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Karen Horney


Enviado por   •  7 de Agosto de 2013  •  1.600 Palabras (7 Páginas)  •  528 Visitas

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Obra y aporte teórico

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Primera etapa

La primera fase de su obra, la etapa psicoanalítica propiamente tal, abarca hasta su partida a EE.UU. en 1932. Aunque jugaba un papel clave en el desarrollo teórico, a corto andar comenzó a mostrar ciertas disconformidades con el modelo psicoanalítico clásico, con las tesis de Freud, de Abraham y Deutsch. Mantuvo, por otro lado, que el psicoanálisis es la creación de un genio masculino, Sigmund Freud, y de una mayoría de discípulos igualmente varones, por lo que era lógico que sólo se desarrollara una psicología desde la perspectiva fálica, que incluso llevó a estimar el clítoris como una especie de pequeño pene, olvidando completamente la vagina. En La sexualidad inhibida. Una contribución psicoanalítica al problema de la frigidez (Horney, 1926-1927), trata este desorden que ella misma padeció, llamando la atención sobre la definitiva influencia de los factores culturales, que evitaban que la mujer se expandiera y desarrollara sus posibilidades personales y sexuales.

Finalmente, negó la relación entre sentimientos de inferioridad de la mujer con los atributos anatómico-genitales, defendiendo su origen cultural y en los años treinta, en una publicación bajo el título de La desconfianza entre los sexos (Horney, 1931), defendió, entre otras cosas que, después de la primera infancia, el varón alimenta la imagen de una madre abnegada y sacrificada, que termina encarnando el ideal de mujer que puede llegar a satisfacer todos sus deseos y necesidades. Esto traería rápidamente consigo la envidia de ser madre, la que a su vez se pierde pronto porque la cultura en la se desenvuelve el individuo mantiene y alimenta la representación social de que la mujer es inferior al hombre (tal como también se recoge en la teoría freudiana de la envidia del pene).

Horney emigró a Estados Unidos el 22 de septiembre de 1932, solo acompañada por su hija Renate, pues las otras dos hijas ya eran independientes. Se nacionalizó norteamericana, convalidó sus estudios médicos y empezó a publicar creándose un notable prestigio y obteniendo elevados ingresos económicos en su consulta privada.

Segunda etapa

El despegue del freudismo, que se extiende desde 1932 a 1941, en Estados Unidos. Horney se opuso a la orientación biologicista de Freud y revalorizó los descubrimientos sociológicos del maestro. En 1935 abandonó el tema de la Psicología femenina porque sentía que el papel de la cultura en la formación de la psique femenina hace que sea imposible determinar lo que es claramente femenino. En una conferencia titulada "La mujer es el miedo de Acción" (1935), argumentó que sólo cuando las mujeres se hayan liberado de las concepciones de la feminidad fomentada por culturas dominadas por hombres, podremos descubrir la forma en que realmente se diferencian de los hombres psicológicamente. En mayo de 1935, fue elegida miembro de la Asociación Psicoanalítica de Nueva York y analista didacta del Instituto Psicoanalítico de tal sociedad.

En 1937 publicó La personalidad neurótica de nuestro tiempo, que llegó a ser un auténtico best-seller. En esta obra aparecen con claridad sus nuevas ideas y sus originales propuestas terapéuticas. Destaca el valor cultural de la neurosis y disminuye la importancia de las causales biológicas instintivas en las que Freud ponía más énfasis. Por esta razón que se la considera parte integrante del grupo de psicoanalistas culturalistas, junto a Erich Frommy Harry Stack Sullivan, quienes tienen fundamentalmente en cuenta las relaciones entre el hombre y la sociedad disminuyendo el valor de la libido y de las pulsiones. Se distanció de algunos de los principios básicos de Sigmund Freud, rechazando su concepto de envidia del pene y enfatizando la necesidad de ayudar a los pacientes identificando y confrontando las causas específicas de la angustia común, en vez de priorizar la focalización sobre los traumas de la infancia y las fantasías. Frente al malestar de la cultura de Freud (1930), Horney planteó una actitud optimista muy acorde con la mentalidad del pueblo norteamericano, defendiendo que el sufrimiento psíquico humano era fruto de conflictos entre el individuo y la sociedad, que los padres podían atenuar o evitar si trataban adecuadamente a sus hijos, gracias a lo cual éstos podrían desarrollar una personalidad armónica y bien adaptada. El argumento del libro era muy sencillo: si falta calor por parte de los padres en el contacto con sus hijos, ello originará en éstos frustración, intimidación y hostilidad. Y si tal hostilidad se prohíbe, terminará siendo reprimida, aunque se mostrará en fantasías de daño personal y en conductas sociales desajustadas, todo lo cual sería la cuna de la angustia básica.

Las ideas de Horney se iban alejando cada vez más del marco freudiano, por lo que los miembros del Instituto Psicoanalítico de Nueva York empezaron a marginarla, invitándola a hablar sólo de temas menores.

Al final de esta etapa renunciará a las instituciones psicoanalíticas, creando su propia institución, el llamado Instituto Norteamericano de Psicoanálisis.

Con El nuevo psicoanálisis (1939), el enfrentamiento

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