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La Discalculia

leperezp17 de Noviembre de 2013

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Factores internos y externos presentes en los procesos de enseñanza y aprendizaje de la matemática y de la lectoescritura

Discalculia es un término que hace referencia a un amplio rango de problemas relacionados con el aprendizaje de las habilidades matemáticas. No existe una única forma de trastorno del aprendizaje de las matemáticas y las dificultades que se presentan varían de persona a persona y afectan de modo diferente en cada momento del ciclo vital de las personas.

Las dificultades en el aprendizaje de las habilidades para realizar cálculos pueden señalar un tipo de trastorno de aprendizaje denominado Discalculia. Este trastorno supone una incapacidad para aprender a realizar operaciones aritméticas y confusiones numéricas inusuales. Esta alteración es poco conocida e infrecuente lo que suele dificultar que sea detectada por el entorno del niño. En general, la discalculia es el resultado de un retraso en el desarrollo general del niño, no una patología del cerebro.

El niño o niña con dificultades específicas en el proceso del aprendizaje del cálculo va a presentar una serie de errores y dificultades que van a ser la clave para detectar el trastorno. Estos signos consisten en:

Confusión entre los signos aritméticos (confunden + por el signo –)

Errores en las operaciones aritméticas

Fallos en el razonamiento de la solución de problemas matemáticos

Dificultades para la realización de cálculo mental

Escritura incorrecta de los números

Errores en la identificación de los símbolos numéricos

Confusiones entre números con una forma (el 6 por el 9) o sonido semejante, (el seis por el siete)

Inversiones numéricas (69 por 96 ó 107 por 701...)

Fallos en la seriación numérica como la repetición de números (en vez de 1,2,3,4,5... 1,2,2,3,4,5,5,5...) o la omisión de éstos (1,3,4,5,7,8...)

Este trastorno se produce en niños con una capacidad intelectual normal, es decir, la capacidad para afrontar los aprendizajes escolares de los primeros años es la adecuada excepto para el área específica del razonamiento numérico y la capacidad aritmética. Además, las dificultades en la capacidad de cálculo no se explican por una lesión o enfermedad que el niño o niña haya sufrido sino que se trata de un Trastorno en el desarrollo del niño.

Normalmente, el niño que sufre un trastorno de habilidades matemáticas suele presentar otras alteraciones del aprendizaje como la disgrafía o la dislexia, es decir, puede aparecer asociado al trastorno dificultades en su escritura y lectura.

Sin la adecuada intervención, el niño o niña con discalculia puede arrastrar a lo largo de su escolarización serias dificultades aritméticas que pueden provocar su fracaso, o incluso, abandono escolar.

Características de los estudiantes con discalculia

La discalculia se caracteriza por la presencia de dificultades en:

Perceptivo-visuales

Dificultades amnésicas

Orientación espacial

Esquema corporal

Figura y longitud

Distancia y tamaño

Para un tratamiento eficaz en las dificultades de las matemáticas se debe realizar un plan de tratamiento en el cual prime la estimulación del pensamiento matemático, a través del desarrollo de estrategias centrada en los siguientes aspectos:

· Lenguaje matemático

· Resolución de problemas

· Auto- monitorización

· Memoria

· Orientación en el espacio

· Habilidades sociales

· Conceptualización

· Orientación temporal

· Organización espacial

El Rol del Docente y de los Padres y Representantes en el proceso de intervención de las dificultades de aprendizaje en matemática

Partiendo de que todos los procesos educativos bajo un modelo de atención educativa integral exige la participación de la familia, así como la comunidad en general, es importante incorporar a los padres y representantes para que conozcan y participen activamente en los proyectos educativos llevados a cabo en la institución escolar en materia del desarrollo y atención educativa de la población estudiantil.

En ocasiones, los padres pueden observar durante los 4 ó 5 primeros años de vida en sus hijos, dificultades en el desarrollo provocándole ciertas dudas, teniendo en cuenta que son ellos los que mejor conocen y describen el desarrollo de sus hijos. Los padres aportan datos importantes, tales como: desarrollo evolutivo, ritmo de crecimiento, primeros aprendizajes, edad en que comenzó a hablar, actividades preferidas, situaciones en las que se encuentra más cómodo y entretenido, y la relación con los miembros de la familia.

Los padres de familia, a pesar de ofrecer información fundamental, son una fuente que se ve influida por aspectos emotivos que puedan alterar la descripción sobrevalorando e, incluso, infravalorando las habilidades de sus hijos.

Es recomendable que lo conversen con la educadora y le soliciten una evaluación psicopedagógica, la que permitiría realizar un diagnóstico precoz dentro del marco de intervención temprana. Esta evaluación posibilitaría despejar dudas y orientar el proceso escolar desde el inicio, ubicando al niño en un ambiente adecuado que responda a sus requerimientos. Según los resultados de la evaluación, en algunos casos es posible indicar el ingreso a tratamiento psicopedagógico y en otros casos la intervención consistiría en sugerir posibles colegios con lineamientos, características apropiadas a las necesidades del niño y planes de integración. Evaluar el proceso de aprendizaje en diferentes etapas con sugerencias tanto al hogar como al ámbito escolar.

Cuando las dificultades son observadas una vez iniciado el proceso escolar, dentro del los dos primeros años, se recomienda del mismo modo una evaluación y tratamiento psicopedagógico. La intervención estaría orientada a estimular funciones y habilidades en el proceso de lecto-escritura inicial, cálculo y desarrollo de estrategias de pensamiento.

Es por ello que hoy día las dificultades de aprendizajes son concebidas desde la multifactorialidad y se entienden como las interferencias que presenta un alumno sin compromiso intelectual en la forma de apropiarse de conceptos y habilidades, limitando su desenvolvimiento escolar y su manera de relacionarse con el medio que le rodea, sin embargo hay que resaltar que estos alumnos pueden tener capacidades extraordinarias en actividades artístico-culturales, que bajo un modelo de atención integral pueden ser aprovechadas y explotadas.

A lo largo de la historia, el término Dificultades de Aprendizaje ha sido motivo de investigación y éste ha evolucionado a diversos vocablos tales como: incapacidad, problemas, trastornos y actualmente dificultades, según lo refieren Santiuste y Beltrán (2000), muchas de estas definiciones contemplan solo un elemento de las dificultades de aprendizaje, bien sea aspectos lingüísticos, habilidad para la lectura, la escritura y los cálculos matemáticos; déficit neurológicos, aspectos sensoriales o mentales, entre otros, lo que no responde a las exigencias del mundo moderno por no considerar los diversos factores que intervienen en el proceso de construcción del aprendizaje, ya que el hombre se concibe en estos tiempos como un ser global e integral.

Para el caso de la discalculia se observan dificultades:

En el aprendizaje de las nociones básicas de clasificación, correspondencia, equivalencia, número natural, conservación, o reversibilidad.

Errores abundantes en la lectura y escritura de cifras, e incomprensión de la serie numérica.

Errores en las operaciones, con números naturales, fraccionarios o decimales, no imputables a fallos de memoria, sino a un claro desconocimiento de su significado.

La familia espera de la escuela mucho apoyo, que sus hijos sean bien atendidos por la escuela, saber que van aprender esperan que preparen a sus hijos en diversas áreas y situaciones además de que lo incorporen a la sociedad; ellos necesitan en quien confiar; porque sienten temores y tienen conflictos personales.

La familia es el acoplamiento de la continuidad en la vida de la mayoría de los niños, son los responsables para sus niños. Su futuro está, en gran parte en la capacidad que tengan los padres de abogar por ellos y es donde los educadores deben ser socios con los familiares de los estudiantes. La familia se convierte en un fiel colaborador dentro del trabajo en equipo haciendo frente a las barreras que pueden influenciar en la relación hogar-escuela. Los profesionales deben centrarse en la fuerza que tiene la familia, en su cultura, costumbre, capacidad y actitudes ya que esto ayudara a una buena comunicación, deberán aprender a escuchar a los padres y valorar, para dar respuestas acertadas, respetando así sus propios valores, y dar solución al problema.

La buena voluntad y paciencia entre los educadores y familiares del niño es muy importante en el desarrollo del mismo. Los educadores deben proporcionar una variedad de información y modalidades de trabajo a la familia, de acuerdo a sus intereses, con métodos formales e informales.

La actividad lúdica y los proyectos de aulas como estrategias para desarrollar y fortalecer los conceptos lógico-matemáticos y lecto-escritos

El juego es la actividad natural de la infancia;

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