Homeschooling: una alternativa a la escolaridad tradicional

Universidad de Valparaíso

Facultad de Medicina

Escuela de Psicología

Homeschooling: una alternativa a la escolaridad tradicional.

Florencia Alliende, Monserrat Miranda, Sofía Muñoz y Daniela Ojeda

Profesora Suyen Quezada

Valparaíso
2017

El presente trabajo busca desarrollar la temática del homeschooling y visualizar cómo se lleva a cabo en nuestro país, para posteriormente integrar este método con los aspectos y conceptos de la educación vistos en la cátedra de Psicología Educacional I, a modo de integrar y analizar cómo se presentan estas nociones en dicha práctica educativa, que ha ido tomando forma progresiva en nuestro contexto nacional.

A continuación se procederá a describir lo que es el homeschooling, sus características principales, sus principales críticas, y las motivaciones fundamentales de su adopción en Chile. Luego de esto, se dará paso al análisis anteriormente mencionado, el cual busca problematizar los conceptos de calidad, cobertura y equidad, además de profundizar en el proceso de enseñanza-aprendizaje, el cual juega un factor fundamental en la temática principal de este trabajo; para  más tarde finalizar con las conclusiones.

La educación es uno de los elementos más influyentes en el desarrollo progresivo de las sociedades, puesto que brinda conocimientos beneficiando a su vez a la cultura de la comunidad. Dicho proceso, es una necesidad primordial en el desarrollo de los ciudadanos y por esto el estado se involucra ofreciendo herramientas útiles para los habitantes.

El homeschooling o bien llamada en español, educación en casa, hace referencia a un tipo de educación implementada como alternativa a los sistemas educativos tradicionales, en donde los padres se involucran de forma activa en la formación académica de sus hijos, educando e instruyendo desde el confort de su hogar y desde su entorno más próximo de socialización (amigos, vecindario, agrupaciones, comunidades, centros de aprendizaje específicos o talleres), y por ende, fuera de los establecimientos educacionales clásicos, buscando mejores oportunidades de desarrollo para los homeschoolers.

Este modelo de educación nació con Iván Illich quien en 1971 publicó el libro “Desescolarizando la sociedad”, en el cual propone la desburocratización de la enseñanza, para que toda la sociedad pueda aprender y enseñar. Estas ideas concuerdan con las de John Holt, uno de los máximos representantes de la educación en el hogar, quien plantea que la casa es el lugar en donde los jóvenes pueden desarrollarse educacionalmente, basándose en la intimidad y flexibilidad, respetando su curso natural de aprendizaje; y así dotar al homeschooling de validez y un espacio popular (Riveros, 2015).

Este proceso de educación en casa posibilita que los homeschoolers desarrollen la creatividad innata, se desenvuelvan como seres únicos, originales, ingeniosos y talentosos; factores que la educación escolar tradicional no apoya, pues no generan empleabilidad en el futuro. Los aspectos particulares y aptitudes personales de cada individuo, se ven obstaculizados por los métodos clásicos de educación, que buscan por sobre todo crear sujetos útiles para las necesidades de la industrialización.

Pero el homeschooling como método de formación, no está exento de críticas y la mayoría de éstas apuntan al aislamiento de los menores, producto de la disminución del contacto con otros niños de su misma edad con los que puedan interactuar como comúnmente ocurre en los colegios y liceos. También se manifiesta la preocupación por la privación a los jóvenes de conocer otros modos de pensar y otro tipo de experiencias, con el riesgo de caer en una especie de adoctrinación subjetiva de ideaciones, sin la posibilidad de brindarles otros puntos de vista respecto a diferentes temáticas, coartando el desarrollo identitario del sujeto en crecimiento. Por otra parte, en cuanto a la modalidad en sí, existen aprehensiones sobre el llevar a cabo la educación en el hogar, dado que requiere una mayor organización de los tiempos de los padres con respecto a sus horarios laborales.

Según Gonzalo Muñoz en Leiva  (2016) en Chile, las prácticas de educación en casa no están reconocidas por parte del Ministerio de educación (MINEDUC), pero atendiendo a las leyes de la constitución que garantizan las libertades, derechos y deberes de las personas, existe la posibilidad de llevar a cabo esta alternativa de igual manera y, por lo tanto, el MINEDUC se ve “forzado” a considerar estos casos como parte de la amplia categoría de estudiantes que rinden exámenes libres.

Pese a todas las críticas y posibles limitaciones, según la Encuesta Nacional de Educación en el hogar en Chile (2017), se observan cuatro grandes razones por las cuales la familias deciden iniciar una crianza y educación en casa; el primer motivo y el más preponderante es el pedagógico, en donde las familias exponen que en el sistema escolar no siempre se aprende lo necesario o lo más importante, por lo que los padres decantan por una relación más personalizada en donde el aprendizaje se da de manera integral a través del descubrimiento. La segunda razón es la ideológica y se relaciona con una crítica que realizan los padres hacia el sistema escolar imperante en la actualidad puesto que cuestionan la incidencia del modelo socioeconómico neoliberal en la educación. El tercer factor es el psicológico que agrupa desde bullying hasta acoso escolar o estrés. Y por último, el ámbito religioso en donde las familias priorizan la entrega de valores y principios propios de la religión que profesan.

Dentro de la información entregada por la encuesta antes mencionada destacan los niveles de estudio de los padres de los homeschoolers, puesto que el 74% de los entrevistados posee estudios superiores y al mismo tiempo un gran número de las madres está 100% dedicada a la casa y los hijos.

Tomando en consideración lo ya expuesto es que se procede a realizar una visión holística en torno a la educación y las aristas que comprende el homeschooling en Chile, realizando un análisis integrado que fusione conceptos claves de la educación, como lo son equidad, cobertura y calidad, con las características de la enseñanza en el hogar propias de Chile.

El pilar de calidad ha sido fuertemente criticado en el ámbito de la educación institucionalizada, puesto que las condiciones en que ésta ocurre, no parece favorecer las necesidades y particularidades de los estudiantes. Resulta evidente a la luz de las exigencias curriculares que recaen sobre los centros educativos, las cuales pretenden impartir una cuantificación de información con los mismos parámetros a todo el grupo estudiantil, sin dar mayor interés a los procesos de aprendizaje que cada individuo posee. Por lo cual, se demuestra que las principales críticas en que cae este tipo de educación, se relacionan con la baja calidad que se entrega a los estudiantes, relacionado por ejemplo con: las excesivas horas que pasan los alumnos en los colegios; la poca capacidad de pensamiento crítico, donde solo se reproduce conocimiento, la poca libertad de elección frente a su aprendizaje, la imposición de posturas dominantes, el no disfrute de una infancia libre y creativa; donde se dejan de lado enseñanzas como la educación cívica y la educación sexual, dando énfasis a conocimientos “duros” como matemáticas y lenguaje, los cuales son poco prácticos en la cotidianeidad de nuestra realidad, etc.

Todo lo anterior ha generado en las familias cuestionamientos acerca de la calidad educativa que reciben sus hijos/as, dudando de la capacidad que la educación brindada tiene frente a las demandas ya expuestas. Tal como menciona Redondo (2005) “La realidad es que las escuelas eficaces y la teoría educativa que las acompaña no son la panacea para la calidad educativa”, es decir, frente a la educación tradicional, por más que se pretenda que esa es la solución y la forma predominante de aprendizaje, se demuestra que no es sinónimo de calidad bajo ningún motivo.

La creencia de ineficiencia respecto a la calidad de los procesos de aprendizaje en los establecimientos educacionales, ha llevado a que los padres opten por educar a sus hijos en el hogar, priorizando la estimulación del niño y dando atención personalizada a sus necesidades, para no volver a caer en los defectos de las escuelas tradicionales. Aún así, uno de los mayores desafíos que presentan los padres que están a cargo de un homeschooler, es que deben desarrollar las estrategias y hacerse de las herramientas necesarias que aseguren funciones educativas básicas; de modo contrario se perdería el concepto de calidad. Pese a esto se debe tener en cuenta el vínculo afectivo espontáneo que existe en la relación madre/padre - hijo/a, el cual favorece la adecuación de las modalidades de enseñanza, que permiten el aprendizaje real y significativo de los niños, garantizando la calidad al impartir e integrar el contenido académico.

Dicha relación entre familiares, no es reemplazable con el vínculo que puede existir entre alumno y profesor, pero aún así la primera de ellas, genera lazos afectivos que son del diario vivir, que se extrapolan a los momentos de aprendizaje en casa, permitiendo una educación de calidad activa y concisa, que no siempre suele darse en las instituciones, puesto que éstas deben responder a las programaciones y planes de estudio del Ministerio de Educación, generando una dependencia de la calidad educativa imperante por el sistema político de mercado que rige en nuestro país, tan criticada y mal concebida por parte de la sociedad chilena actualmente. Por ende, no cabe duda que las familias que deciden enfatizar en la calidad de la educación de sus hijos, generan un gran  recibimiento por parte de los jóvenes ya que les resulta útil y efectiva.  

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