Formulación del problema. La Distopía, más cerca a una realidad

Psicología

Fase 1 – Formulación del problema

Código de grupo

_19

Tutor

Alfonso Santander

Universidad Nacional Abierta y a Distancia

Escuela de Ciencias de la Educación

2017

Introducción

     Los seres humanos nos equivocamos muchísimas veces, pero el problema no está en equivocarse, sino en equivocarse y no entender que estamos haciendo daño a nuestros semejantes. Debemos tener la conciencia de poder ver y entender más allá de nosotros mismos, debemos mirar a los que están a nuestro alrededor y concientizarnos del daño que podríamos estar causando a través de nuestro orgullo y ganas de poder.

     Acá en Colombia no solo se vive el racismo porque alguien venga de otro país, el racismo también lo están viviendo nuestros compatriotas, personas que viven en otras regiones, que tienen diferentes creencias y/o estilos de vida y que por eso son discriminadas; y esta discriminación lleva a un odio incontrolable que alimenta un orgullo y un problema de superioridad que a su vez alimenta ansias de poder. 

     En este mundo en que vivimos avanzamos en ciertas cosas y retrocedemos en otras, ya que la xenofobia y el racismo son temas que repercuten penosamente en la vida diaria, obviamente en unos países más que en otros, creemos pertenecer a un planeta en constante desarrollo, pero eso no es lo que se refleja.

La Distopía, más cerca a una realidad

     Los grandes países que creemos desarrollados o en vía de desarrollo no son solo los más intolerantes, sino que también sufren de un virus que se ha ido expandiendo en grandes proporciones, este es la supremacía blanca, la cual se encarga de infundir odio y desprecio por quienes no son iguales a ellos, creando teorías irracionales. Uno de los exponentes más fuertes de la supremacía es Jared Taylor (2016) quien afirma “En promedio los blancos son más inteligentes que los negros…”  ¿Acaso el color afecta a la cantidad de neuronas que ponemos en funcionamiento?... Es un tema doloroso y escalofriante debido a la frialdad con la que se toca, sin siquiera con una pizca de piedad.

     Vivir en un mundo sin variedad racial no nos convierte en un promedio más inteligente o rico como lo creen algunos que son los sueñan con “un país con un modelo europeo, donde los blancos se mantienen en mayor perpetuidad” (Taylor, 2016). Acaso queremos un retroceso, donde, como las mujeres se salieron de las manos, ¿ahora lo hacemos con las minorías que están débiles y frágiles?, sabiendo que en realidad no hay peor perdedor que el que juega con un individuo que es inferior a él o que simplemente se siente desprotegido pues no está ni con los suyos ni en su país.

     La peor parte es que estamos cambiando y no alcanzamos a dimensionar en la metamorfosis que se está llevando a cabo en este proceso. “Hay algo ocurriendo ahora mismo, hay una ventana de odio, tenemos que decidir qué tipo de país queremos ser, sino lo hacemos podríamos convertirnos en un país diferente, en un país oscuro” (Ramos, 2016) y no solo oscuro sino lleno de insensibilidad, donde no nos importa los demás, donde hemos olvidado los valores morales, donde no nos importa el pensamiento ni la libertad del otro.

     Sabemos que actualmente se vive una problemática en Latinoamérica, más concretamente el caso de la emigración de los venezolanos a otros países por la falta de recursos en el suyo. Ahora los vemos en Colombia, casi que, en cualquier esquina de cualquier ciudad del país, vendiendo dulces, galletas o simplemente vagando de arriba a abajo, lamentablemente se han visto muchísimos escándalos por la xenofobia, ya que no somos capaces de extender la mano a quien lo necesita, no se hace ni por caridad, solo porque el orgullo es más grande que cualquier otra cosa y alimenta un poder insuperable, poder que lo hace sentir más que los demás, poder sobre su tierra, su país, sus creencias, donde ningún otro de afuera puede compartir lo que vive.

Tenemos claro que en muchos ámbitos de la vida nos cruzamos con diferentes clases de incitación al odio, esto se debe frenar inmediatamente, poniéndonos del mismo modo en los zapatos de los demás, recordando que de todos depende convertir la distopía en una utopía para cada individuo perteneciente a este mundo.

¿Cómo actúa quien incita al odio?

    En el mundo en que nos vemos enfrentados actualmente encontramos diferentes tipos de personas, con formas de ser muy variadas, lamentablemente en algunos casos se ve a simple vista el alto grado de intolerancia que se tiene hacia otros seres humanos, no solo con palabras racistas o xenofóbicas, las encontramos también en los chistes, en las formas de mirar a otros que “no pertenecen a su estirpe”, creyéndose superiores y actuando como tal, porque no solo las groserías, menosprecios y humillaciones hechas públicamente son síntomas de una persona que incita al odio, de mismo modo lo hace cuando en un grupo cerrado de amigos hace un comentario o no se es solidario con otros diferentes a mí, así fuera por el simple hecho de ser humanos, de ser personas que también viven en este mundo.

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