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Evaluacion psicologica. Enfoque conductual

DemetriaDLHApuntes4 de Noviembre de 2015

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Evaluación Psicológica.

Enfoque conductual: pone de manifiesto el análisis objetivo de las conductas relevantes del sujeto, con la finalidad de identificar las variables tanto orgánicas como ambientales.
Evaluación: se centra en lo que el sujeto hace o deja de hacer.
Orientación tradicional: analiza la estructura de la personalidad, como rasgos, factores, necesidades, defensas, conflictos y atributos.
La Medición en el contexto general de la ciencia: la psicología como todas las ciencias, esta constituida por un cuerpo sistemático de conocimientos que abarca la construcción de teorías y modelos, así como por la observación experimental y menos formal de hechos o acontecimientos.
Psicometría: permite desarrollar modelos cuantitativos y cualitativos, los individuos los traducen como datos.
Sintaxis: estudia las relaciones de los signos y las expresiones del lenguaje objeto de las ciencias.
Semántica: estudia las relaciones entre los signos y los objetos.
Pragmática: utilización del lenguaje científico.

Hipotéticos: identifica los términos con objetos que tienen un significado concreto.
Las conexiones entre los conceptos teóricos son materializadas por medio de definiciones sintácticas.
Definiciones semánticas: constituyen reglas de correspondencia en las que intervienen los constructos teóricos y la base empírica.
Definición constitutiva: recurre a la especificación de los constructos científicos.
Conducta de los organismos: puede observarse mediante el uso de instrumentos, de manera indirecta o directa.
Los modelos de medición son 4:
Modelo nominal: agrupa las características en subconjuntos o clases, y es el nivel más elemental de medición
Modelo ordinal: cuándo podemos observar diferentes grados de una característica y entre los subconjuntos formados hay una relación de orden.
Intervalo: indica un orden creciente o decreciente en la magnitud.
Razón: tiene un cero absoluto y la proporción de la unidad de medida, corresponde a la característica medida.

Psicología diferencial: estudia las diferencias individuales en la conducta, cómo surgen y cómo se relacionan.
Binet creó el concepto edad mental.
Las diferencias entre los individuos se distribuyen a lo largo de una escala continua respecto a las características que midamos y además son cuantitativas más que cualitativas.
Tres suposiciones de la psicología diferencial: la naturaleza de cualquier característica en que difiere en los individuos es una variable cuantitativa y continuidad elemental; la segunda establece que las personas no se distribuyen uniformemente a lo largo, sino agrupan de acuerdo a una curva normal; la tercera dice que las diferencias individuales observadas son debidas a factores independientes o aleatorios.
El grado en el cual es asimétrica la distribución constituye su sesgo.
Grado de aplanamiento que presenta la distribución observada respecto a la normal, llamada como curtosis.
Tres curvas que difieren en la curtosis: leptocúrtica es empinada, platicúrtica es relativamente plana y la mesocúrtica es una curva de tipo normal.

Los factores que afectan principalmente la distribución de las diferencias individuales son: el tipo de muestreo, la manera de construir los instrumentos de medida y la desigualdad de las unidades.
Evaluación de los rasgos, es la diversidad de ejecución observada en las personas es distribuida conforme a una curva normal.
Los rasgos son las categorías que permiten conjuntar a las personas en agrupaciones más genéricas.
Teoria de los factores de Spearman, estableció que todas las actividades intelectuales comparten un solo factor general o factor g, no obstante cada actividad esta conformada también por un conjunto de factores específicos.
Eysenck, quien ha aplicado la teoría jerarquica a los rasgos de la personalidad, a la cúspide de la jerarquía la denomina nivel típico, donde coloca tres amplios factores: introversión, neurosis y psicosis; posteriormente coloca el nivel de rasgo.
Respuesta habitual: comprende el tipo de respuestas dadas en situaciones análogas.
Teoria de factores multiples:
Enfoque factorial: el objetivo principal de éste enfoque es aplicar el análisis factorial a diferentes instrumentos tanto de inteligencia como de personalidad, con la finalidad de ver qué factores unitarios o comunes podemos aislar. Un factor es un conjunto de generalizaciones de naturaleza empírica, a posterior.
Posterior: identificado completamente por su derivación, ya que el procedimiento comienza con un conjunto de evaluaciones que supuestamente abarcan por entero la función objeto de estudio.
Uno de los principales de esta teoría fue Thurstone, quien distinguió un amplio conjunto de factores de grupo, entre los que destacan la comprensión verbal, la fluidez verbal, el número, el especio, la memoria asociativa, la rapidez perceptiva y la inducción o razonamiento general.
Guilford propuso tres dimensiones: a la primera la nombró operaciones; donde reúne cogniciones, memoria, producción divergente, producción convergente y valoración. A la segunda la nombró contenidos, que incluye operaciones figurativas, simbólicas, semánticas y de conducta. Y la tercera dimensión la nombró productos y agrupa unidades, clases, relaciones, sistemas trasformaciones y consecuencias.
Evaluación ideográfica de los rasgos, Allport dijo que la determinación de un rasgo está sujeta en primera instancia a la integración de muchos hábitos específicos que tienen significado adaptativo para la persona.
Los rasgos son procesos que existen en la persona, es decir, tienen mas que una existencia nominal, son independientes del observador y están realmente ahí.
La psicología diferencial tiene como objetivo seleccionar y aislar un atributo o característica psicológica con la finalidad de establecer su amplitud y distribución en una muestra de sujetos evaluados.
Para la construcción de sus instrumentos, los psicómetras orientados diferencialmente se basan sólo en el estudio transversal del modo en que se distribuye un atributo abstracto en una muestra de sujetos.
El análisis de la variabilidad intersujeto informa de la ubicación que la persona evaluada guarda de acuerdo con su grupo normativo.
La prueba científica para demostrar que un instrumento está bien construido se basa principalmente en la normalidad de la distribución en una muestra grande, ya que este hecho facilita el establecimiento de normas, la comparación de una persona con otra, los cálculos de correlación con otras variables, etcétera.

La suposición de que todo atributo o característica psicológica constituye una variable continúa a lo largo de su rango de existencia es también difícil de sostener, pues si bien desde el punto de vista estadístico se maneja como una variable, resulta factible que desde un punto de vista psicológico la constitución de esta variable no sea única.
La estructura subyacente ejerce efectos causales generalizados y duraderos sobre la conducta.
La evaluación desde la teoría de los rasgos se ha aplicado a la búsqueda de signos que sirvan como indicadores confiables del rasgo, con la finalidad de aislarlos e identificarlos para darles un nombre.
Tanto desde el punto de vista de la evaluación diferencial como desde el de la evaluación de los rasgos, se establece que las respuestas y las diferencias individuales pueden ser reducidas a disposiciones y cualidades genéricas.
Rasgos intelectuales o de personalidad, que permanecen constantes de persona a persona aunque cambie la situación espacio-temporal.
Las características psicológicas de los individuos se mantienen invariables durante el transcurso de la vida.
La aproximación conductual de la evaluación psicológica tiene como característica distinta hacer un análisis funcional de evaluación por medio de la descripción de la conducta, de los factores que la controlan y de los medios que se tienen para modificarla.
Tradicionalmente, la evaluación en el campo de la psicología, antes de la aparición del enfoque conductual, estaba destinada a estudiar estructuras subyacentes de la personalidad.
La conducta era interpretada como un signo de esos constructos hipotéticos, centrándose la evaluación en lo que la persona tenía, más que en lo que podía hacer.
Con la aparición del enfoque conductual, la atención se dirigió hacia la comprensión del contexto y las características y situaciones en que la conducta ocurre.
La evaluación orientada conductualmente empezó a desarrollarse de manera acelerada, el uso formal de este tipo de evaluación comenzó a realizarse desde la década de1920, en circunstancias relacionadas con los ambientes industriales y organizacionales.
La década de 1960 teníamos noticia de varias aplicaciones con un interés explícitamente terapéutico. Con ello empezaba a ver la luz una nueva área de la evaluación psicológica: el análisis conductual aplicado.
En este modelo evaluativo conductual primario fue retomado el principio establecido por B.F. Skinner.
Que establecía que el análisis causal o funcional de la conducta es proporcionado por las variables externas de las cuales la conducta es función.
La característica distintiva de esta primera etapa de la evaluación de orientación conductual fue centrar la atención en el análisis de los hechos observables.
El método de la observación directa fue el procedimiento por excelencia utilizada para identificar respuestas conductuales discretas, de conductas meta y de los reforzamientos que podrían cambiar las conductas particulares identificadas.
Baer, Montrose, Wolf y Risley establecían que el análisis de la conducta de un individuo es un problema de demostración científica.
Dichos investigadores determinaban que los principios conductuales no eran un fenómeno nuevo, pero sin duda su aplicación analítica sí lo era.
Sobre la dimensión conductual, tales investigadores habían afirmado que la evaluación debía guiarse por el principio de que el problema importante no era lo que pudieran decir los individuos, sino lo que lograran hacer.
La dimensión analítica imponía a la evaluación la condición de encauzarse necesariamente a demostrar de manera fidedigna los acontecimientos que podrían causar la ocurrencia o no de la conducta de interés.
La dimensión de efectividad imponía a la evaluación derivaba del análisis conductual aplicado el requisito de que la selección de la intervención produjera efectos lo suficientemente amplios, con el propósito de que el cambio tuviera cierta importancia social.
Durante la década de 1970, el horizonte de evaluación de orientación conductual se amplió y ocasionó que el paradigma del condicionamiento operante que había proporcionado las bases teóricas y metodológicas para fundamentar las acciones emprendidas en el campo del análisis conductual.
Las décadas de 1980 y 1990 estuvieron matizadas por una dramática revaloración de las suposiciones básicas y por la incorporación de influencias provenientes de otras tradiciones.
Más recientemente, las estrategias de evaluación conductual han comenzado a interesarse en las conductas inestables y transitorias, debido en parte a la trascendencia que ha tenido el nuevo desarrollo conceptual basado en la teoría del caos.
La característica común encontrada en todos ellos es el estudio secuencial del comportamiento.
Para Nelson y Hayes, el modelo más completo en la evaluación conductual es: estímulo-organismo-respuesta-consecuencia.
Existe en la evaluación conductual la suposición de que la conducta aparece en diferentes modalidades: la cognoscitiva, que incluye pensamientos, sentimientos, expectativas, etcétera. La motora externa, lo que hace el sujeto; y la fisiológica.
Otra suposición de evaluación conductual es la especificidad situacional, derivada del hecho de que la conducta está en función de variables orgánicas y de variables situacionales de estímulo.
En la evaluación conductual son utilizados dos tipos de metodología para demostrar la evaluación la especificidad situacional. La primera consiste en medir la respuesta de un mismo sujeto en situaciones diferentes y el segundo tipo de metodología consiste en calcular la proporción de variación, por medio de un modelo de análisis de varianza.
Sin duda, es factible encontrar estabilidad temporal en los patrones de conducta en periodos relativamente largos, pues la intermitencia de reforzamiento contribuye a la durabilidad de la conducta.
Los patrones conductuales pueden variar de un momento a otro.
Una última suposición de la aproximación conductual en la evaluación psicológica está relacionada con la forma como son consideradas las respuestas de los sujetos.
La evaluación es vista como un proceso continuo durante la terapia, que debe perseguir cuatro propósitos o metas: a) identificar las conductas de interés, así como los métodos apropiados para medirlas; b) determinar las variables medioambientales y orgánicas que controlan dichas conductas; c) seleccionar una estrategia de intervención que tenga una alta probabilidad de éxito; d) evaluar la efectividad relativa de la intervención.

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