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Depresion Como Patologia En La Conducta Suicida


Enviado por   •  27 de Noviembre de 2012  •  6.015 Palabras (25 Páginas)  •  558 Visitas

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República Bolivariana de Venezuela

Universidad Arturo Michelena

Faculta de Ciencias Sociales

Escuela de Psicología

Cátedra de Psicopatología I

San diego 26 de Noviembre de 2012

Definición

El término médico hace referencia a un síndrome o conjunto de síntomas que afectan principalmente a la esfera afectiva: la tristeza patológica, el decaimiento, la irritabilidad o un trastorno del humor que puede disminuir el rendimiento en el trabajo o limitar la actividad vital habitual, independientemente de que su causa sea conocida o desconocida. Aunque ése es el núcleo principal de síntomas, la depresión también puede expresarse a través de afecciones de tipo cognitivo, volitivo o incluso somático.

En la mayor parte de los casos, el diagnóstico es clínico, aunque debe diferenciarse de cuadros de expresión parecida, como los trastornos de ansiedad. La persona aquejada de depresión puede no vivenciar tristeza, sino pérdida de interés e incapacidad para disfrutar las actividades lúdicas habituales, así como una vivencia poco motivadora y más lenta del transcurso del tiempo. Su origen es multifactorial, aunque hay que destacar factores desencadenantes tales como el estrés y sentimientos (derivados de una decepción sentimental, la contemplación o vivencia de un accidente,  asesinato o tragedia, el trastorno por malas noticias,  pena, y el haber atravesado una experiencia cercana a la muerte).

También hay otros orígenes, como una elaboración inadecuada del duelo (por la muerte de un ser querido) o incluso el consumo de determinadas sustancias (abuso de alcohol o de otras sustancias tóxicas) y factores de predisposición como la genética o un condicionamiento educativo. La depresión puede tener importantes consecuencias sociales y personales, desde la incapacidad laboral hasta el suicidio. A través de un enfoque farmacológico, se propone el uso de antidepresivos. Sin embargo, los antidepresivos sólo han demostrado ser especialmente eficaces en depresión mayor/grave (en el sentido clínico del término, no coloquial).

Historia

A lo largo de la historia existen múltiples referencias a la melancolía, equivalente a lo que hoy llamamos depresión, y a la manía, entendida como un estado de agitación y delirio. Algunos de los 'padres de la medicina', como el griego Hipócrates, en el siglo V a.C. o el romano Galeno en el siglo I a.C, achacaban la tristeza a la bilis negra, uno de los cuatro humores del cuerpo según las teorías predominantes de la época.

Más adelante en el siglo I d.C, Areteo de Capadocia, también griego, fue el primero en considerar la manía y la melancolía como trastornos relacionados. En sus textos indicaba que "algunos pacientes después de estar melancólicos cambian su estado hacia la manía [...] por eso esta manía es probablemente una variedad del estado melancólico".

Ya en la Edad Media, la medicina se sumió en el oscurantismo y la superstición. La enfermedad mental es la que peor parada salió de este ciclo de la historia ya que cualquier trastorno del comportamiento se teñía de tintes demoniacos.

En el Renacimiento, considerado 'la edad de oro de la melancolía'. Muchos autores recorrieron con detalle la evolución de la depresión y llegaron a considerar el sufrimiento de este estado una característica de la profundidad del espíritu humano. Algunos médicos contemplaron la idea de que la melancolía estaba relacionada en ciertos casos con la manía y que ambas tenían el mismo origen y la misma causa.

El siglo XIX fue decisivo en la definición del trastorno bipolar. Jean Pierre Falret acuñó en 1854 el término 'folie circulaire' o 'locura circular', que describió como una sucesión de estados maniacos y melancólicos con intervalos lúcidos. Esta definición marcó la diferencia con la depresión aislada y, finalmente, en 1875 sus hallazgos llevaron a la denominación de psicosis maníaco-depresiva.

Practicamente a la vez, en 1854, Francois Baillarger describió la 'folie à double forme' o 'locura de doble forma', caracterizada por la sucesión de dos períodos, uno de excitación y otro de depresión. Este neurólogo francés señaló la diferencia, hasta entonces difuminada en los textos sobre psiquiatría de la época, entre esquizofrenia y trastorno bipolar.

A principios del siglo XX, en 1921, el reconocido psiquiatra alemán Emil Kraepelin publicó 'Manic-Depressive Insanity and Paranoia', un trabajo revolucionario por entonces en el que propuso una nueva clasificación en tres grandes grupos de los trastornos que llenaban los manicomios: esquizofrenias; demencias y enfermedad maniaco-depresiva. Es decir, introdujo como entidad diferenciada el trastorno bipolar. Dentro de las psicosis maniaco-depresivas, señaló su carácter episódico, así como, la historia familiar del trastorno.

En 1980, el término de trastorno maníaco-depresivo fue reemplazado por el de trastorno bipolar, según estableció el DMS-III. En los últimos tiempos, las investigaciones más recientes sobre la enfermedad se centran en describirla desde el punto de vista bioquímico. De esta forma será posible comprender mejor la enfermedad y desarrollar medicamentos más refinados para su tratamiento.

Etiología

La depresión mayor representa un problema de salud pública debido a su elevada morbilidad: el 5% de la población mundial presenta algún trastorno depresivo. Esta patología puede evolucionar desfavorablemente, trayendo consecuencias graves como el suicidio. La etiología de la depresión es compleja, en ella intervienen múltiples factores, tanto genéticos, biológicos como psicosociales. Dentro de los biológicos hay evidencias de alteraciones a nivel de neurotransmisores, citoquinas y hormonas, además de modificaciones en los sistemas nervioso, inmunológico y endocrino. La psiconeuroinmunología

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