Paradigma Conductista
psibaja17 de Agosto de 2011
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HERNÁNDEZ Rojas Gerardo. Módulo Fundamentos del Desarrollo de la Tecnología Educativa (Bases
Psicopedagógicas) Coordinador: Frida Díaz Barriga Arceo. México: Editado por ILCE- OEA 1997.
Caracterización del Paradigma Conductista
INTRODUCCIÓN
En los capítulos anteriores revisamos la historia y el estatuto epistemológico de la psicología
de la educación, señalamos que una de las características principales de esta última es su
naturaleza multiparadigmática. Dentro de los paradigmas vigentes de la disciplina, el que se
ha mantenido durante más años y por tanto de mayor tradición dentro de la disciplina es el
denominado conductista. Este paradigma es uno de los que más proyecciones de aplicación
ha generado en la psicología de la educación. Por tanto, una de las dimensiones de la
disciplina, que más se ha visto desarrollada por la presencia del paradigma es la técnicopráctica.
El paradigma psicoeducativo conductista está basado sobre todo en la concepción de la
hipótesis de extrapolación-traducción que revisamos con anterioridad. El paradigma que
trataremos aquí es el llamado análisis conductual aplicado a la educación, el cual se
fundamenta en los principios de la investigación básica conductista, obtenidos en escenarios
artificiales. Dichos principios son extraídos y traspolados a las distintas situaciones educativas.
Para caracterizar el paradigma conductista y sus aplicaciones educativas vamos a retomar los
cinco componentes que revisamos en el capítulo anterior, en donde se destacan las
proyecciones al campo educativo.
ANTECEDENTES
El enfoque conductista tuvo sus orígenes en las primeras décadas del presente siglo. Fue J. B.
Watson su fundador, quien expuso su programa y concepción a partir de un texto seminal
escrito por él mismo en 1913, La psicología desde el punto de vista de un conductista. El
autor de formación funcionalista (Escuela de Chicago) supo entender los tiempos de aquellos
años al proponer un nuevo planteamiento teórico-metodológico, cuyas principales influencias,
en boga por aquel tiempo, fueron una concepción fixista del darwinismo, el empirismo inglés,
la filosofía pragmatista y la concepción positivista de la ciencia (véase Chaplin y Krawiec,
1979; Yaroshevsky, 1979).
OBJETIVOS
Al finalizar el capítulo el alumno:
1. Analizará los componentes del paradigma conductista.
2. Analizará las proyecciones de aplicación del paradigma al campo educativo.
HERNÁNDEZ Rojas Gerardo. Módulo Fundamentos del Desarrollo de la Tecnología Educativa (Bases
Psicopedagógicas) Coordinador: Frida Díaz Barriga Arceo. México: Editado por ILCE- OEA 1997.
Según Watson, la psicología para alcanzar un estatuto verdaderamente científico no debía
ocuparse del estudio de la conciencia (los procesos inobservables), sino nombrar a la
conducta (los procesos observables) como su objeto de estudio. Asimismo era necesario
rechazar el uso de métodos subjetivos como la introspección y utilizar en su lugar, métodos
objetivos como la observación y la experimentación, empleados por las ciencias naturales
(véase Rubinstein, 1974).
El conductismo desde sus inicios aparentemente rompía de manera radical con muchos de los
esquemas de la psicología precedente, aunque a decir verdad existían importantes
antecedentes dentro de la psicología (por ejemplo, Pavlov y Thorndike, entre otros) los cuales
fueron tomados por los conductistas como base sólida para su trabajo teórico-metodológico.
El planteamiento de Watson tuvo un buen acogimiento en los círculos académicos y logró un
éxito cuasi inmediato, sobre todo en los años veinte. Diez años después del manifiesto
conductista de 1913, la propuesta de Watson rápidamente se diversificó, con el cual se contó
por esos años de un numeroso grupo de escuelas disímbolas entre sí (véase Pozo, 1989;
Rubinstein, 1974). Algunos años después creció el movimiento neoconductista con cuatro
derivaciones que disputaban la supremacía académica. Estos cuatro nuevos planteamientos
fueron el conductismo asociacionista de E. Guthrie, el conductismo metodológico de
C. L Hull, el conductismo intencional de E. L. Tolman y finalmente el conductismo
operante de B. F. Skinner.
Con el paso de las décadas, especialmente durante los años cuarenta hasta los sesenta el
conductismo skinneriano se desarrolló y protagonizó la escena académica al grado de
constituirse como la corriente hegemónica dentro de la disciplina psicológica.
La propuesta skinneriana, también llamada análisis experimental de la conducta (AEC), se ha
caracterizado por hacer una feroz defensa de los aspectos más radicales de la corriente
conductista (el antimentalismo y el ambientalismo extremo). Según el autor estadounidense,
la conducta de los organismos puede ser explicada mediante las contingencias ambientales,
sin tomar en cuenta toda posibilidad causal-explicativa a los procesos internos de naturaleza
mental.
A partir de los sesenta, el paradigma conductista comenzó a acumular una serie de
anomalías, difícilmente explicables desde la óptica ortodoxa y la corriente dejó de tener la
fortaleza, como tradición de investigación, que hasta entonces ostentaba. Empero el
conductismo, al parecer no ha finiquitado su presencia en la psicología, desde la inspiración
de los escritos del tenaz Skinner. Actualmente así como siguen existiendo conductistas
operantes, de igual modo han comenzado a aparecer desde hace años variantes híbridas
dentro de esta corriente que reflejan las influencias de otros paradigmas como son el enfoque
cognitivo-conductual (véase Mahoney, Zimmerman), la teoría del aprendizaje social
(Bandura), los estudios sobre cognición animal (Rescoría), etc. (véase Pozo, 1989).
HERNÁNDEZ Rojas Gerardo. Módulo Fundamentos del Desarrollo de la Tecnología Educativa (Bases
Psicopedagógicas) Coordinador: Frida Díaz Barriga Arceo. México: Editado por ILCE- OEA 1997.
Hay que reconocer que la obra de Skinner es, sin duda, uno de los grandes hechos históricos
de la psicología de este siglo. Al grado tal que cuando se habla de conductismo, se piensa de
manera inmediata en la figura del psicólogo estadounidense. La corriente skinneriana, es el
conductismo por antonomasia. Una variante del AEC lo constituye el Análisis Conductual
Aplicado (ACA), el cual se refiere a las aplicaciones de las leyes y principios encontrados en la
investigación básica con organismos infrahumanos en escenarios reales (Baer, Woolf y Risley,
1974). Dentro de ellos, el campo de la educación ha sido uno de los preferidos por los
conductistas, donde sin lugar a dudas se han realizado un sin número de trabajos de
intervención. Por tal motivo en la presente exposición nos centraremos en las aplicaciones del
AEC (el ACA) al campo y dimensiones de la educación.
1. PROBLEMÁTICA.
La problemática de la aproximación conductual es inequívoca: el estudio descriptivo de la
conducta. Dicha situación ha interesado a todos los conductistas en todas sus variantes y, en
particular, al esquema skinneriano. El espacio de problemas en que ellos ubican todo su
trabajo de investigación y análisis es el estudio de la conducta y sus determinantes los cuales
son para ellos de tipo externo-ambiental.
Al estudiar a la conducta de los organismos, debemos aseguramos de definirlas en términos
observables, medibles y cuantificables. Los procesos inobservables, por tanto, salen fuera de
la problemática de investigación y análisis de los conductistas.
El estudio de la conducta ha de realizarse por métodos experimentales y los fines del trabajo
"teórico" (en esta perspectiva existe una actitud profundamente antiteórica) y de
investigación son el descubrir los principios y leyes, por los cuales el ambiente controla el
comportamiento de los organismos (Reynolds, 1977).
Por tanto, los objetivos del conductismo operante son la investigación y análisis de las
relaciones y principios entre los hechos ambientales (estímulos, E) y las conductas de los
organismos (respuestas, R) (esquema E-R), para que una vez identificadas estas leyes, se
logren objetivamente la descripción, predicción y control de los comportamientos.
2. FUNDAMENTOS EPISTEMOLÓGICOS.
El conductismo se inserta en la tradición filosófica del empirismo. De acuerdo con esta
postura, el conocimiento es una copia de la realidad, el cual es meramente acumulado por
simples mecanismos asociativos.
Dentro del marco del problema epistemológico del sujeto y el objeto de conocimiento, el
sujeto cognoscente del empirismo es un ente pasivo, una "tabula rasa", un "libro en blanco",
donde se imprimen las aportaciones deterministas del objeto. Recordemos que, según los
empiristas, el conocimiento está compuesto de las sensaciones (materia prima de las
impresiones del objeto), las ideas (copia directa de las sensaciones) y las asociaciones entre
ellas. De cualquier manera el origen del conocimiento está en las sensaciones
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