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Influencia de los etilos de crianza en el autoestima del adolescente.


Enviado por   •  26 de Septiembre de 2016  •  Ensayos  •  1.125 Palabras (5 Páginas)  •  359 Visitas

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INFLUENCIA DE LOS ESTILOS DE CRIANZA EN EL AUTOESTIMA DEL ADOLESCENTE

En la etapa de la adolescencia, donde ocurre la transición de la infancia a la adultez, ocurren cambios sociales, emocionales y un crecimiento cognitivo que se verán favorecidos o debilitados dependiendo de las prácticas de crianza. En esta etapa el joven siente la necesidad de ser distinto a los demás, al mismo tiempo necesita demostrar su valor e independencia priorizando la opinión de sus pares, por lo que presenta múltiples adquisiciones de juicios con respecto al estilo de crianza impartido por sus padres (Nicholson & Ayers,2002; Myers & Steward, 1983 y Sánchez & Calvo, 2004). En este periodo es cuando comienzan los conflictos entre padres e hijos, donde se presentan los contrastes entre puntos de vista de la autoridad parental y la jurisdicción sobre aspectos de interés del adolescente.

Existen tres estilos de crianza descritos y clasificados por Baumrind en 1971 los cuales son: 1) Estilo autoritario: conformado por padres exigentes, que restringen el nivel de autonomía y esperan que sus órdenes sean obedecidas sin explicación; los adolescentes provenientes de este estilo de crianza son más proclives a las dificultades emocionales. 2) Estilo autoritativo: los padres establecen normas para el control de la conducta, sin embargo, estos métodos disciplinarios se basan más en el apoyo que en el castigo; los adolescentes criados en este estilo tiene menos problemas emocionales durante la adolescencia. 3) Estilo Permisivo: estos padres ejercen prácticamente ningún control en la conducta de sus hijos debido a que establecen escasas reglas; a los adolescentes criados en este estilo se les brinda un máximo grado de autonomía sin control alguno. A pesar de esto, los estilos parentales no son excluyentes, ya que los padres pueden ejercer uno predominante pero también incluir características de los otros (González & Landero, 2012).

En un estudio realizado por Alonso y Romàn (2005) que se se llevò a cabo en Valladolid (Yucatàn) se evaluò del grado de autoestima en niños de entre 3 y 5 años en dos tiempos y espacios diferentes (centro escolar y hogar familiar); el procedimiento consistiò en la aplicaciòn de dos pruebas en los dos campos mencionados, una prueba evaluaba la autoestima de los niños a partir de la conducta observada en la escuela y el otro evaluaba la autopercepviòn del niño, los resultados en el análisis estadístico confirmò , entre otras cosas, la correlaciòn entre el estilo educativo familiar y la autoestima de los hijos pequeños. Muchos otros investigadores han buscado la relaciòn que existe entre los estilos parentales en el desarrollo el niño pequeño, asì como el contraste entre las diferencias de percepciòn de los estilos de crianza entre los padres y los hijos (Astudillo y Dìaz, Cabrera,  Muñoz & Calbacho, 2000; Alonso & Romàn, 2005; Hojholt, 2005; Solìs-Càmara & Dìaz, 2007; Henao, Rmìrez & Ramìrez, 2007; Izzedin & Pachajoa, 2009; Martìnez, 2009 y Gonzàlez & Landero, 2012 ). Sin embargo, la mayorìa de estàs investigaciones se centran ùnicamente en niños de 3 a 12 años.

Según Alonso (2008) las primeras etapas en la vida de cada individuo involucradas en el seno familiar, suelen establecer la dinámica de formación de la autoestima. El ambiente o entorno en que el niño nace y crece es de donde extrae y realiza sus primeras experiencias, es un factor que configura directa o indirectamente el autoestima. De este modo, la formación del autoestima está ligado con la interacción padre-hijo o, dicho de otro modo, las prácticas de crianza.

El autoestima es un juicio positivo sobre uno mismo al haber conseguido una guía personal coherente basado en los cuatros elementos básicos del ser humano: físicos, psicológicos, sociales y culturales. Parte de percibir correctamente la realidad, aceptarse a uno mismo, vivir con neutralidad, concentrarse en los problemas y las dificultades, tener un espacio privado que nos de autonomía y mantener unas relaciones interpersonales profundas previamente seleccionadas que van dando forma, a la larga, a la plenitud personal (Rojas, 2009). Si bien es un proceso de formación complejo, el momento cumbre ocurre dentro de la adolescencia, donde se presentan los mayores cambios físico-emocionales en la vida del individuo.

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