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Karem Horney


Enviado por   •  12 de Mayo de 2014  •  2.721 Palabras (11 Páginas)  •  621 Visitas

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Admitamos que Karen Horney fue la primera mujer psicoanalítica y feminista que se atrevió a decir NO, rebelándose sobre algunos aspectos de las teorías freudianas, convirtiéndose en una “Lilith” de su tiempo. NO a la envidia del pene. NO al complejo de Edipo. NO a la frigidez de la mujer. NO al problema del masoquismo femenino. NO a las ideas determinantes de la biología y procesos de maduración como desarrollo de la personalidad en cambio se enfocó hacia la comprensión de la influencia de la sociedad, la cultura y el papel que estas funjen en el desarrollo íntegro del sujeto.

Concibo pués a Horney como una Impulsora del feminismo que contribuyó enormemente a éste aportando teorías fundamentadas a la comprensión de la psicología de la mujer y el desarrollo humano sano y neurótico.

¡SI A LA EXIXTENCIA DE LA VAGINA!

Así y todo, tras su muerte en 1952 sus ideas fueron relativamente ignoradas o cayeron en el olvido por más de una década. Sin embargo, esta situación sufrió un vuelco en 1967 con la publicación de Psicología Femenina, una colección de ensayos escritos en la primera fase de su pensamiento (décadas de 1920 y 1930). En su trabajo la huida de la feminidad (1926) Horney sugiere la negligencia de los psicoanalistas en abordar nuevas ideas y que el tema de la envidia de la maternidad de los varones y el amamantamiento es prontamente reprimida o sublimada en el varón por una sociedad dominada por los hombres al igual sucedía con el psicoanálisis ya que era creación de un genio masculino en donde la mayoría de los seguidores igualmente eran hombres por lo que era lógico el seguimiento fiel y sin cuestionamientos al desarrollo de una teoría fálica; en donde excluyen la existencia de la vagina incluso le llamaban al clítoris “pequeño pene” (niego con mi cabeza) ¡…Hombres…!

Cabe señalar que el tema femenino fue abandonado por Horney en 1935, al arribar a la conclusión de que el papel de la cultura en la formación de la psique femenina, hace que sea imposible determinar lo que es claramente femenino. El conocimiento de estos ensayos a finales de los años 60, ha dado lugar a un reconocimiento creciente de Karen Horney como la primera gran feminista psicoanalítica.

Bien sé que en 1917 rechazó la explicación freudiana de la psicología femenina a partir de la envidia del pene y el subsiguiente complejo de castración, defendiendo como alternativa que la personalidad de la mujer se originaría por la identificación de la hija con la madre, llamando la atención sobre la envidia del varón por la maternidad, idea que fue muy bien acogida por las feministas. También se opondría a la existencia de la pulsión tanática como fundamento de la agresividad humana, aludiendo que el ser humano se vuelve agresivo por un bloqueo en su desarrollo natural. Cuestionó además el principio del placer y el determinismo freudiano.

De igual modo que Horney me indignaron las ideas de su colega Abraham y las tildo como pensamiento machista, él expuso en el VI Congreso Internacional de Psicoanálisis en la Haya sobre las manifestaciones del complejo de castración femenino donde dice que las mujeres tienen el deseo reprimido de ser hombres y rechazan su identidad sexual, confirmando la presencia de la envidia del pene y subsiguiente el complejo de castración que Freud había señalado como núcleo de la psicología de la mujer. Abraham indicó que las menstruaciones, las relaciones sexuales y el parto reavivaban el latente complejo de castración y que el frecuente odio a los hombres, sobre todo al padre, expresaría el resentimiento por no haber recibido un pene, de lo que también surgiría la frigidez, la prostitución, el lesbianismo, el feminismo, la fobia a ver heridas y el afán vindicativo de muchas mujeres. Mi heroína favorita (para la época la villana favorita jajaja) Karem Horney contra-ataca estas ideas en Berlín, 1922 en el Congreso Psicoanalítico Internacional donde fue favorablemente acogida por un grupo selecto de psicoanalistas que se oponían al biologicismo freudiano. (Si yo hubiera estado presente la hubiese aplaudido hasta que me dolieran las palmas). Desde este momento a mi consideración Horney pasó a ser el ojo del huracán en el psicoanálisis.

Es así como (1926-1927) su obra Sexualidad Inhibida aborda el problema a la frigidez de la mujer donde atribuye la influencia de los factores culturales que evitaban que la mujer se expandiera y desarrollara sus posibilidades personales y sexuales. En lo persona creo que 88 años después seguimos viviendo en México en una sociedad machista donde la experimentación y goce sexual femenino es señalado, censurado y hasta un tabú originando como consecuencia la frigidez en la mujer por las causas ya mencionadas.

Más tarde, en efecto de una serie de complicaciones personales en 1930 Horney emigra con sus hijas a los Estados Unidos estableciéndose en Brooklin ya que esta ciudad era la capital intelectual del mundo de la época, fue aquí donde conoció a Erick Fromm y Harry Sullivan personajes de la psicología reconocidos por sus trabajos neo-psicoanalíticos. Cabe recalcar que los tres son iniciadores de la escuela culturalista psicoanalítica estadounidense, cuya metodología busca resolver la neurosis del hombre moderno, que radica en el distanciamiento existente entre las estructuras sociales y el individuo, anteponiéndose una planificación humanista de la vida frente a las teorías del consumo y del rendimiento económico.

Partiendo de estas nuevas ideas socio culturales en 1931 inicia una verdadera polémica con su obra la Desconfianza entre los sexos donde el mismo Freud rechaza tajantemente a la tesis de Horney donde esta defiende que después de la primera infancia el varón alimenta la imagen de una madre abnegada y sacrificada, que termina encarnando al ideal de mujer que puede llegar a satisfacer todos sus deseos y necesidades. Esto trae la envidia de ser madre y esta se pierde pronto por vivir en una cultura que mantiene a la mujer por debajo del hombre.

Por otra parte la publicación de sus obras La negación de la vagina (1933) hipótesis de sexualidad vaginal primaria en la niña en contra de la idea freudiana de una necesidad fálica primaria. Los conflictos maternales (1933) otorgó prioridad a las influencias culturales en la maternidad sobre el instinto maternal. En La sobre valuación del amor (1934) Horney se distancia más de la teoría pulsional freudiano atribuyendo los trastornos neuróticos a defensas contra las carencias afectivas recibidas por parte de los padres a lo largo de la niñez. En El problema del masoquismo femenino (1935) explica la neurosis general, donde los síntomas serían expresión de defensas frente a la angustia básica creada por presiones del ambiente y no transacciones del YO ante las presiones

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