Los vínculos de apego en niños institucionalizados ¿Cómo hacen los educadores para mejorar las relaciones de apego con los niños?

Los vínculos de apego en niños institucionalizados

El apego es un vínculo afectivo fundamental para el desarrollo personal y social de los niños que se establece en los primeros momentos de vida entre educador o madre y niño. El apego responde a la necesidad de sentirse seguro y protegido. Es una relación que se va construyendo, va creciendo y cambiando a lo largo del tiempo. Se establece con aquellas figuras que cumplen las funciones de cercanía, disponibilidad… por esta razón no siempre estas figuras corresponden a la madre.

En centros de niños institucionalizados las figuras de apego no son las madres, sino los educadores, ya que son estos últimos los que crían a estos niños hasta que se les busca una solución a su problema.

El centro se organiza de manera que hay un educador para cinco niños, donde trabajan la vida cotidiana (hábitos básicos como la alimentación, higiene, pautas de sueño…).

¿Cómo hacen los educadores para mejorar las relaciones de apego con los niños? Se intenta buscar la estabilidad del educador con el grupo de niños cuidando los espacios y personalizando los objetos, de esta manera, cada niño tiene sus objetos personales. También se intentan cuidar los momentos a solas con los niños, que sean de calidad, utilizando un adecuado contacto visual, cercanía corporal… que provocan en el niño una sensación de seguridad.

El apego que los niños institucionalizados mantienen con los educadores de los centros se denomina apego de transición ya que esta relación no es duradera porque la estancia de los niños en los centros es temporal. Es por esta razón por la que no fomentan la dependencia del niño con el educador.

¿Qué efecto tiene en los niños el hecho de tener varios educadores y diferentes figuras de apego? Los niños se adaptan a la situación. Si el niño va a ser adoptado necesitará un periodo de adaptación. Al principio el niño es reacio a esa relación pero poco a poco se centra en ellos, ya que se pueden sentir como el centro de atención y protagonistas.

En los niños que por estancias alargadas en el centro, por historias previas o por las mismas características del niño, podemos notar la necesidad de una familia y de más estabilidad. Esta necesidad puede derivar en problemas de conducta, de adaptación… como por ejemplo la búsqueda de mayor atención mediante conductas de dependencia exagerada, evitan el contacto visual con los educadores, tienden a tener el tono muscular rígido, hacen movimientos repetitivos…                                            Desde el centro, ante esta conducta, trabajan en la estabilidad en la relación de apego con el niño (calidad de atención individualizada).

Aunque él bebe tenga un temperamento difícil, no lo condiciona al establecimiento de un vínculo inseguro.

No  hace falta que la figura de apego este presente, pero si hay que sentir que te respalda.

Los vínculos afectivos son una necesidad que forma parte del desarrollo de un niño recién nacido, si esta necesidad no es satisfecha, el niño se verá repercutido durante su crecimiento sufriendo “aislamiento o carencia emocional”. Por esta razón son importantes para el desarrollo del niño los primeros vínculos de apego.

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