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Histeria Y Obsesión


Enviado por   •  20 de Octubre de 2013  •  3.289 Palabras (14 Páginas)  •  523 Visitas

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Histeria y Obsesión

Artículo #A4: “Rasgos de neurosis histérica y neurosis obsesiva”

Desarrollo

a. Antecedentes de la neurosis histérica

b. Neurosis histérica y conflicto psíquico

c. Histeria de angustia

d. Histeria de conversión

e. Represión como mecanismo de defensa en la neurosis histérica

f. Primera y segunda tópica de Freud en la histeria

g. Estados del “yo histérico”

h. Características de personas histéricas

i. La ansiedad en la neurosis histérica

j. Neurosis obsesiva

k. Características de la personalidad obsesiva

l. La escucha del psicoanalista en la histeria

m.La ansiedad en la entrevista

Marco teórico

Antecedentes de la neurosis histérica

La definición de neurosis en el diccionario de Psicoanálisis de Roudinesco nos dice que el termino neurosis fue propuesto en 1769 por el medico escocés William Cullen para designar las enfermedades nerviosas que entrañan un trastorno de la personalidad. La palabra histeria deriva del griego “hystera”, que significa matriz, útero; se trata de una neurosis caracterizada por cuadros clínicos diversos.

A partir de 1893 fue empleado por S. Freud y se aplica a las “enfermedades nerviosas cuyos síntomas simbolizan un conflicto psíquico reprimido de origen infantil.” Este concepto evolucionó y se encuentra actualmente en el lugar de una estructura tripartita de conflicto psíquico junto con la psicosis y la perversión. Freud nos dice que en la neurosis ocurre una cierta perdida de la realidad, “el yo, en vasallaje a la realidad, sofoca un fragmento del ello”.

Existen muchas manifestaciones de los conflictos psíquicos, para comprenderlas de una mejor forma, el psicoanálisis ha identificado tres grandes conflictos centrales: la neurosis, la psicosis y la perversión. La neurosis es producto de la represión, la psicosis es producto de la forclusión y la perversión es producto de la renegación. Dentro de la neurosis encontramos tres tipos: la neurosis histérica, la neurosis fóbica y la neurosis obsesiva.

Neurosis histérica y conflicto psíquico

Nasio nos dice que “la neurosis es una mala manera de defenderse, la manera inapropiada que, sin saber, empleamos para oponernos a un goce inconsciente y peligroso.” Lo que se pretende es conseguir sustituir un goce inconsciente y peligroso por un sufrimiento conciente, soportable. En el caso de la neurosis histérica la carga irá a parar al cuerpo constituyendo un síntoma somático, dando lugar a la conversión. Es decir, el histérico sufre conscientemente en el cuerpo, convierte el goce intolerable en sufrimiento corporal.

Continúa Nasio y nos dice que podemos pensar la “neurosis como una respuesta frente a la castración. Habiendo atravesado por el registro de la castración, el histérico reprime lo visto.” Nasio nos dice que el fantasma de castración inconsciente de la histeria en el caso de la niña consiste en que “una niña descubre visualmente el cuerpo desnudo de su madre y se ve castrada como ella (…) sorprendida ante el cuerpo castrado de su madre y confirmándosele así su propia castración, se ve asaltada por la incontenible apetencia de tener ese falo que le falta”

Para el histérico el fantasma de castración es una pantalla protectora, una defensa contra el goce máximo que perturba su manera de percibir a los seres amados u odiados. Por eso el histérico ama u odia a su pareja según la percepción de su fuerza o de su debilidad fálica. Por lo tanto, el cuerpo real del histérico es invadido por el fenómeno de falización. El cuerpo del histérico pasa a ser el falo, es aquel que le faltaba a la madre, al Otro castrado en el fantasma de la castración. El histérico es un cuerpo-falo que sufre de un narcisismo y de una nada de genitalidad. La angustia de castración se convierte en una inhibición sexual.

En suma, la génesis de la histeria se resume así: “el deseo conduce al goce, el goce suscita el fantasma, el fantasma contiene la angustia y la angustia, se transforma en sufrimiento”.

Massota nos dice que la paradoja de la vida sexual del histérico es una “erotización excesiva y dolorosa del cuerpo no genital e inhibición de la zona genital” , se debe al fantasma inconsciente de la castración. Por una lado tiene “miedo y repulsa de un goce ilimitado que amenaza la integridad de todo el ser” (todo el cuerpo histérico); y por el otro surge una angustia ante la “amenaza de una castración dirigida a una parte limitada del cuerpo: el falo”.

Continua Massota y nos dice que “cuando el niño recibe su libido como energía del deseo de la madre” se le llama una relación de “autoerotismo”, la misma relación auto erótica es la vida de la sexualidad narcisista del histérico. Para la mujer histérica que no ha aceptado su castración, su hijo cubre su falta.

Histeria de angustia

La histeria de angustia es “la manifestación del hecho de que una cantidad de energía no es dominada”. Freud nos habla de tres términos: la angustia ante un peligro real, la angustia automática y la señal de angustia. La angustia ante un peligro real es la angustia del sujeto caracterizada por lo que la motiva, es decir, un peligro exterior cuya causa es la inmadurez biológica del hombre; la angustia automática es una reacción a una situación traumática de origen social, es una reacción de defensa espontánea; la señal de angustia es la reproducción de forma atenuada de una situación traumática experimentada primitivamente. Es un mecanismo puramente psíquico que funciona como símbolo mnemico que le permite al yo reaccionar mediante una defensa.

Lacan nos dice que la angustia surge “cuando un sujeto es confrontado a la falta de la falta, es decir, a una alteridad omnipotente que lo invade al punto de destruir en él toda facultad de deseo.”

Histeria de conversión

Nasio nos dice que la “conversión es, desde el punto de vista económico, la transformación de un exceso constante de energía que pasa del estado psíquico al estado somático.” Esto se describe como la sobrecarga energética que se suelta de la representación intolerable. Esta sobrecarga conserva su naturaleza de exceso y resurge transformada en sufrimiento corporal en forma de hipersensibilidad dolorosa o en forma de inhibición sensorial o motriz. El sufrimiento de un síntoma somático es una energía equivalente a la energía de excitación del trauma inicial, exceso de afecto sexual que se compara con un orgasmo.

La conversión

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