentes surgidos en cada sesión.

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