Populismo

Según los estudiosos de la psicología de la comunicación existen cinco axiomas en la comunicación.

Primer axioma: no se puede dejar de comunicar.

Se refiere al hecho de que la persona siempre está transmitiendo un mensaje. Su silencio, sus gestos, su mímica, sus expresiones faciales, todo en sí expresa

un mensaje.

No se trata de que la comunidad estudie todos estos signos y sus significados, pero sí conviene tener en cuenta que la persona en comunidad está siempre comunicando un mensaje.

Esto tiene como consecuencia para la religiosa el saber que consciente o inconscientemente su sola presencia transmite un mensaje.

Conviene por tanto que reflexione sobre el tipo de mensaje que quiere portar a la comunidad, simplemente por el hecho de estar en comunidad.

Si esta religiosa se siente contenta con la comunidad, transmitirá este mensaje, lo mismo sucederá de forma contraria. Lo que llevamos en el interior se comunica.

Otra consecuencia de este axioma se refiere a toda la comunidad.

Si cada presencia es de por sí un mensaje conviene educar a cada religiosa a no interpretar indebidamente los mensajes que se transmiten por la sola presencia.

“No juzguéis y no seréis juzgados”. Pero antes que juzgar se debe aprender a no interpretar.

En ocasiones las interpretaciones se hacen sin tomar en cuenta la intención de las personas, y muchas veces, las interpretaciones son fruto más bien de una manipulación que la persona hace de un hecho, valorándolo de acuerdo a lo que ella piensa que es, sacándolo de su contexto, para hacer aparecer lo que a ella le conviene que aparezca.

En la vida de comunidad estas interpretaciones gratuitas originan conflictos innecesarios.

Segundo axioma: cada comunicación comprende dos niveles, uno de contenido y otro de relación. Para la vida fraterna en comunidad este axioma comporta una relación directa con la caridad.

Resulta importante evidenciar que el ser humano no es una máquina, a semejanza de una computadora que codifica y decodifica mensajes en forma automática, asegurando tan sólo la comprensión del contenido del mensaje.

Pos su emotividad, el hombre es sensible a las formas en que se presenta el mensaje. De ahí que cada mensaje se deba leer siempre en dos niveles: uno de contenido y otro de relación, fundamentándose este último, de manera preponderante, en la afectividad.

Las religiosas en comunidad deberán aprender no sólo a transmitir mensajes en forma clara y específica, de forma que el contenido no llegue a malinterpretarse. Deberán aprender también a entablar una relación adecuada en cada mensaje. Y qué mejor relación que una relación de auténtica caridad cristiana, que refleje el

amor de Dios a los hombres.

Se une aquí por tanto el aspecto de la psicología de la comunicación con el aspecto espiritual, complementándose,

sin crearse entre ellos ningún conflicto u oposición.

Mientras que la psicología de comunicación señala la existencia de estos dos niveles en cada comunicación, la espiritualidad nos da la herramienta para llenar el segundo nivel, es decir, el nivel relacional. Existe un refrán latino que expresa muy bien este axioma: fortiter in re, suaviter in forma.

Fuerte en la forma, en el principio, suave en la forma.

Cuidar las formas quiere decir asegurarse que el aspecto relacional en la comunicación no quede dañado por nuestras faltas de atención, sino que quede empapado de una gran caridad.

De aquí la importancia de dotar a la religiosa de una exquisita formación humana que le permita acercarse a las almas sin molestarlas, si bien debiendo presentar con fuerza arrolladora el mensaje del evangelio.

Puedo dejar el mensaje a una persona con la delicadeza con la que una abeja toca una flor o lo puedo hacer con la misma torpeza con la que un elefante aplasta una flor.

Las formas en la comunicación aseguran el nivel relacional de la comunicación y permiten vivir la caridad fraterna con gozo y espontaneidad.

Tercer axioma: todos los intercambios en la comunicación son simétricos o complementarios, de acuerdo a la base que utilizan.

Según este axioma, la comunicación viene influenciada por las categorías de cada una de las personas que participan en la comunicación.

Si dos personas de igual categoría intercambian mensajes en la comunicación,

ésta tiende a ser espontánea, abierta e íntima.

Si por el contrario, es un profesor quien intercambia mensajes con un alumno, entonces la comunicación no será simétrica, como la anterior, sino complementaria,

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