PERFIL COGNITIVO, EMOCIONAL Y SOCIAL DEL TDAH

Green, C., Chee, K., García Tornel, S., & Roberts, R. (2004). El niño muy movido o despistado: Entender el trastorno déficit de atención con hiperactividad (TDAH) (Nueva ed.). Barcelona: Medici.

TDAH: Los hechos.

Hoy en día, cuando hablamos de TDAH, nos referimos a una diferencia leve pero demostrable en el funcionamiento cerebral normal que hace que un niño inteligente rinda poco en los estudios y se porte mal, aunque reciba la mejor educación.

El TDAH se presenta de dos formas diferentes: comportamiento impulsivo y falta de control (denominado comportamiento hiperactivo e impulsivo) y problemas de atención, memoria a corto plazo y aprendizaje (problemas de déficit de atención y de aprendizaje). La mayoría de los niños con TDAH tienen una mezcla de ambas.
A pesar de que ahora sepamos mucho más sobre este tema, todavía hay muchos niños que no han sido correctamente diagnosticados.

La causa del TDAH reside en una sutil diferencia en el funcionamiento de un cerebro normal, sus semillas están presentes desde el mismo nacimiento. Las dificultades con las que se encontrara cada niño dependerán de la gravedad de su problema y de cómo se enfoque su educación.
Nunca podemos modificar esta predisposición innata, sin embargo no cabe duda de que lo que sí está en nuestras manos es modificar el ambiente familiar y escolar para ayudar a estos niños a comportarse de forma adecuada y desarrollar su máximo potencial.

A continuación, trataremos de comprender más a fondo el TDAH, así como el perfil cognitivo, social y emocional de las personas con este problema. Pues nos permitirá entender la urgencia de una detección temprana y la necesidad de diseñar programas de intervención dirigidas tanto a la escuela como a las familias, además del alumno con TDAH, adaptándonos siempre a sus características cognitivas, sociales y emocionales.

PERFIL COGNITIVO, EMOCIONAL Y SOCIAL DEL TDAH.

A.PERFIL COGNITIVO

En este apartado, vamos a explicar las características cognitivas de un niño con TDAH.

1. Los niños con TDAH pueden tener más dificultad en recuperar en su memoria aquello aprendido con anterioridad para aplicarlo en el momento actual. 
   Lo que conlleva una mayor dificultad para:
   - Consolidar los aprendizajes y el abandono pronto de la práctica.
   - Recordar con detalle lo que ha sucedido por lo que tienden a ser más subjetivos.
   - Aprender de sus errores, de los castigos o de los premios. El niño con TDAH no asocia el castigo o el premio a una determinada conducta.  El error está en no adaptarnos a sus características y utilizar castigos para tratar de modificar conductas negativas que el niño todavía no ha aprendido a controlar y que necesitaría entrenamiento paciente y refuerzo positivo.
   - Guardar rencor. Éstos pueden enfadarse de forma desmedida en un momento y al cabo de muy poco tiempo, actuar como si nada hubiera sucedido.
   - Prever lo que va a suceder.
2. Muestran dificultades en la percepción y el control del tiempo.  Tienen mas dificultad para calcular el tiempo que les llevara hacer un examen, realizar un trabajo, llegar a tiempo a una cita, soportar las esperas con paciencia…
3. Tiene pobres habilidades de organización de la conducta en el tiempo. Esto afecta a la dificultad para ponerse metas asequibles, establecer prioridades, organizarse en el tiempo y a la constancia o la resistencia al esfuerzo que supone perseguir el objetivo hasta el final.
4. Hacen menos referencias a hechos del pasado o del futuro, en ocasiones parecer mostrar alteraciones en la utilización de conceptos temporales.
5. Muestran dificultades en tareas que requieren cooperación, participación, tener en cuenta las consecuencias para los demás, tener presentes los efectos de sus acciones en el futuro respecto a temas de salud, conciencia, etc.
6. Muestran un retraso en la interiorización del lenguaje y en su utilización en el proceso del pensamiento. Tiene más dificultad para pensar para sí mismo. Habla, canturrea, hace ruidos que acompañan a su trabajo, sin ser consciente de que lo está haciendo y de que molesta a compañeros o interrumpe la explicación del profesor.
7. Muestran mayor dificultad para comportarse conforme a unas reglas ya sean impuestas, acordadas por los compañeros o cuando se le da la posibilidad de generarlas por sí mismo.
8. Muestran una mayor dependencia emocional del entorno, mayor dificultad para automotivarse, para analizar los propios sentimientos y tomar las medidas necesarias para salir de estados de ánimo negativos como la ansiedad, tristeza o la frustración.

Estas características son bastante generales en las personas con TDAH, pero esto no quiere decir que todos los síntomas se manifiesten de la misma manera. Hay personas tremendamente puntuales o  que consiguen un excelente nivel de organización mientras que otros no son capaces.

B. EL PERFIL EMOCIONAL

El TDAH se da, en muchas ocasiones, parejo a otras patologías como los trastornos del estado de ánimo. En la mayoría de los casos, las manifestaciones de ansiedad o depresión podrían ser secundarias a las dificultades que experimenta un individuo al tratar de adaptarse a las exigencias ambientales como una sintomatología de TDAH.

El niño con TDAH suele ser descrito por lo general como un niño entusiasta, exultante, inconsciente, noble, sin malicia, transparente, inmaduro, poco rebuscado, optimista y aparentemente feliz. No obstante, crecer con TDAH supone superar obstáculos que, en ocasiones, minan la autoestima y la moral, lo que genera efectos negativos:
- Hipersensibilidad ante la frustración, por lo que responde llorando, culpando a los demás para justificar su mal hacer.
- Baja tolerancia al esfuerzo, suelen tirar la toalla incluso en actividades que se le dan bien.
- Vive con una permanente sensación de falta de control sobre su conducta y su rendimiento académico.
- Presenta baja autoestima que deteriora la falta de seguridad en sí mismos. El niño puede refugiarse en un mundo ideal donde a duras penas trata de mantener una buena imagen de sí mismo.
- Presenta conductas de irritabilidad, sentimientos de desesperanza, cambios de humor, cuyo trasfondo depresivo y ansioso, suele pasar desapercibido para los adultos que le rodean.

El 25% de los niños con TDAH, especialmente aquellos que manifiestan conductas agresivas, alcanzan niveles clínicos de depresión.  
Unos de los objetivos del tratamiento es evitar la aparición de este deterioro emocional regulando la exigencia, apoyando con tratamiento al niño y ayudándole a sobrellevar el esfuerzo y las dificultades durante los primeros años.

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