Hermenéutica Del Sujeto

“La inquietud del sí”

Según Michael Foucault, las relaciones entre sujeto y la verdad equivale a que la inquietud del sí es una de las formas como el sujeto accede a la verdad. Habla del sujeto como el ser del hombre, del sí mismo y como éste va en pos de la verdad. Para esto es necesaria una transformación como exigencia mínima para acceder a la verdad. Sin embargo la inquietud de sí mismo ha estado dividida y sin atención. Por el contrario ha prevalecido el principio de conócete a ti mismo.

Sacar a la luz el principio de la inquietud de sí mismo, es muy importante para Foucault. No se trata de un conócete a ti mismo literalmente, puesto que no era un principio de autoconocimiento, sino un conjunto de reglas, normas, técnicas y virtudes que el griego debía tener a la hora de consultar el oráculo.

Michael Foucault se traslada al mundo de Sócrates para ver como éste interpreta el “conócete a ti mismo”. Allí el sentido de esto es distinto. Es una de las formas de la inquietud de sí mismo.

Sócrates hace un llamado al ciudadano ateniense a ocuparse de su razón, a la verdad y a su alma y reclama el hecho de que no hay inquietud al respecto. Llama a la trasfiguración, al cambio a partir de una fuerza creadora para volverse otro hombre. Sócrates reta a todo aquel que afirme que sí cuida de sí mismo y de su alma. El reclamo de Sócrates, está relacionado con un mandato de dios y él se siente con el deber de actuar de esta manera, puesto que la verdad así adquirida es de carácter divino. Una verdad revelada en la locura y la manía.

Foucault destaca cuatro cosas importantes inherentes a la inquietud por sí mismo, principio que debe asumirse para el resto de la vida según Sócrates:

Incitarse, incitar a los demás a ocuparse de si mismos, es cumplir una orden.

Sacrificarse, alude a la renuncia de la fortuna y los bienes materiales.

Despertar, es abrirse a la luz, a la imaginación en el sentido de la mirada, como el inicio del camino de la verdad.

El tábano, como la inquietud del sí, momento del primer despertar. La picadura por la agitación como principio de movimiento y desasosiego que se clava en el alma del sujeto.

Foucault también enumera algunos aspectos esquemáticos relacionados con el asunto de la inquietud del sí.

La inquietud del si es una actitud frente a si mismo, al mundo y a otros. Es una postura y una decisión frente a la vida. Nos habla del problema de la mirada, que se vuelca sobre sí mismo. Uno es el objeto de preocupación y análisis. Tiene relación íntima con el pensamiento, existe una reflexión y meditación sobre uno, el mundo y los otros seres.

Nos habla de una pasión y una práctica necesaria o unas técnicas referentes a la inquietud para transformarse a sí mismo. Estas técnicas enriquecen la fuerza creadora que conducen a una labor artística.

Todo esto se logra a través del eros y del trabajo como transfiguración de sí mismo. Todo esto se dirige al ser, al sujeto.

Con relación a lo práctico de la actitud, ésta es de carácter general que permite considerar las cosas por fuera de la opinión común. Son importantes las decisiones personales, para convertir la mirada, girarla y tornarla hacia sí mismo. Una mirada reflexiva que permita encontrarse con sí mismo.

Todo esto con el fin de modificarse y transformarse gracias a las técnicas o tecnología de la inquietud del sí, las cuales pueden ser la meditación y la memorización que procuran el acceso a la verdad, como modo de vida de pensar y de sentir.

Para Foucault, la espiritualidad tiene que ver con el principio del cuidado de sí. El espíritu como fuerza del pensamiento y de la filosofía. Con esta fuerza se cuestiona, interroga, pregunta sobre la esencia de las cosas.

La espiritualidad se resume en mirada, momentos de duda, interrogación al pensarse. El sujeto para acceder a la espiritualidad debe transformarse a sí mismo y de esta manera lograr la verdad. El cambio es necesario para poder ver.

No es una cuestión de derecho. El sujeto debe ser instinto de sí mismo. Es necesaria una conversión del sujeto, que sea arrancado de su estatus, un dejar de ser lo que se la impuesto. Solo así habrá una iluminación y luz que devele el mundo espiritual que permita ver la verdad.

En el diálogo con Alcibíades, Foucault encuentra el tema teórico de la inquietud del sí. En el texto, Alcibíades aparece como el personaje elegido por Sócrates para predicar este principio. Sócrates descubre en Alcibíades la inquietud, la preocupación, la duda. Ante la manifestación de Alcibíades sobre sus deseos de gobernar, Sócrates propone como condición primera la preocupación por sí mismo. Alcibíades quiere transformar

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