La conducta suicida.

        La conducta suicida es considerada como una de las causas mortales más graves de nuestra Tierra. Este fenómeno es uno complejo ya que incluye elementos biológicos, psicológicos, sociológicos, filosóficos y morales. El suicidio ha sido uno de los fenómenos que ha estado presente en todas las épocas; desde el origen de la humanidad. Como todos los problemas que crean los humanos, este ha sido desterrado en algunas ocasiones y en otras se ha tolerado hasta cierto punto. Hay que tener en cuenta que en cada sociedad hay distintos principios filosóficos, religiosos lo cual cambiaría la forma de verlo o como la gente actúa acerca del problema sobre el suicidio.

        El hecho para llevar a cabo el suicidio tiene múltiples causas y son complicadas. Este trastorno ha estado presente durante largos periodos históricos, desde que comenzó la vida humana, la cual también está presente en las comunidades. Se declara por una diversidad de comportamientos que son continuos y que comienzan por las formaciones de ideas de sus diferentes expresiones, a las amenazas, los gestos e intentos, hasta llegar al suicidio. Todos estos actos deben considerarse como códigos de riesgo.

        Hablando un poco de la historia de la conducta suicida. Durante el imperio romano, el suicidio se aguantaba y hasta algunas personas lo consideraban un acto honrado. Ellos, bajo la influencia del estoicismo^[1], aceptaban muchos conocimientos legítimos para su práctica. “El filósofo romano Seneca lo ensalzaba como el acto último de una persona libre” (Izquierdo, n.d.). Seneca recalcaba que en la vida hay que apreciar la calidad de vida y no la cantidad, anos, si morías antes o después no había diferencia. También podemos destacar que en Japón los japoneses tenían unos rituales suicidas llamados seppuka^[2] o harakiri^[3].

        Para la mayoría de las personas de nuestra cultura, el argumento sobre el suicidio es uno bastante negativo porque muchos no han sido instruidos a la idea de la muerte, lo cual hace que se nos haga difícil percibir una muerte por causas naturales; no lo queremos aceptar. Nuestras creencias religiosas siempre han calificado el suicidio como una conducta o acto condenable. En la psicología, no se considera como un trastorno mental, pero eso no le quita que siga siendo un problema social en continuo crecimiento y pone en evidencia la pérdida tanto de individuos como en la exclusión social, debilidad de las tradiciones, pobreza económica, falta de apoyos sociales, entre otros.

En Puerto Rico, la mayoría de las muertes por suicidios, en la época actual, se encuentra entre las edades de cincuenta y cinco a sesenta y nueve años; en otras palabras, en los adultos.  Esto va en contra de lo que piensan muchas personas ya que la mayoría piensa que la tasa mortal de suicidio es por adolecentes universitarios. En la isla durante los años dos mil al dos mil catorce se habían reportado una cantidad de 4,717 muertes a causa del suicidio y un promedio anual de 314 suicidios. “Desde el uno de enero hasta el treinta de junio del año 2015 se han registrado 114 muertes por este fenómeno en Puerto Rico” (Departamento de salud, 2015).

Entre los meses de enero a junio del año actual, se ha calculado que el mayor número de suicidios fue durante el mes de junio con 28 casos de muerte. El suicidio, aunque no lo crean, se ve más en hombres que en las mujeres con un ochenta por ciento. En el año 2010 hubo una cantidad de 297 muertes de varones y las mujeres fueron de 57 muertes lo cual nos demuestra que los hombres son más propensos al trastorno.  

Dejándome llevar por la Comisión para la prevención de suicidio, los métodos utilizados para este fenómeno fueron: el ahorcamiento, las armas de fuego, envenenamiento, quemaduras, caídas, sumersión, entre otros. El ahorcamiento fue el método que más se utilizó en el acto suicida en hombres como en mujeres, pero siempre teniendo en cuenta que los hombres fueron más que las mujeres. Luego va el envenenamiento el cual pudo ser utilizado por ejemplo por celos o infidelidad entre parejas que despierta un sentido de que “eres mío/a o eres de nadie”. Pero en el año 2013 en adelante las armas de fuego se destacaron en el segundo lugar porque hay que enfatizar que este método es uno muy violento, definitivo, rápido y es difícil de conseguir un arma en Puerto Rico ya que no es legal.

En la isla hay unos programas de ayuda en línea telefónica para tratar de llevarlos por un camino de salvación ante el intento de suicidio. Esta la Línea PAS^[4] del ASSMCA^[5] la cual tuvo un total de 23,485 personas atendidas mediante llamadas recibidas, un total de 6,305 personas atendidas con ideación suicida y un total de 1,436 personas atendidas con intentos suicidas durante el año 2015. Esta el Centro de Control de Envenenamiento de Puerto Rico “Poison Help” el cual tuvo, durante el año 2015, un total de 3,245 llamadas las cuales de esas fueron un total de  787 llamadas por motivo de intento suicida.

El fenómeno suicida se define, según la OMS^[6], como acción por la que una persona se causa el mismo un daño, con libertad del nivel de intención y de que conozcamos los motivos verídicos. También es considerado como la acción de quitarse la vida de forma voluntaria y planeada. Ahora, hare unas cuantas preguntas acerca de la conducta suicida.

¿Qué personas tendrían mayor riesgo de cometer suicidio? A la hora de tantear un suicidio existen varios factores que  puedan ser capaz de. Pero también hay gente que tiende a crear una ilusión de que lo va hacer pero al final nunca tuvo la intención de hacerlo. Algunos factores son: ya haber tratado de cometer suicidio, tener antecedentes de depresión o algún otro trastorno mental, el abuso de drogas o del alcohol, algún antecedente familiar con intención de suicidio o violencia, padecimiento de condición o enfermedad física, tener desesperanza^[7], alguna persona en tu familia que la abusaron sexualmente en su infancia y disposiciones fanáticas o agresoras.

¿Cuáles son los comportamientos que una persona que quiera suicidarse presente? Estos individuos presentarían cambios emocionales, cambios en la manera de pensar, cambios en la rutina diaria y un cambio bastante drástico en el comportamiento usual. Estas personas suelen esconder bien estos cambios que ocurren en sus vidas y se descubren tarde o ya al estar ocurriendo el trastorno. Esta la tristeza continua, el escribir cartas de despedida, el entregar sus recursos valiosos a personas importantes para ellos, el aislamiento de amigos o familiares, el consumo de alcohol, drogas en grandes cantidades y para finalizar, los perturbaciones del sueño y pérdida de apetito.

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